Este domingo 9 de Junio se cumplen 50 años de la muerte de Miguel Ángel Asturias y el recientemente designado presidente Bernardo Arévalo ha decidido tirar la casa por la ventana y hacer una ceremonia de gran significación política y cultural.
Declaró el año Miguel Ángel Asturias, que comenzará este domingo y finalizará el 9 de Junio del 2025. Su hijo homónimo, quien reside en Argentina hace décadas, viaja invitado junto a su compañera por el presidente Arévalo. Según me comentó, aprovechará esa oportunidad para anunciar su decisión de repatriar los restos de su padre. La tumba del Premio Nobel está en el cementerio de Pére Lachaise en París.
Este notable escritor, fundador junto a Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez y si, también Mario Vargas Llosa, de lo que dió en llamarse el Realismo Mágico Latino americano, fue traducido mundialmente y es un paradigma cultural para Guatemala. Impregnado por la rica cultura de los pueblos originarios, quiso a través de su obra difundirla y valorizarla. Hombre de izquierda fue amigo personal del gran Jacobo Arbenz, segundo presidente constitucional de su país derrocado con una invasión de Marines norteamericanos y sucesor de Bernardo Arévalo padre, el primer presidente y cuyo hijo ejerce hoy la primera magistratura.
Asturias fue diputado al Congreso de su país y diplomático nombrado embajador en Francia por Arbenz, y dejó una vasta obra literaria no solo narrativa, también ensayística. Pero además de su iniciática (1936) Leyendas de Guatemala, son sus novelas El Papá verde, Fulana de tal, y Hombres de Maíz, considerada su obra maestra, junto al El Señor Presidente, la más difundida, lo que lo condujo hacia el Premio Nobel.