Los primeros resultados de las medidas dispuestas en el paquete fiscal impulsado por el gobierno de Javier Milei no alcanzaron para darle un impulso a la recaudación tributaria de agosto, que cayó 13,7% interanual en términos reales.

Según lo informado por la AFIP, los ingresos del mes pasado fueron de $ 11,76 billones, con una variación nominal del 189,6% con relación al mismo período de 2023. Desde ese entonces la inflación superó el 235%.

La recaudación contó con el aliciente de los primeros pagos en concepto de la moratoria dispuesta én la Ley Bases para obligaciones tributarias, aduaneras y de seguridad social. Gracias a esos recursos se sumaron $ 243.096 millones, incluyendo $ 67.676 millones del Aporte Solidario Extraordinario que se había dispuesto durante la pandemia de coronavirus. También entraron magros $ 133 millones del blanqueo de capitales que vence el 30 de septiembre.

De acuerdo a la planilla oficial, los principales ingresos provinieron del IVA, con $ 3,89 billones; Seguridad Social (principalmente aportes personales y contribuciones patronales), con $ 2,46 billones; y Ganancias, con $ 2,14 billones. Esos tres conceptos explicaron 72 de cada 100 pesos recaudados.

El cobro de impuestos está ligado de manera casi directa a la actividad económica: a mayor producción, más tributos percibe el gobierno. La baja cobranza que revela el informe oficial refleja la fuerte caída en la actividad, fruto de la política económica instaurada por el gobierno libertario, que deprimió salarios y jubilaciones y que provocó gran cantidad de cierres en comercios y pymes. Por eso en el acumulado de los primeros ocho meses, la recaudación total ($ 79,6 billones) estuvo un 8% por debajo, descontando la inflación, de la del mismo lapso del año pasado.

Sin embargo, hubo dos rubros que tuvieron una performance claramente superior al promedio: los derechos de exportación, que crecieron 20,3% interanual, y el impuesto a los combustibles líquidos, que subió 36,3%. Las subas se explican, en el primer caso, por la magra base de comparación (la sequía de 2023 derrumbó la producción agrícola, principal fuente de exportaciones), y en el segundo porque el gobierno decidió incrementar la presión tributaria poniendo en vigencia subas que habían quedado pendientes desde el año pasado.

Lo llamativo fue la mala performance del impuesto PAIS, por el que en agosto ingresaron $ 659.985 millones (-7,2% interanual). Según opinó Nadín Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), “por primera vez en el año, la recaudación mensual real del impuesto PAIS no creció en términos interanuales. Dada la caída real en la recaudación de derechos de importación, la baja pareciera estar motivada por una posposición de importaciones de bienes a la espera de la rebaja de la alícuota anunciada por el gobierno”.

Desde el lunes 2 de septiembre, la alícuota de ese tributo bajó 10 puntos porcentuales (de 17,5% al 7,5%) en el caso de los bienes y fletes del exterior. La caída se sentirá en los ingresos fiscales en los próximos meses, pero también tendrá un efecto inmediato en las reservas de divisas del Banco Central, ya que muchos importadores estuvieron retrasando sus operaciones a la espera de que se concretara la rebaja. Se estima que los dólares que no solicitaron antes del 1 de septiembre, los pedirán en los próximos días.