“Que la línea divisoria quede bien marcada”, dice una persona que integra el bloque de Unión por la Patria del Senado. Es que después de la votación de la ley Bases, el miércoles y jueves en la Cámara Alta, las diferencias históricas entre un peronismo cada vez más provincializado y el peronismo kirchnerista quedaron más profundizadas. Y esa grieta que parece un abismo pone de un lado a quienes votaron lo que les pidió Javier Milei y los que “defendieron la patria”.
Es que luego de la votación, las diferencias políticas dentro de UxP se tornaron en heridas, cada vez más difíciles de suturar, aunque advierten que la jujeña Carolina Moisés, la tucumana Sandra Mendoza y el catamarqueño Guillermo Andrada, que votaron a favor del RIGI pero contra la ley en general, son distintos que los senadores mesopotámicos Eduardo Kueider y Carlos “Camau” Espínola, a los que tildan de “mileístas”, ya que el año pasado rompieron el bloque de UP y se aliaron en un nuevo bloque con la cordobesa Alejandra Vigo.
Incluso diferencian el voto de Kueider y Espínola del de la neuquina Lucila Crexell. “Ella habrá cometido un delito, lo definirá la Justicia penal, pero no es peronista”, dan cuenta. Una fuente que habla con Cristina Fernández sostiene que el problema no es -como dicen algunos senadores “culposos”- que haya falta de conducción, sino que las prebendas fueron muy grandes y que esta vez, a diferencia de “la Banelco”, cuando durante el gobierno de Fernando De la Rúa se compraron votos para sancionar la reforma laboral, “los pagos se ven en el Boletín Oficial”.
La referencia no es solo una metáfora sobre Crexell, favorecida con una propuesta para ocupar el cargo de embajadora en la Unesco, sino también para Kueider quien podría ser designado al frente de la represa Salto Grande, cuya gestión quedó en manos de la provincia de Entre Ríos, según se publicó en el BO al día siguiente de la votación. Por lo pronto, los procesos de desafiliación del PJ de Kueider y Espínola ya están en marcha. “Son lo mismo que Scioli, son mileístas, ayudaron a construir la mayoría. El jueves a la madrugada nació el mileísmo con 36 senadores, incluidos la cordobesa Alejandra Vigo, “Camau”, Kueider, el radical Silva, los dos misioneros”, enumeran. “Hay un ellos y un nosotros, somos la mitad y la mitad”, describen.
Es que la votación de Carolina Moisés al RIGI y su posterior justificación -dijo que lo hizo para que Jujuy no se quedara fuera de las inversiones- ya trajo ruido dentro del PJ jujeño, en donde están a la espera de que alguna empresa extractora de bienes naturales aterrice en los pagos donde sigue mandando el radical Gerardo Morales a través de su alfil, el actual gobernador Carlos Sadir. “No fue convicción, el lobby de las mineras es muy fuerte”, señalan.
Distintas fuentes confirman a Tiempo que Moisés había adelantado durante la reunión de bloque que iba a votar a favor del RIGI y que el resto de los senadores le dijeron que no lo hiciera. Ya una vez en el recinto, insistió con su voto, una hora antes de pronunciarse, bajo la excusa de que habían conseguido modificaciones. “Nadie la va a echar, pero va a haber un diciplinamiento partidario”, advirtió un senador enojado con la utilización de la boleta del peronismo para ingresar a la banca y “terminar votando como pide la cámara de comercio de Estados Unidos o el embajador Stanley”.
Las críticas también recayeron sobre los aparentes aliados circunstanciales por fuera del peronismo, como Martín Lousteau, que aprovechó el debate para diferenciarse del PRO en post de su posicionamiento como candidato para el año que viene en la ciudad, y sobre los dos santacruceños, José María Carambia y Natialia Gadano, que votaron en contra pero después se ausentaron del recinto para darle la oportunidad al gobierno de sumar más votos en la votación por capítulos.
Si bien el golpe dentro y fuera del Congreso se sintió fuerte entre las filas de la oposición, dan cuenta de que Milei no se llevó un triunfo político con vítores, como lo quisieron marcar desde los medios oficialistas al día siguiente. “Llegó con lo justo, empatadito. Con todo el poder económico y mediático a favor, el Congreso vallado y represión a la gente, quedaron empatados y sacaron una ley que quedó depilada. La votaron y aun así el viernes los mercados reaccionaron mal”, caracterizan.
“Además -sostienen- lo del RIGI no va a funcionar, al blanqueo se lo hicimos pelota y sacamos las privatizaciones más importantes. Le quedaron las facultades, así que ahora no tiene excusas, que gobierne”, sostienen y destacan un punto que pasó un poco desapercibido: no pudieron votar la quita de la moratoria previsional “porque salía con dos tercios”. Es que, hasta el momento, no figura con cuál mayoría se quitó ese capítulo. “Si insisten en Diputados en volver a meterla, se va a armar kilombo” adelantan. «