Si algo funciona en Argentina son algunas estructuras del fútbol, en particular las de Primera División. El torneo Apertura que comenzó este jueves y continuó todo el fin de semana, acorde a los 15 partidos que se necesitan para que jueguen los 30 equipos –récord mundial junto a la MLS, de Estados Unidos-, a su vez tiene derecho a subirse a un podio dorado: es la tercera competición nacional que reúne a más futbolistas campeones del mundo de Qatar 2022, sólo por detrás de la Premier League de Inglaterra y LaLiga de España.
La reciente incorporación de Gonzalo Montiel a River completa el póker iniciado, siempre en el club de Núñez, con Franco Armani, el único de los campeones que pertenecía a un equipo nacional durante la Copa del Mundo 2022, y continuado en agosto pasado con Germán Pezzella y Marcos Acuña, ambos llegados desde el Betis y el Sevilla, de España. Nadie lo esperaba pero, con Montiel –también proveniente desde Andalucía-, River pasó a compartir en 2025 el rótulo de “club con más campeones mundiales en vigencia” junto al Atlético de Madrid, que cuenta con Julián Álvarez, Rodrigo de Paul, Ángel Correa y Nahuel Molina.
Apenas otras dos ligas tienen más campeones: la de Inglaterra, con seis (Dibu Martínez en el Aston Villa, Cuti Romero en el Tottenham, Alexis Mac Allister en el Liverpool, Enzo Fernández en el Chelsea, Lisandro Martínez en el Manchester United y Guido Rodríguez en el West Ham), y la de España, con 5, que además de los cuatro ya mencionados del Atlético cuenta con Juan Foyth, del Villarreal.
Por debajo del podio, se ubican otras dos ligas europeas, las de Italia y Francia, ambos con tres: Lautaro Martínez en el Inter y Leandro Paredes y Paulo Dybala en la Roma, del Calcio, y Gerónimo Rulli en el Olympique de Marsella y Nicolás Tagliafico y Thiago Almada en el Olympique de Lyon, de la Ligue 1.
Luego siguen las ligas de Portugal, con dos campeones, Ángel Di María y Nicolás Otamendi, ambos en el Benfica, y finalmente cierran, ya con un representante, las de Alemania (Exequiel Palacios, en el Bayer Leverkusen) y de Estados Unidos (Lionel Messi en el Inter Miami). El 26º campeón, Papu Gómez, está inactivo, suspendido por doping, aunque su último club fue el Monza, de Italia.
No es habitual que el fútbol argentino pueda reunir a tantos campeones del mundo, una cifra que, además, posiblemente aumente en un futuro cercano: Boca quiere repatriar a Leandro Paredes, que también dejó señales positivas para su regreso en un próximo mercado de pases.
Y aunque no son campeones del mundo, el verano de 2025 también incluyó otras contrataciones de extranjeros de gran trayectoria: Newell’s incorporó al arquero costarricense Keylor Navas, ex Real Madrid y PSG, y el propio Boca contrató al volante español Ander Herrera, proveniente del Athletic de Bilbao. Otro compatriota, Iker Munian, ya había desembarcado en San Lorenzo en 2024.
En el comienzo de 2025 no fue menos impactante otro regreso a River, el de Lucas Martínez Quarta, procedente de Fiorentina y pieza habitual en la selección de Lionel Scaloni: el defensor no jugó el Mundial de Qatar pero sí es bicampeón de América en Brasil 2021 y Estados Unidos 2024. El equipo de Marcelo Gallardo tendrá una defensa de selección entre Armani, Montiel, Pezzella, Martínez Quarta y Acuña.
Mientras la economía nacional golpea a la mayoría de las familias argentinas –e incluso a los futbolistas del Ascenso, cada vez más tentados para ganar desde las apuestas el dinero que no consiguen mediante el sueldo-, el Apertura de Primera División muestra una competitividad que hacía rato no tenía. Hace sólo un año, el entonces técnico de Sarmiento, Sergio Rondina, contó que quería al arquero Alejandro Medina, ex Arsenal, pero “económicamente no pudimos competirle a Municipal de Guatemala”.
