Los tiempos provocados por la pandemia obligaron a muchos a repensar estrategias para seguir haciendo lo que más saben. Con ese contexto dominante, una de las bandas más convocantes del rock local modificó todo su esquema de trabajo para este año, adaptándose a los tiempos que corren para seguir estando en la consideración de un público que tuvo que esperar pero que finalmente obtendrá su recompensa.

Estamos hablando de Las Pastillas del Abuelo, el septeto que tiene a Piti Fernández como líder, cantante y principal compositor, que por estos días vuelve a ponerse en funcionamiento furioso con un show en vivo por streaming (será este viernes en el Movistar Arena), que promete contar con la novedad de un sonido de muy alta definición y en el que repasará algunas de sus canciones más celebradas durante sus más de 15 años de carrera. Pero eso no será la única novedad. La ocasión servirá de excusa perfecta para la presentación del flamante disco 2020, séptima producción en estudio  de la banda del que se fueron conociendo algunos singles (“Incontinencia Verbal”, “Más Lejos”, “El Favor”, “Interpretación” y al que en breve se le sumará “Azúcar Impalpable”, como nuevo adelanto), pero que esta vez será presentado especialmente de manera total.

El álbum fue producido por Alejandro Vázquez -con la colaboración de Pablo Spivak y Alejandro Kurz, de El Bordo- y exhibe a Las Pastillas del Abuelo en un contexto apocalíptico donde se valora la importancia de estar vivos dentro de un marco sanitario como el que el mundo experimenta en estos días. 

“Anunciar que lanzamos un nuevo álbum siempre es una gran noticia. Nosotros sacamos discos muy espaciadamente, sobre todo discos de estudio. Por ejemplo, entre Crisis y Desafíos lanzamos uno de versiones, todo esto fue entre el 2008 al 2011. Después entre Paradojas, de 2015 y este nuevo de 2020 tuvimos como excusa lanzar un DVD y disco en vivo, así que más allá de las excusas intermedias, siempre que lanzamos un nuevo disco pasa un tiempo largo,  como de cinco años. Así que este es un tiempo muy lindo para nosotros porque mostramos muchas canciones nuevas que queremos que conozcan”, dice Piti Fernández.

–Más allá del tiempo transcurrido entre discos con nuevo material, contanos en qué momento se unen todas las voluntades de la banda para dar ese paso que representa un nuevo álbum.

–Es bueno verlo así. Se trata de un rejunte genuino de canciones escritas en el último periodo de nuestras vidas. Hay un conglomerado de situaciones, por ejemplo el primer corte del disco que fue “Incontinencia verbal”, en realidad es tema que quedó afuera de Paradojas y quedó grabado desde aquél momento y con su audio original. Puedo decir que este  es un disco más confrontativo y también de muertes, como la de la libertad, de los vínculos y las finitudes de muchas áreas de la vida. Muchas canciones de este disco se dispararon por la muerte de Chapulín, el dueño de un lugar que se llamó La Casona del Rock, donde paró toda una generación del rock como la gente de La Renga, Kapanga, El Bordo, La Condena de Caín, La Gran Piñata y nosotros, entre otros. Hay otra canción que habla de mi perro, a quien suelo perder seguido pero después lo encuentro. Se llama «Veinte». Es un disco que fue hecho en estos años y como inspiración tal vez hayan sido las pérdidas las que nos influenciaron.

–Es un disco heterogéneo también porque compusieron muchos en la banda.

-Sí, es así. Una canción la hizo Alejandro Mondelo, el tecladista; dos las hizo Santiago Bogisich, el bajista; tres fueron de Bochi Bozzalla, el guitarrista; y cuatro que las hice yo. Me encanta y está bien que se haya hecho de esa manera heterogénea.

–¿El 2020 fue tan preocupante para vos que terminó transformándose en el nombre de este nuevo álbum o intervinieron otros factores?

-Algo de eso hay (piensa)… Pero no necesariamente tiene que ver con que este año es apocalíptico. La realidad es que el número 20 es algo que para Las Pastillas del Abuelo es como una guía. Conmigo es así y con otros miembros de la banda es igual, pero también el público que nos sigue se hace llamar La 20, porque en un principio nos venían a ver sólo unos 20 amigos. Es un número que desde nuestros comienzos tiene que ver con un sinónimo de fiesta, con candombe, salsa y merengue. Apenas decidimos lanzar un disco este año sabíamos que le íbamos a poner de nombre 2020. Habíamos imaginado un disco festivo y nos salió uno teñido de pérdidas o, en todo caso, de aprendizajes. Creíamos que iba ser en un principio un disco jocoso, pero la pandemia se encargó de transformarlo todo.

–De ahí la necesidad de considerarlo como un disco apocalíptico.

–En febrero el coronavirus estaba lejos y no pensábamos que todo se transformaría en lo que finalmente se transformó. Más allá de eso, ya sabíamos que el disco se llamaría 2020 y que las canciones tenían un tono oscuro o lúgubre, de pérdida. No esperábamos esta cuarentena eterna en un año apocalíptico, pero entendíamos que el disco hablaba de situaciones tristes, así que eso lo hace apocalíptico también.

–“Azúcar impalpable”, uno de los nuevos temas de 2020, relata la historia de una nena con diabetes. Contame cómo surgió esa canción que contiene una historia muy delicada.

–Tiene que ver con la historia de Josefina, mi hija que tiene diabetes tipo 1. El desafío en un padre que tiene una hija con una enfermedad de ese tipo es verla venir y no pensar en los valores de su glucosa relacionada con sus estados de ánimo. Es algo muy común pensar que una criatura que está triste o caprichosa tiene la glucosa baja, o si está enojada es al revés. Las personas tienen estados de ánimo porque son personas y no necesariamente por ser diabéticos, así que es un gran desafío como padre ver en su hija a una persona y no a alguien con problemas de glucosa. Ese es el leitmotiv de la canción.

