En el día de ayer, y como era previsible, uno de los principales sindicatos del país, el de los obreros de la construcción que representa a 600 mil trabajadores, se alistó entre los gremios que firmaron acuerdos paritarios acordes a la pauta del 15 % que estableció el gobierno.
Tal como proponían desde el ejecutivo, además, el acuerdo no contemplará una cláusula gatillo atada a la inflación que mide el INDEC, sino apenas el compromiso de una reunión para revisar el acuerdo en diciembre de 2018.
En este caso los incrementos se darán en dos cuotas que, a su vez, tendrán un carácter acumulativo y que por ese motivo, de punta a punta, implicarán un aumento del 16,5%. Las mismas serán de un 10% en abril y un 5% en agosto de este año.
En el mismo acto se rubricó un incremento retroactivo del 3% como compensación por la pérdida del poder adquisitivo sufrido durante 2017 y que, en gran medida, sirvió para dar legitimidad a las cláusulas de revisión que venían siendo desconocidas y que el gobierno decidió poner en valor este año con el propósito de restar fuerza al reclamo de la actualización automática por inflación (gatillo).
Así las cosas, y frente a los pronósticos inflacionarios de las principales consultoras privadas que releva el propio BCRA que ya orillan el 20%, los obreros de la construcción perderán al menos un 5% de su poder adquisitivo que, a lo sumo, podrán aspirar a recuperar tardíamente si consiguen activar la cláusula de revisión pautada.
El sector de la Construcción se encuentra en un franco proceso de recuperación impulsado por la obra pública.
Gerardo Martínez, junto con Andrés Rodríguez de UPCN, forma parte del grupo de los denominados sindicatos Independientes que, con los Gordos (grandes gremios de servicios) conducidos por Héctor Daer , desprendimientos de las 62 organizaciones y el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), además de la UTA, se preparan para encarar el proceso de normalización de la CGT eligiendo una nueva conducción que dejaría de lado al sector liderado por Hugo Moyano.
Estos sindicatos se han destacado precisamente por aceptar la pauta salarial del gobierno y son los que, con mayor ímpetu, le han dado el visto bueno al ejecutivo para avanzar en la reforma laboral.