Ricardo La Volpe cursó apenas dos meses la carrera de Contador Público en la Universidad de Buenos Aires, hasta que a los 18 años debutó como arquero de Banfield, en 1971. Pero nunca abandonó el placer por las matemáticas. En la previa al Mundial de Rusia, desde Bigovlog, su canal de YouTube, explicó, con el pizarrón a mano, el sistema de juego de cada selección. Después de dirigir 16 equipos -México en Alemania 2006 y Boca, sus puntos más altos- y de ser fuente de inspiración de Pep Guardiola por la salida desde el arco a ras del césped, La Volpe no pierde la pasión por polemizar, por las discusiones bizantinas que guarda el fútbol. “Tuve varios negocios en México. Siempre me gustó eso de sacar cuentas y contar mercadería -dice a los 66 años-. Pero no es que sean los números. Digo que vi muchos videos de por qué los equipos sobresalen, como el Milan de Arrigo Sacchi. Hay un partido que me lo vi 100 veces. Juega contra el Real Madrid, y el Milan le gana 5-0. Lo dejó 18 veces fuera de lugar a Hugo Sánchez, 18 veces achicando”.
-¿En qué etapa del juego se encuentra el fútbol?
-Volvemos a jugar ese famoso 4-3-3, que había caducado en el Mundial de España 82. En Italia 90 apareció la línea de cuatro pero con cuatro volantes y dos puntas. Después, se modificó a un mediapunta y a un punta, que es lo que los periodistas dicen 4-2-3-1 pero es el 4-4-1-1, que empieza a emplear Francia con Zidane en el ’98. Pero la evolución estuvo en lo físico. Superó a la táctica.
-¿Qué significa?
-Que es difícil saber atacar porque los equipos se desdoblan muy rápidamente en defensa. Si agregás al mediapunta, es un 4-5-1. No es fácil hoy generar fútbol, no te dejan pensar, los grandes jugadores no tienen ese tiempo o no tienen espacio. Es lo que se ha visto en el último Mundial. Quedan espacios salvo con los equipos que se defienden y el que tiene la obligación de ganar, sale a buscar. Lo vemos en el Barcelona, en el Manchester City. Muchas veces se encuentran en los contragolpes con muchos espacios. Dicen: “Defienden mal”. No, cuando se te para un equipo con diez jugadores en el campo de ellos, los centrales y los laterales salen a proponer y si no continuás la jugada, quedás muy mal parado. La evolución es que empiezan a aparecer los extremos, o los grandes equipos los buscan, los Mané, los Sané, los Salah, jugadores que desequilibran contra el lateral, en el uno a uno. Y atrás de un lateral no hay un líbero. Si vos superás al lateral llegás a una línea de fondo en la que es difícil contrarrestar un centro atrás, ese centro que duele.
-¿Hazard, figura en Rusia, no es una especie de enganche?
-No, no, ya lo ponen a la izquierda, desequilibra hacia adentro y también hacés un muy trabajo si tenés laterales que sepan pasar por afuera para poder generar la jugada.
-¿Hay tantos grandes entrenadores argentinos por el mundo?
-En los últimos tiempos hablan de Simeone, de Pochettino, ahora mismo el propio Martino, pero muchos más reconocidos no veo… No sé cuáles son los demás. Ellos son los que resaltan porque están en equipos élite. Pero hay diferencias. A algunos les puede gustar Simeone y a otros no. Entre Simeone y Guardiola hay una diferencia abismal. Mismo Mourinho y Guardiola. Logran resultados pero tienen una forma de jugar muy diferente. Simeone difícilmente rompa el 4-4-1-1. Nunca lo vi arriesgar con Griezmann de contención y dos 9 contra un equipo chico. Es lo mismo si enfrenta al Betis que al Real Madrid.
-Real Madrid tiene como técnico a Santiago Solari.
-Sí, pero es por otro motivo. Cuando los jugadores no están enchufados o en su mejor momento… El 70% del fútbol son los jugadores. Es más de camadas. Hace 15 años, nadie hablaba de la selección española. Se hablaba por el Real Madrid, el Atlético, y después el Barcelona. No a nivel selección. Viene esa camada de Xavi, Iniesta, Busquets, y el técnico lo único que tuvo que hacer es mantener ese estilo, y sale campeón del mundo. Hay que darse cuenta de que el fútbol son los jugadores.
-Pero hay entrenadores a los que les gustan ser más protagonistas que los futbolistas.
-Ah, bueno. Es otra cuestión. El periodismo a veces está en el chisme, si se peleó un jugador con otro, y no nos preguntamos por qué se juega así, por qué se propone o no salir jugando. El otro día decían: “La Volpe cambió el sistema de Boca”. ¿Yo? Porque no dicen la verdad de que el señor Basile venía jugando 4-3-1-2 y ese “1” atrás de Palacio y Palermo era Insúa, que es vendido y cuando yo asumo ni Marino ni Neri Cardozo eran enganches, ellos me lo dijeron. ¿Entonces yo fui el que cambié? No tenía a un Riquelme, un Aimar, un D’Alessandro. Entonces jugamos de otra manera. Hay que sentarse y mirar un poquito en un pizarrón.
-¿Qué pasó con la Selección Argentina?
-De Scaloni no sé mucho, sé que venía de dirigir las juveniles. Lo que pasó en la Selección es que no supimos aprovechar al mejor jugador del mundo. En el Mundial le faltó fútbol, transición en la mitad de la cancha, donde Messi está acostumbrado a lo que pasa en el Barcelona. Tocar dos o tres veces e ir contra los volantes para que tu mejor jugador reciba detrás de esa línea, en ese último tercio. No se tuvo esa fluidez futbolística. La pelota no era redonda para Messi. El fútbol es como el ajedrez. Hay estrategias. Veo tiros libres a cinco metros del vértice de un costado del área y van todos al centro y no hay nadie del mismo lado del tiro libre. ¿Por qué no hacemos más amplitud, más espacios, en lugar de que vayan siete a cabecear?
-Le gusta mucho el ajedrez.
-Hablo de ajedrez porque hay una estrategia y una táctica. Si vos atacás por un lado, vas a sorprender por el otro, mandás un peón, un alfil, movés al caballo. Pero en el fútbol, con los jugadores actuales, es muy difícil trabajar lo específico. El jugador te mira y cree que se las sabe todas. Cuando tengo un tiempo de trabajar, a mis equipos los reúno y les digo: “Bueno, yo sé que se las saben todas, pero por qué no hacemos esto”. Tenés que llegar con psicología a la cabeza del jugador. En el libro que en cualquier momento me voy a poner a hacer, hablo de fútbol sin miedos. ¿Qué es fútbol sin miedos? Si yo tengo un foul, y dejan un 9 arriba y me preocupo de poner dos contra el 9, perdí el hombre de más. Si la pelota la tengo yo, ¿por qué tengo que marcar dos contra uno por un contragolpe? Al contrario, no cometamos errores, trabajemos, dejo el mano a mano y aprovechemos el hombre de más con un buen tirador; como mínimo, es una jugada de peligro. Ahora no se achica, dejamos de hacer esas cosas. Hoy es todo zona, trabajo para atrás.