Las razones son varias y es difícil determinar un orden. Una es el “dólar barato” o «planchado», a través del retraso cambiario. Así como miles de argentinos cruzaron a las playas de Brasil o los shoppings de Chile, los clubes más poderosos también cruzan las fronteras para comprar jugadores. En las tesorerías más poderosas explican que los contratos con las figuras se fijan al valor del dólar blue, por lo que en 2024 terminaron pagando menos de lo que habían proyectado a comienzos de año.
Es otra imagen ya conocida de los ’90: mientras las empresas locales de otros rubros corren riesgo ante la apertura de las importaciones, hoy River y Boca pueden salir del país y competir desde lo económico con los clubes brasileños de un segundo pelotón. Luego, por supuesto, entran en consideración temas deportivos, como los torneos internos, muy desparejos en Argentina, con 30 equipos, sin descensos en las últimas temporadas y reglas que cambian todo el tiempo. Los brasileños ganaron las últimas seis Libertadores.
Pero el dólar planchado es insuficiente para explicar un mercado de pases muy activo. Contra el discurso del gobierno, que pretende la autorización de las Sociedades Anónimas Deportivas, muchos clubes argentinos, en especial los más grandes, atraviesan un momento de solidez histórica: tienen récords de socios (River y Boca superan, cada uno, los 300.000) y de abonados. Sus estadios están llenos cada partido.
Aunque la estadística tiene trampa –porque el mercado central en Europa es en junio, no ahora-, la liga de AFA fue la quinta que más dinero gastó en incorporaciones en la ventana actual, la de enero: la Premier League incorporó por 307 millones de dólares, el Brasileirao por 148, la Ligue 1 por 130, la MLS por 96 y luego la Argentina por 96.
River, por ocho incorporaciones, desembolsó 27 millones de dólares. Boca, por siete, pagó 25 millones. Entre las salidas de Claudio Echeverri, en el caso del club de Núñez, y las de Alan Varela y Cristian Medina, en el de la Ribera, ambos clubes casi que saldaron las recientes inversiones.
Otro par de aspectos que unen a los dos más grandes del país: necesitan recuperarse de un mal 2024, donde no tuvieron planteles a la altura de su jerarquía, y a mitad de año participarán en el Mundial de Clubes.
En el caso de River se suma, además, el factor Marcelo Gallardo, un técnico con peso para agilizar el mercado de pases. Sin su regreso, es muy posible imaginar que no habría retornado a Argentina ninguno de los tres campeones del mundo que llegaron en los últimos meses, dos de los cuales ya habían sido dirigidos por el Muñeco –Montiel y Pezzella, como también Martínez Quarta-. En la primera parte de la ventana anterior, la invernal de 2024, todavía con Martín Demichelis, River no contrató jerarquía.
El mercado de pases actual incluye también a Estudiantes, que firmó un contrato -todavía oculto a los socios del club- con el magnate estadounidense Foster Gillett. El acuerdo permitió un pase récord en el fútbol nacional: los 15 millones de dólares que le ingresaron a Boca por la cláusula de Medina. Estudiantes, además, se reforzó con Lucas Alario, procedente de Brasil.
En otro contexto del fútbol, con solo dos extranjeros permitidos en España e Italia -ninguno en Inglaterra-, 14 de los 22 héroes de México 1986 jugaron en clubes argentinos en la temporada 1986/87. Previamente, tras Argentina 1978, y en medio de una decisión de la dictadura de proteger a la selección, 18 de los 22 que levantaron la Copa del Mundo siguieron en equipos de nuestro país. En 1981, incluso, River llegaría a reunir siete campeones del mundo en vigencia. Era la época de la plata dulce. Luego llegaría la crisis.