Pese a los anuncios del presidente francés Emmanuel Macron y a la subestimación de los medios sobre la cantidad de manifestantes unos 70 mil Chalecos Amarillos marcharon ayer en toda Francia, menos que la semana pasada pero una cifra significativa si se considera que fue el quinto sábado consecutivo de manifestaciones contra el ajuste del gobierno. La novedad es que creció el reclamo de los homólogos belgas en Bruselas y aparecieron chalecos amarillos en Londres pidiendo por el urgente divorcio de Gran Bretaña de la Unión Europea y chalecos rojos en Túnez.
La de ayer era una prueba decisiva para el presidente Emmanuel Macron, muy criticado en las manifestaciones, quien había lanzado un llamamiento a la «tranquilidad», tras anunciar una serie de medidas de corte social y económico, como un aumento de 100 euros del salario mínimo.
Tras los anuncios del propio Macron en un solemne discurso a la nación, este sábado el ambiente estuvo más pacífico. Los incidentes fueron menores, de cierta importancia en ciudades de provincia como Burdeos, donde hubo lanzamientos de adoquines contra la policía, pero mucho menos dramáticos en París, donde los comerciantes y los edificios oficiales sufrieron durante cinco sábados consecutivos las iras de vándalos infiltrados entre los chalecos amarillos..
Pese a todo, la policía parisina movilizó 8000 agentes, la misma cantidad del sábado pasado y detuvo a 168 personas. «Es un poco un fracaso, porque el Estado nos impide manifestar adecuadamente», declaró a la AFP Marie, de 35 años, una empleada a domicilio. «Estamos algo desmoralizados, pero el movimiento no acabará aquí», aseguró Francis Nicolas, de 49 años, en la ciudad de Lyon (este).
Este sábado los gases lacrimógenos volvieron a ser utilizados, pero la policía consiguió poco a poco arrinconar a los últimos manifestantes en los Campos Elíseos, escenario de graves incidentes en convocatorias pasadas. La lluvia helada y el frío contribuyó a calmar los ánimos. Pese a todo, París volvió a tener el aspecto de una ciudad en estado de sitio: vehículos blindados en las calles, bancos y comercios con sus fachadas recubiertas con planchas de madera.
En Bruselas, fueron arrestados un total de 60 manifestantes en una nueva manifestación de los chalecos amarillos, en la que participaron entre 400 y 500 personas. Entre los manifestantes figuraban algunos miembros del movimiento de extrema derecha Nation, reportó la radiotelevisión pública belga.
Pese a estas detenciones, no se registraron disturbios graves durante la tercera marcha de los chalecos amarillos en esa ciudad, en contraste con las dos convocatorias anteriores, marcadas por los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y daños ocasionados a vehículos.
En Londres, un grupo de manifestantes que portaban chalecos amarillos bloqueado el tráfico en el Puente de Westminster al grito de ¡Brexit ahora mismo!» al tiempo que la primera ministra británica, Theresa May, negocia con los líderes del viejo continente para mejorar las condiciones de la retirada de Reino Unido de la Unión Europea. Posteriormente, los movilizados se dirigieron hacia la residencia de May, donde un activista empleó un altavoz para criticar a la Policía y demandar una reunión con la primera ministra británica.
El movimiento de los chalecos rojos creado en Túnez presentó sus demandas al Gobierno que abordan cuestiones como mejorar el nivel de vida de la población, la reforma de los sistemas de salud, la educación y el transporte público, el aumento del salario mínimo y las pensiones, la reparación de carreteras e infraestructura y el procesamiento de funcionarios corruptos.