Mientras aguardan que ingrese al Congreso el nuevo proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, los pastores evangélicos comenzaron la cuenta regresiva para movilizar a sus fieles en las calles apenas se conozca el tenor del texto que enviará el presidente Alberto Fernández. Pero además de las oraciones y las marchas a favor de “Las Dos Vidas”, que organizarán junto a la jerarquía católica, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República (ACIERA) prepara el estreno de una de las películas “próvida” más vistas por el público religioso.
A partir del jueves 9 de abril, cuando comience Semana Santa, las salas de cine de todo el país proyectarán “Inesperado”, el film realizado y producido en Estados Unidos sobre la vida de la médica Abby Johnson, exdirectora de una clínica de Texas de Planned Parenthood, la corporación centenaria que se autodefine como “el proveedor de servicios de salud reproductiva más confiable de Estados Unidos” y cuenta con una de las redes de clínicas privadas más grande de ese país para efectuar abortos seguros y legales.
Una fuente de la conducción de ACIERA confió a Tiempo que preparan una “avant premiere”, con la presencia invitados especiales, como actores, escritores, diputados, senadores y dirigentes políticos que están en contra de la legalización del aborto.
La película dura 109 minutos y su libreto fue escrito por dos guionistas “cristianos”: Cary Solomon y Chuck Konzelman, los mismos autores de “Dios no está muerto”, otro “éxito” del nicho religioso que fue producido por la compañía audiovisual estadounidense Pure Flix, íntegramente financiada por las iglesias evangélicas de ese país, es decir, por el sector más ortodoxo y conservador del arco religioso norteamericano.
Aunque sus autores sostienen el film que está basado en la vida real de Johnson, la empresa Panned Parenthood se encargó de desmentir parte de los hechos que la llevaron a abandonar la empresa. Desde que comenzó a rodar en Estados Unidos la película también recibió duras críticas de la prensa especializada por forzar una interpretación sobre la vida de la protagonista y delinear su relato de acuerdo al interés narrativo de los grupos antiabortistas.
Es protagonizada por Ashley Bratcher, Brooks Ryan, Robia Scott y Jared Lotz.
La película ya fue estrenada en distintos países del continente y, según su sinopsis, está basada en la vida de la médica Johnson que fue directora “del centro de abortos ubicado en Bryan/College Station (Texas), pero cuya vida cambió para siempre al escuchar los latidos del corazón de un bebé durante uno de los procedimientos en los que participó”.
La pieza también es una reivindicación pública de la organización religiosa internacional «40 Días por la vida» que promueve campañas contra el aborto en distintas latitudes del planeta, pero especialmente en Estados Unidos, mediante movilizaciones organizadas con oraciones, ayunos y vigilias frente a clínicas que realizan abortos o que ofrecen asesoramiento para mujeres que desean interrumpir su embarazo. De este modo el estreno argentino implica un nuevo recurso audiovisual para los sectores religiosos que promueven distintas tácticas contra el aborto y que en algunos casos incluyen el señalamiento y la denuncia contra las mujeres que toman la decisión de interrumpir su embarazo.
Según sus productores el film es una ventana para “abrir los ojos dentro de la industria abortiva a través de una mujer quien fuera entonces su defensora apasionada, que estuvo involucrada en alrededor de 22 mil abortos, pero que llegó a ser una ferviente líder provida en América y que hoy se encuentra en ambos lados de la conversación”. La película es una de las producciones norteamericanas más utilizadas por los movimientos antiabortistas de toda la región y será estrenada en la Argentina dentro de un mes, cuando el Congreso ya haya comenzado a debatir la legalización del aborto.