La eliminación de las retenciones a las exportaciones mineras, resuelto por la entonces flamante administración de Mauricio Macri a principios de 2016, le significó a ese sector un ingreso adicional por 200 millones de dólares.
El beneficio para el sector contrasta con la cantidad de empleados que se desempeñan en ese sector. Según la información del Ministerio de Trabajo, la explotación de minas y canteras emplea unos 8700 trabajadores menos que hace dos años atrás. Y, de hecho, fue el sector que más mano de obra expulsó en el año que va de octubre de 2016 a octubre de 2017, último dato conocido del informe mensual llamado «Situación y evolución del trabajo asalariado en el sector privado».
Según esa información oficial, la explotación de minas y canteras perdió un 4% de su mano de obra en un año, a octubre pasado, equivalente a 3200 trabajadores. El resultado global indicó que el empleo privado registrado creció un 1,2% en el mismo lapso.
No es la primera vez que este sector ocupa el podio de la destrucción de empleo registrado. En el año que va de octubre de 2015 a octubre de 2016 había sido el segundo de ese ranking, con la eliminación del 7,2% de su personal registrado. El primer lugar lo ocupó la construcción, que venía en caída libre y había expulsado al 10,6% de su mano de obra.
En rigor, uno y otro sector están íntimamente vinculados, ya que buena parte del valor bruto de producción del sector de la explotación de minas y canteras está conformado por la extracción de productos que se destinan a la construcción, como toda la gama de minerales no metálicos.
El dato llamativo es que entre octubre de 2016 y el mismo mes de 2017, el sector de la construcción recuperó lo perdido un año antes ya que las empresas incrementaron sus dotaciones en un 11,4% mientras que las firmas mineras despidieron y perdieron un 4 por ciento.
La causa de este desfasaje se explicaría en la explotación de los minerales metálicos. Esto porque mientras la producción de los minerales no metálicos está vinculada a la demanda interna de la construcción y algunas industrias, como la de pinturas, la de los minerales metálicos (oro, plata, hierro, cobre) está más enfocada hacia la exportación.
La quita de las retenciones fue a parar en su mayoría a ese subsector, que es el que exporta. Al mismo tiempo, este segmento de la explotación de minas y canteras sería el mayor responsable de la pérdida de los puestos de trabajo.
Dos tendencias explicarían este desempeño: de un lado, la caída de los precios internacionales de las materias primas, entre ellos los metales más usados por las industrias transformadoras.
Del otro, el cierre temporal de la mina Veladero, una de las más grandes del país, por los derrames de compuestos con cianuro que contaminaron las aguas de arroyos y ríos de la provincia de San Juan.
El caso de Veladero, de la firma Barrick Gold conjuga los dos males, caída de los precios y contaminación ambiental, que la llevó al cierre temporal.
En tanto, la actividad agropecuaria, la otra gran beneficiaria de la quita de impuestos, perdió un 2,4% de su mano de obra, es decir 8000 trabajadores, en el año que va de octubre de 2016 a octubre de 2017, con lo que éstos sumaban en total 317.705, una cifra que era un 1,1% superior a la registrada en octubre de 2015, pero que se mantenía un 3,4% por debajo de la registrada en el mismo mes de 2014 .
Entre las causas relevadas para este bajón por el portal especializado Valor Soja, se encuentran los «desastres climáticos recurrentes, liquidación de tambos (importantes generadores de mano de obra)», además de la «falta de competitividad presente en las zonas productivas extra pampeanas (donde el elevado costo del flete a terminales portuarias termina licuando el negocio)».
La quita de las retenciones a la agricultura continúa. Si bien se eliminaron por completo en enero de 2016, junto con las mineras, para todas las exportaciones, se mantuvieron para la soja, el músculo del sector. Pero este año comienza su caída acelerada. «