La distinción de los textiles que confecciona Ramón Baigorria, un telero “belicho” de Catamarca, está en su elaboración, desde el hilo hasta los colores, y en el diseño que se renueva cada año pero esta vez, además del poncho “Argentina” se lució con el de la bandera de la República de Bolivia que se vendió en un instante.
Es que en este momento y hasta el 26 de septiembre se encuentra participando en la Expo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia y en forma sencilla le dijo a Tiempo de Viajes “así como hice el poncho de la Bandera Argentina me pareció bien hacer el boliviano”.
“Los vendí el primer día de la feria! Si traía tres ponchos de cada bandera los vendía a todos”, le contó a tiempo de Viajes mientras aguarda la visita del público a la expo a la que llegaron financiados por el Ministerio de Integración Regional y el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y donde mostrarán sus prendas hasta el 26 de septiembre.
Su vida se talló entre hilos, tramas y prendas únicas. Son 30 años de arte textil y la quinta generación en este trabajo que tuvo sus altibajos como todo, y que, en los años 90 los llevó a fundirse pero empezaron de abajo cada vez con cero inversión.
“En este caso usé anilinas para los colores de Bolivia que son fuertes y, si usaba la técnica ancestral de mis prendas, iban a quedar muy suaves los tintes”, explica porque en general son hojitas de árboles, frutos, flores, raíces las que utiliza para darles diferentes tonalidades a los “hilos” como se denomina en esta metié y que Ramón trabaja junto con su compañera, Graciela Carrasco.
Cuando uno llega a Catamarca, y recorre la “Ruta del telar”, debe agendarse indefectiblemente al local de Ramón, Rua Chaky, que significa “Hecho a Mano”. Está en Belén donde los artesanos tiene sus casas, patios, ateliers o talleres abiertos para que la gente los visite. Se los llama “belichos” por su gentilicio y en el caso de Ramón se puede conocer este mundo textil porque además de ver cada diseño y cada nueva colección, él en persona, le contará los secretos de su arte y el paso a paso desde el hilado hasta la trama que monta para comenzar a tejer en el telar, que está ahí mismo en su local y uno puede ver todo.
Hay sobre la pared de la derecha un cuadro donde se muestra con amorosos moñitos de lana prolijamente acomodados en tres filas pequeñas, que muestran los diferentes colores que logra y su referencia vegetal. Se aprende hasta con mirar cada detalle. Sobre unos estantes, verá los diferentes colores de cada prenda, mantas, matra, almohadones, ruanas, ponchos. Y en una especie de escalera ancha, fabricada con ramas, se exhiben extendidas más prendas. Un deleite para la vista y el tacto. Se puede tocar.
Muchos conocen a este artesano porque ha estado en algunas Ferias Internacionales de Turismo (FIT) en el predio rural de Palermo (CABA) o en julio último cuando se presentó en Buenos Aires la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho en el Centro Cultural Kirchner. Pero pocos recuerdan que hacia 2012, vivió un hecho de gran satisfacción del cual siempre va estar agradecido de haber llegado a vivirlo.
Es que luego de participar en Buenos Aires Alta Moda, sus prendas y diseños llegaron en febrero de 2012 a la Feria de la Moda en Milán (Italia) y a fin de aquel mes, también estuvieron sus colecciones en la Semana de la Moda en París (Francia).
Sus colores fuertes, sus tejidos suaves y su arte tienen sello propio y son una clave para conocer este recorrido en la Ruta del Telar en Catamarca que une a unas 50 familias emprendedores, premiadas y trabajadoras de un arte que representa a la cultura viva y que entre todas las prendas que se confeccionan fue el Poncho el que logró y que esta semana en Bolivia concentró la atención del público con sus ponchos que expresan los colores de las dos naciones, Argentina y Bolivia.
El poncho, tan ancestral como actual, es la prenda sudamericana que nos une, entre otras cosas a todo el territorio y es, además, la vestimenta declarada como “prenda nacional” . Desde la cordillera hasta el mar, desde la puna hasta Tierra del Fuego, los hay con distintas texturas, fibras, pelos y lanas. Desde el típico salteño rojo grana hasta el beige de los sanjuaninos o el que vistió San Martín. Pero estas, son otras notas.
Más info:
La Ruta del Telar en Belén, sobre RN 40, en Catamarca es ideal para conocer el arte textil y Ramón Baigorria y Graciela Carrasco están en Rua – Chaky (Hecho a mano en quechua) Facebook: Ramón Baigorria (Rua-Chaky)