La número 2 del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, llegó este miércoles a la Argentina y por la tarde mantuvo un encuentro en el Ministerio de Economía con su titular, Luis Caputo, quien estuvo acompañado por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
“Encantada de estar en Buenos Aires. Tuve una discusión productiva con el ministro Luis Caputo, el Gobernador (sic) Bausili, del Banco Central, y el Jefe de Gabinete, Posse, sobre los esfuerzos en curso para restaurar la estabilidad macroeconómica, proteger a los vulnerables y fortalecer las perspectivas de crecimiento en Argentina”, dijo Gopinath en la red social X.
Desde el FMI se informó que el objetivo de la visita es conocer los “difíciles retos económicos y sociales que atraviesa el país, así como su enorme potencial”.
Economía, por su parte, publicó un posteo en la red social X en el que solo informó del encuentro sin dar mayores detalles de lo tratado.
Acompañaron a Gopinath en su visita al Palacio de Hacienda Luis Cubeddu, subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental; Ashvin Ahuja, jefe de misión del FMI para Argentina, Ben Kelmanson, residente representante senior del FMI en la Argentina; y Matthew Jones, asesor senior de Gopinath.
Esta es la primera vez que Gopinath visita la Argentina. Antes de la asunción de Javier Milei, recibió en Washington a Caputo y a Posse. Y en enero volvió a reunirse con Posse en Davos, donde también participó de una reunión con Milei y en la que también estuvo la jefa del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva.
Desde el gobierno se hizo trascender que “no es necesario que Gopinath venga a la Argentina para supervisar la marcha de la macroeconomía. Esta visita hay que leerla en clave de respaldo del FMI a Milei en un momento clave”.
Esa mirada sobre un “momento clave” hace referencia a las dificultades que tiene el gobierno para encontrar aliados con los cuales reforzar su esquema de poder. También a la actitud positiva que los mercados financieros han adoptado con la Argentina, de bajar las expectativas de una nueva devaluación brusca y regresar a la apuesta por activos en pesos.
El FMI expresó en varias oportunidades su respaldo al brutal ajuste que está llevando a cabo el gobierno ultraderechista. Pero, al igual que los factores de poder de Estados Unidos y Europa, ha enfatizado en la necesidad de que el gobierno logre un amplio respaldo político para ejecutar ese plan a fin de achicar los riesgos de falta de gobernabilidad.
El 31 de enero el directorio del FMI aprobó la séptima revisión del acuerdo vigente y que firmó en febrero de 2022 el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán. Ese convenio de dos años atrás buscó darle una salida al acuerdo original que firmó Mauricio Macri en 2018, por el que recibió unos U$S 44.000 millones que debía devolver en tres años. La imposibilidad de cumplirlo derivó en esta saga de nuevas negociaciones.
A partir de esta última aprobación, el gobierno argentino se comprometió a lograr un superávit fiscal primario (antes del pago de intereses de deuda) equivalente a dos puntos del PBI, a lograr con más impuestos y ajuste, algo que el gobierno de Milei puso en práctica desde diciembre.
La administración mileísta también firmó que cerrará el año con U$S 10.000 millones en las reservas del Banco Central.