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–¿Cómo los agarró la pandemia como banda?

-Teníamos planificado un laburo impresionante y nos obligó a suspender muchísimas fechas. Fue muy frustrante para nosotros como grupo, sobre todo para el staff que vive de las fechas que tenemos. La pandemia fue y es un tremendo golpe para la música, para los artistas y todos los laburantes. Recuerdo que estábamos en Uruguay y casi no podíamos salir del país porque ese día se declaró el cierre de las fronteras. Fue tremendo y lo recuerdo de esa manera.

–¿Te pusiste más creativo en el aislamiento o todo lo contrario?

-A mí me vino bien realmente que se pare el mundo para poder aprender muchas otras cosas. Más allá de todo lo malo, creo que me sirvió para ahondar más en el estudio de mi instrumento, la guitarra, que toco en mis discos solistas, pero nunca con Las Pastillas del Abuelo. Otra cosa para lo que me sirvió es para pensar en la salud, porque este problema que estamos viviendo es un problema de salud, por eso creo que también tenemos que cuidar nuestro cuerpo por la vía de la alimentación, alimentarnos mejor, sin sucumbir a las cosas que nos proponen consumir como la harina, el azúcar y varios lácteos. Aprendí mucho sobre política y nuevos órdenes mundiales, vi mucho cine en ese sentido. Hay películas como Zeitgeist o Fahrenheit  9/11, de Michael Moore, todas cosas que yo veía a mitad de la década pasada y que en aquel momento cuando las veía parecía ciencia ficción, pero hoy sin duda están sucediendo. Creo que ahora que se paró el mundo tenemos la oportunidad de pensar un poco más en todo eso que alguna vez nos pareció lejano y que hoy la pandemia nos permite ver los desajustes.

–¿Qué te parece el trap? Hoy quienes llenan estadios son traperos en lugar de rockeros…

-Claramente es así. Creo que hay cosas buenas ahí, aunque yo no lo escucho la mayor parte del día porque vengo de otra música. Es evidente que hay gente que tiene talento, como es el caso de Ca7riel y Paco Amoroso, Wos, las chicas Nathy Peluso y Nicki Nicole. A mí me llegan esos casos, y no siempre lo hacen por lo artístico sino muchas veces porque tienen un gran carisma o la dedicación necesaria, como es el caso de Duki que tiene poco más de 20 años. Lo mismo con Ysy A, que con 22 años lidera un movimiento juvenil y cultural importante, y que supo crear una manifestación importante como El quinto escalón a tan corta edad. Por más que yo no escuche trap los respeto a ellos por lo que hacen.

¿Cuándo?
Las Pastillas del Abuelo presentan 2020 vía streaming 2020. Viernes 20 de noviembre a las 22 horas, por www.movistararena.com.ar.

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Un show pensado para los tiempos de la pandemia

Durante el show de este viernes en el Movistar Arena Las Pastillas del Abuelo presentará 2020, su flamante álbum de estudio. La organización promete que ofrecerá un servicio de gran calidad en términos de streaming. “Estamos preguntándonos cuál sería la mejor duración para que la gente disfrute de la mejor manera de un show que verá sentado frente a una pantalla. Estimamos que vamos a tocar entre 50 minutos y una hora y media. Históricamente siempre hicimos shows de más de dos horas, pero ahora vivimos un momento muy diferente y hay que intentar interpretarlo. En definitiva, armamos una lista de poco más de veinte temas. Tocaremos todo 2020, pero también unos popurrí que recorrerán nuestra historia”, dice Piti. Con respecto a los próximos pasos de su carrera solista, adelanta: “Es algo que vendrá el año que viene, pero lo concreto es que ahora es el tiempo de Las Pastillas del Abuelo. Mi próximo disco solista llegará en alguna parte del año que viene o seguiré lanzando singles, algo que siempre suma como un buen adelanto de lo que vendrá. Ahora es el tiempo de 2020”.

La estrecha relación con el Diego

La relación de Las Pastillas del Abuelo con Diego Armando Maradona nació en 2008. Para ese entonces el grupo lanzaba Crisis, un disco que contenía el tema “¿Qué es Dios?”, ni más ni menos que una gran oda lírica al mejor jugador de todos los tiempos.
En la letra de la canción brota un relato fantástico, casi de características bíblicas, donde queda expuesta la relación ineludible de Diego con su eterna amiga: la pelota de futbol.
El tema en sí fue celebrado a gran escala primero por los fanáticos de Las Pastillas, para luego y sin mediar mucho tiempo llegar a los oídos de Dalma Maradona, quien no dudó en acercarle la canción a su padre. Emocionado, el Diez se comunicó con el grupo y de esa forma, vía una intermediaria de lujo, nacía una relación entre el septeto y el ídolo, algo que hasta el día de hoy se sostiene en el tiempo.
Ahora que el protagonista de esa canción se encuentra en un estado delicado de salud, es Piti quien se acuerda de la mejor forma del Diez: “Todavía no me puse en contacto con la familia. Con la cantidad de mensajes que le deben llegar uno no sabe si puede molestar. Así que aprovecho esta situación para decirle a él y a su familia que estamos todos pensando en su pronta recuperación, por no decir que estamos rezando. Siempre tenemos un vínculo fuerte porque Diego nos manda saludos vía una nota, o se pone la gorra nuestra para algún partido, entrenamiento o festejo. Es un luchador notable, así que de una forma u otra siempre estamos con él”.