En su afán de «volver al mundo», el gobierno no escatima esfuerzos para impulsar la firma de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
La semana que pasó el objetivo reapareció con la visita del premier español Mariano Rajoy, quien manifestó públicamente su apoyo al deseo de la administración argentina, no sólo en relación con el acuerdo con la UE sino también frente al pedido de ingreso de la Argentina a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
El apoyo de Rajoy aportó, además, un posicionamiento alternativo al de Francia, el mayor opositor europeo a firmar con el Mercosur.
Luego de infructuosos anuncios en diciembre y enero de este año, todos los cañones del oficialismo apuntaron a un posible acuerdo este mes. Pero los frentes de conflicto internacionales que se abrieron como consecuencia del proteccionismo de los Estados Unidos, y que amenazan con afectar al país directa e indirectamente, cambiaron el foco de atención. Ahora, el objetivo pasó para después de mayo.
La llegada de los españoles resultó para el gobierno una oportunidad inmejorable para retomar la agenda tras varios meses de desconcierto en materia de comercio internacional. En el discurso, el titular del Ejecutivo ibérico se declaró a favor de un tratado de libre comercio, y en la práctica llegó acompañado de 70 empresarios interesados en fortalecer sus negocios existentes o ingresar en nuevos, centralmente los vinculados a los proyectos de Participación Público Privada (PPP).
Pero tras dos días de conversaciones, la comitiva española despegó de regreso al Viejo Mundo sin declarar inversiones. En cambio sí se anunció la posibilida de una nueva compra de material de transporte y ferroviario a España que no entraña benefgicios para la industria local.
En cambio, Rajoy gestionó personalmente reclamos de Telefónica para que pueda ofrecer TV por satélite y hacer frente al avance del Grupo Clarín sobre el mercado de las telecomunicaciones por medio de la fusión de Cablevisión y Telecom. Pero de realizar inversiones en el país, al menos por ahora, ni hablar.
Para el economista Martín Alfie, de la consultora Radar, la oposición de Francia al acuerdo Mercosur-UE es la clave. «El apoyo de España señaló- es muy importante» para contrapesar la resistencia francesa pero también se explica por el interés relacionado con los negocios de los PPP: «Los españoles tienen muchas empresas que podrían entrar en las obras de infraestructura. Es cierto que les gusta este perfil aperturista de la Argentina, pero ellos van por una apertura en términos de servicios que los beneficiarían directamente», evaluó.
Salvo por ese detalle, para el especialista la relación con España responde al mismo modelo que se propone establecer con Europa en general. Pero, en cualquier caso, las inversiones siguen lejos.
«Así como está planteada, la relación con España se inscribe en el objetivo de abrirse al mundo porque supuestamente va a traer muchos beneficios pero por ahora son promesas en el aire. Los números de la inversión extranjera están planchados y no hay garantías de que el acuerdo traiga los dólares» que la administración espera, agregó.
El soporte empresario, vinculado por ejemplo a los servicios, sigue sin cambios. Víctor Dosoretz, de la Cámara de Comercio, destacó la visita de Rajoy como «un hito» que mantiene altas las expectativas de recuperación aunque las inversiones no hayan llegado.
Sobre el acuerdo con la UE, agregó: «Hay avances y creemos que se van a terminar cerrando» pero después del ingreso a la OCDE y siempre que se produzcan nuevos apoyos europeos.«