La Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista es una respuesta ante muchas actitudes del presidente que muestran más allá de una derecha rancia, discursos que habilitan acciones fascistas. Desde hace años nuestro pueblo se ha hecho presente en las calles para construir consensos y proponer leyes que defienden la identidad LGBT+, para la defensa de las mujeres, niñeces, para defender la salud pública, para que la memoria sea fundamental ante crímenes de lesa humanidad de la pasada dictadura, para la defensa de los derechos humanos. Esas defensas del pueblo ante las políticas de crueldad nos llevan este sábado a denunciar el fascismo con el que se quiere plantar este gobierno.

Como trabajadoras de la economía popular, como mujeres (y somos muchísimas mujeres migrantes), hemos sido muy atacadas desde el momento en el que asumió el gobierno de La Libertad Avanza. En primer lugar, sufrimos la desvinculación del salario social complementario, pero también el ataque a una política fundamental de la Ley de Integración Sociourbana. A través de esa ley no solamente hubo mejoras en los barrios, también hubo trabajo en nuestras cooperativas textiles, en gastronomía. A través de esa política nosotras pudimos adquirir un certificado de vivienda, pudimos tener acceso a Mi Pieza que era un dinero para arreglarle la pieza a nuestros chicos.

Por todo eso es que este sábado 1 de febrero nos volvemos a encontrar en las calles, para demostrar que personas LGBTQ+ y la población en general estamos en contra de este gobierno fascista y racista de Milei. La vida está en riesgo, y debemos defender con el puño nuestros derechos como personas. No se tolera más el odio, no se toleran más las mentiras que hablan en nuestro nombre.

Vemos el ejemplo de Estados Unidos: Trump cumpliendo su promesa de campaña, deportando migrantes con la mayor crueldad posible, y acá el presidente también está cumpliendo su promesa de campaña. Nos está asfixiando con su motosierra y hambreando el pueblo.

Pero esto no es sólo un diagnóstico de cómo llegaron estos personajes al poder, sino qué hacemos ahora para nuestra defensa. La democracia electoral no puede ser más fuerte que un pueblo organizado que conoce sus derechos y los defiende, porque a nosotras no nos regalaron nada, todo lo conseguimos fue con el sudor de la lucha. El fascismo que expresa este gobierno no puede desaparecer nuestra propia identidad de pueblo trabajador, migrante, plurinacional, trans, y todas las identidades que este sábado iremos a la marcha. La memoria no se borra así de sencillo y ante este gobierno de crueldad, la respuesta es antifascista y antirracista.