A pesar de la fuerte presión de grupos antiderechos, que incluyó durante el fin de semana guardias frente al Hospital Rivadavia y pintadas amenazantes contra los médicos de ese centro de salud, se practicó un aborto no punible requerido por una joven mujer, cuyo caso –riesgo de vida si seguía adelante con la gestación– estaba entre las causales de protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) contempladas por la ley, refrendadas el fallo FAL de la Corte Suprema de Justicia, y al que adhiere la Ciudad de Buenos Aires.
El derecho de la joven fue garantizado por el hospital público en medio de una fuerte avanzada de los sectores autodenominados “pro vida”, publicitada sobre todo a partir de los tuits del periodista del diario La Nación Mariano Obarrio, quien se fotografió junto a grupo de mujeres en la puerta del hospital. Como en casos anteriores, y en una mecánica repetida en hospitales de varias provincias pero que no sucedía hace tiempo en la Capital, el dato fue filtrado hacia esos grupos, que buscaron impedir la práctica legal, poniendo en riesgo además la confidencialidad del procedimiento.
La imagen de Obarrio abogando por la suspensión de la ILE, posteada el sábado, generó polémica en las redes sociales. Militantes antiderechos se apostaron desde entonces en una vigilia a las puertas del hospital, sobre la calle Las Heras. El periodista aseguraba que en este caso el derecho a la ILE no estaba debidamente documentada y que los médicos del Rivadavia se negaban a practicarla, al tiempo que denunciaba el uso del protocolo para practicar abortos indiscriminados, blandiendo el reciente voto contrario a la legalización del aborto en el Senado.
Entre loas al candidato a la presidencia brasileña Jair Bolsonaro y al nuevo juez de la Corte estadounidense, Brett Kavanaugh, antiboartistas declarados, Obarrio siguió todo el fin de semana alentando la posibilidad de que la ILE no se practicara en el hospital público del barrio de Recoleta. El viernes, la Fundación Más Vida había presentado un recurso de amparo contra el Gobierno porteño, invocando la protección de la vida desde la concepción. Sobre unas chapas en una medianeras del hospital, apareció pintado con aerosol el siguiente mensaje: “No al aborto en el Rivadavia. Médicos, se la vamos a cobrar”.
Se cumplió la ley. Ahora resta saber desde dónde se filtró la información confidencial que puso en peligro el derecho de esta mujer a interrumpir legalmente su embarazo.
Mientras tanto, Obarrio apronta su gira por las provincias con las más altas tasas de embarazo adolescente y mortalidad materna, en el noroeste argentino. El viernes 12 brindará en la Legislatura de Tucumán, que declaró a la provincia “pro vida”, la conferencia “La defensa de la vida y la tarea de los medios de comunicación”. Antes, el miércoles, disertará en la sede jujeña de la Universidad Católica de Santiago del Estero, y el jueves, en el Centro de Convenciones de Salta.