La bicicleta financiera todavía goza de buena salud. El anunciado operativo de cancelación de las Lebac, las letras que usó el Banco Central para regular la cantidad de circulante durante los últimos dos años, no impidió que quienes decidieron mantener su colocación todavía estén haciendo buen negocio. La licitación de este martes tuvo una tasa de corte de 57% anual, bastante por encima de lo que había aceptado pagar el mes pasado (45%).

En la subasta, el Central adjudicó letras por $ 105.810 millones, de los cuales $ 85.739 millones se entregaron a 35 días (vencen el 21 de noviembre) y el resto a 63 días (19 de diciembre). Quedaron sin renovar algo más de $ 120 mil millones.

Para evitar que ese dinero incremente la base monetaria (tal la obsesión de Guido Sandleris, el nuevo titular de la entidad), se repitió la estrategia del mes pasado. Los bancos, que no fueron habilitados a participar de la licitación, deberán aumentar sus encajes obligatorios en tres puntos porcentuales y podrán invertir su eventual sobrante en Leliq a siete días, que están rindiendo un promedio de 72%. Para los demás inversores, el Ministerio de Hacienda programó para este miércoles una subasta de Lecap (Letras en pesos con interés capitalizable) de $ 75 mil millones, a una tasa de hasta 4% mensual.

A diferencia de otras ocasiones, el Central confía que el volumen de dinero que dejó de estar invertido en Lebac no hará presión sobre el dólar. La divisa volvió a bajar y ayer cerró a $ 37,11 en el promedio de venta al público en bancos. Pese a que ese valor es el más bajo de los últimos 45 días, fuentes del mercado creen que las tasas de interés que se están convalidando van a mantener planchada su cotización por un tiempo más. Por eso se estaría registrando otra vez el ingreso de capitales del exterior, dispuestos a aprovechar la jugosa remuneración en pesos y hacer una diferencia mientras el dólar siga anestesiado. Se trataría de una reedición del carry-trade, la estrategia que usaron los fondos especulativos durante dos años hasta que se retiraron en abril y comenzó la corrida cambiaria.

Con este panorama, el billete está más cerca de los $ 34,50, límite inferior de la banda que fijó Sandleris por debajo de la cual el Central estaría dispuesto a comprar dólares, que de los $ 44,60, tope al cual los vendería para estabilizar su precio. Mientras se mantenga la tendencia, la bicicleta financiera continuará con éxito.