Flávio Bolsonaro, uno de los hijos del presidente brasileño Jair Bolsonaro y senador electo, dio trabajo como asesores a la madre y a la esposa de un ex policía prófugo, acusado de varios asesinatos y relacionado al crimen de la concejala y activista Marielle Franco, muerta por balas que pertenecían a lotes policiales de Río de Janeiro.
Según informaciones del Consejo de Actividades Financieras (Coaf) adelantadas por el diario O Globo, la madre del excapitán de la Policía Militar Adriano Magalhães, Raimunda Veras Magalhães; y la esposa de éste, Danielle Mendonça da Costa da Nóbrega, trabajaron para el despacho que Flávio Bolsonaro tenía en calidad de diputado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj).
Raimunda Veras Magalhães consta en el informe del Coaf como una de las asesoras de Flávio Bolsonaro que hizo depósitos bancarios sospechosos a la cuenta del exchófer del hijo del presidente, Fabrício Queiroz.
La Fiscalía de Río de Janeiro investiga a Queiroz por haber recibido 1,2 millones de reales (casi 320.000 dólares) cuyo beneficiario real sería Flávio Bolsonaro.
De momento no hay pruebas contra el hijo del presidente, que niega todas las acusaciones y que logró que el Tribunal Supremo Federal frenara temporalmente el avance de las investigaciones.
Las informaciones reveladas este martes son especialmente graves porque según la Fiscalía de Río, el miliciano Adriano Magalhães es uno de los hombres fuertes de la llamada «Oficina del Crimen», un brazo armado de la milicia.
Esta banda de milicianos, en su mayoría antiguos integrantes de la policía o el cuerpo de bomberos, funcionaría como un grupo de exterminio de élite, y según las investigaciones podría estar detrás del asesinato de la concejala Marielle Franco.
La Policía Civil de Río de Janeiro llevó a cabo este martes una operación contra la milicia y detuvo a cinco personas presuntamente involucradas con el asesinato de la defensora de los Derechos Humanos.
El miliciano cuya madre y esposa trabajaron para Flávio Bolsonaro también estaba entre los objetivos de la operación policial, pero los agentes no le encontraron y actualmente se encuentra prófugo.
Flávio Bolsonaro no sólo contrató a su esposa y a su madre, sino que también organizó homenajes en su honor en la Alerj; en 2003 y en 2005, año en que le otorgó la Medalla Tiradentes, el más alto galardón del Parlamento de Río de Janeiro.
En un comunicado, Flávio Bolsonaro rechazó todas las acusaciones y dijo ser «víctima de una campaña difamatoria que tiene como objetivo afectar al Gobierno de Jair Bolsonaro».
Además, aseguró que la madre de Adriano Magalhães fue contratada por decisión de Queiroz y que él no sabía nada.
«No puedo ser responsabilizado por actos que desconozco, únicamente revelados ahora con informaciones de ese órgano (el Coaf)», destacó el hijo del presidente brasileño.
Su padre y presidente fue más cauto. «Si por ventura cometió un error y eso se comprueba, lo lamento como padre, pero pagará el precio de esa acción, que no podemos aceptar», respondió Bolsonaro en una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg en Davos (Suiza, donde participa en el Foro Económico Mundial, WEF). Es la primera vez que Jair Bolsonaro se pronuncia de forma contundente desde que salieron a la luz movimientos atípicos en la cuenta de su hijo Flávio.
Diversos dirigentes de la formación a la que pertenecía Franco, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), pidieron a través de las redes sociales que se investiguen a fondo los vínculos de Flávio Bolsonaro con los milicianos.
«Si se confirma la conexión de Flávio Bolsonaro con la milicia, y a través de ella, con el asesinato de Marielle, la investigación cambia de nivel; ya no será un escándalo de asesores testaferros, sino la participación directa de la familia del presidente en el crimen organizado; muy grave», escribió en Twitter el excandidato del PSOL a la presidencia del Gobierno, Guilherme Boulos.
Franco fue asesinada el 14 de marzo de 2018 en Río de Janeiro de varios tiros en la cabeza junto a Anderon Gomes, el conductor del vehículo en el que viajaba.