El saldo comercial de enero de 2025 alcanzó a apenas U$S 142 millones, 643 millones menos que el registrado en enero de 2024, cuando llegó a U$S 789 millones, informó el Indec.

Este descenso abrupto de la balanza comercial de bienes con el exterior se debió a dos movimientos simultáneos. De un lado, una fuerte alza de las importaciones, del 24,6% en la comparación con las de enero de 2024, alcanzando a U$S 5748 millones. Del otro, una suba mucho menor de las exportaciones, del 9,1% interanual, hasta los U$S 5890 millones.

Detrás de estas cifras generales se ocultan movimientos preocupantes. Por caso, las cantidades importadas crecieron en enero un elevado 37% interanual, nivel que fue morigerado por el descenso del 9% de los precios de esos artículos ingresados desde el exterior. Por el lado de las exportaciones, su crecimiento en cantidades fue más bajo, del 12,5%, mientras que los precios también cayeron por debajo de las importaciones, un 2,9%.

El salto de las importaciones en enero pasado respecto de lo sucedido en el mismo mes de 2024 se debe a la decisión del gobierno de Javier Milei de mantener el valor del dólar planchado y barato. También a la desregulación de las importaciones, como bajas de aranceles, que estimuló las compras en el exterior.

Quienes más aprovecharon estas circunstancias fueron los importadores más fuertes, que ya tienen aceitados los circuitos de importación con las principales fuentes. Así, las compras desde Brasil escalaron un 40,3% respecto de un año atrás y las provenientes de China lo hicieron en un 51,5% en el mismo período. Las que llegaron desde Chile crecieron un enorme 102% aunque los valores absolutos son menores, de solo U$S 95 millones en enero 2025.

Exportaciones

Tal como viene sucediendo desde hace meses, de los cuatro grupos en los que el Indec divide las ventas externas de todos los productos argentinos, el que más creció fue el de Combustibles y energía, con un salto del 23,7% en el valor (hasta U$S 879 millones) a partir de un salto de las cantidades del 33,7% y un descenso de los precios del 7,9%. Prácticamente, todo el incremento de esta división se debió a los mayores volúmenes de exportaciones de petróleo crudo, que sumaron U$S 236 millones en enero último.

De los otros tres grandes grupos, uno tuvo un descenso interanual y los otros dos crecieron en los mismos términos. El retroceso se verificó en los Productos primarios (básicamente soja, maíz y trigo sin elaborar), que disminuyó un 5,4% respecto de enero de 2024. Aquí golpeó la caída de los precios internacionales de estos granos.

En tanto, las exportaciones de Manufacturas de origen industrial fueron de U$S 1418 millones, con una variación positiva del 16,4% con respecto a enero de 2024. A diferencia de las materias primas, este grupo fue beneficiado por la suba de los precios, del 13,8%, mientras que las cantidades lo hicieron mucho menos, un 2,7%. El grueso del aumento interanual fue debido al crecimiento del segmento de piedras, metales preciosos y sus manufacturas, que vendió por U$S 182 millones.

Las otras manufacturas, las de origen agropecuario, alcanzaron un total de U$S 2069 millones y aumentaron 11,4%, debido a un incremento de 17,5% en las cantidades. La principal suba se observó en la venta de grasas y aceites.

Importaciones

Todos los usos de los bienes importados registraron subas, con excepción de Combustibles y lubricantes, que disminuyó un 32,5% básicamente por la reducción en las cantidades. Esto está íntimamente vinculado a la mayor producción interna de petróleo y gas en reemplazo de los productos importados.

La compra de artículos adquiridos por particulares y en menor medida empresas vía servicios postales (couriers) crecieron 122,6%, mostrando el impacto de las decisiones del gobierno en la desregulación de las compras externas.

Las compras de Bienes de capital subieron un 52,8% interanual, lo cual habla de un proceso de reconversión tecnológica de la industria al calor del dólar barato, un proceso que también se vivió en los años 90, otro período de dólar barato. Hay que recordar que la recesión sigue golpeando al mercado interno, con descenso permanente, o estancamiento, en el output productivo, el uso de la capacidad instalada y la compra de materias primas.

Esta conducta también se observó en los otros dos segmentos vinculados al equipamiento industrial. Las compras asociadas al rubro Bienes intermedios crecieron 10,6%, con un alza notable de los suministros industriales elaborados. En tanto, las Piezas y accesorios registraron una suba de 29,4%.

Los dos últimos rubros de las importaciones vuelven a hablar del impacto de la facilitación de las importaciones. La cantidad de vehículos importados subió un 11,5% contra enero de 2024, mientras que las de bienes de consumo, listos para ser comprados por el consumidor final, se incrementaron un 47,5%.

Las enseñanzas de enero

Las señales que dejó enero, y el panorama internacional en general, muestran viento de frente para lo que queda del año. “No esperamos un marcado crecimiento de las exportaciones” para este año, dijo la consultora LCG, fundada por el senador radical Martín Lousteau.

La consultora enumeró: de un lado, la cosecha gruesa “no será muy diferente” a la de la campaña 2023/2024 y además vienen en caída. En paralelo, el dólar bajo podría dejar afuera a algunos sectores industriales de los mercados internacionales. Del otro, el único contrapeso sería el incremento de las exportaciones de petróleo.

En cambio, la recuperación de la actividad económica prevista para este año (del 5%, según el Fondo Monetario), el dólar barato y la relajación de restricciones del comercio exterior, “son todos factores que prometen dar mayor impulso a las importaciones”.

LCG prevé que para todo 2025 las exportaciones crecerán un 3,4% mientras que las importaciones lo harán en 13%. El saldo comercial sería positivo en unos U$S 14.000 millones, un 32% por debajo de las estimaciones muy optimistas del nonato proyecto de Presupuesto 2025, cuyas orientaciones siguen vigentes.