El Tesoro salió a ayudar al Banco Central para tratar de reducir el pasivo de esa entidad y limpiar su balance. Lo hizo a través de una licitación de títulos (Lecap) con una tasa lo suficientemente alta para que las entidades financieras que tenían sus excedentes de dinero depositados en el BCRA lo invirtieran en Lecap de corto y mediano plazo (entre 15 días y dos meses y medio, según el caso).

Eso permitió que el Banco Central redujera sus pasivos remunerados, una de las prioridades encomendadas por el presidente Javier Milei a su equipo económico. En las últimas dos semanas esa masa de dinero, por la que el organismo paga intereses, disminuyó de un máximo de $ 35 billones a los $ 23,2 billones con que cerró mayo, según los datos oficiales.

La contracara de ese desendeudamiento en pesos sigue siendo la cantidad de dólares que se dejaron de abonar en el primer cuatrimestre del año. Se trata de U$S 9100 millones de diferencia entre las importaciones FOB relevadas por el Indec y las divisas que efectivamente salieron del Banco Central. A ello se suman los Bopreal (bonos de largo plazo), también emitidos en dólares, por los que la entidad tendrá que responder en algún momento entre el año que viene y 2027.

Cambio de cartera

La mano del Tesoro se advirtió en las tasas convalidadas en la última licitación de Lecap: las letras de corto plazo pagarán un 4,2% mensual, bastante más que el 3,3% que abona el Central por los pases que ofrece a las entidades bancarias para regular el dinero circulante en plaza. Esa diferencia hizo que los bancos aceptaran cambiar de cartera en busca de mayores rendimientos.

«En el marco de la estrategia de saneamiento de la hoja de balance del BCRA y reducción de sus pasivos remunerados, lo adjudicado en esta licitación se depositará en la cuenta del Tesoro en el BCRA y se destinará a incrementar las reservas de liquidez», dijo el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, blanqueando el propósito de la licitación.

Con esa migración de fondos, el Banco Central siguió reduciendo su stock de pasivos remunerados.

En la visión del gobierno, despojar de deudas a esa entidad es un paso fundamental en el camino a una finalidad cada vez más claro: cerrar el Banco Central. Por ahora es el objetivo económico en que más avanzó el gobierno de Javier Milei, toda vez que las otras rimbombantes propuestas quedaron a medio camino: faltan divisas para levantar el cepo, la competencia de monedas (que reemplazó a la tan mentada dolarización) sigue lejana, la reactivación de la economía no asoma en el horizonte y la continuidad de la baja de la inflación (después de una disparada autoinfligida por la devaluación inicial de Luis Caputo) está condicionada a que no se liberen las tarifas.

En dólares

Como si se tratara de una manta corta, con la que hay que optar por taparse la cabeza o los pies pero no los dos a la vez, los pesos que se dejan de deber se convierten en pasivos en dólares. En abril, el BCRA adquirió U$S 3347 millones para sus reservas, pero el superávit comercial medido por el Indec fue de U$S 1820 millones. La diferencia responde, básicamente, a importaciones impagas.

Según el balance cambiario de la entidad, en abril se abonaron importaciones por U$S 3159 millones pero las compras FOB del mes totalizaron U$S 4471 millones, «lo que indicaría un aumento en el endeudamiento comercial, una disminución de los activos externos o la realización de pagos mediante otros mecanismos».

Al respecto, el economista Salvador Vitelli difundió en sus redes sociales un gráfico que comparó la proporción de las importaciones pagadas sobre las realizadas: se abonó sólo el 17% en diciembre, 24% en enero, 42% en febrero, 61% en marzo y 68% en abril. «Se acumula en el primer cuatrimestre U$S 9100 millones de deuda no pagada», calculó.

A ello se suman los Bopreales, bonos que el Banco Central colocó precisamente entre las empresas que tienen deuda comercial con sus proveedores para que los puedan cambiar por dólares en los mercados secundarios. Los U$S 10.000 millones emitidos equivalen a la reducción de pasivos en pesos del último mes y deberán ser cancelados entre 2025 y 2027. Y en dólares. «

Economía aprovechó para recomprar bonos

Gracias al éxito de la licitación de Lecaps de esta semana, el Ministerio de Economía aprovechó para rescatar bonos del Tesoro en dólares que estaban en poder del Banco Central.

Según se informó desde la Secretaría de Finanzas, se recompraron bonos del Tesoro (AL29) por un valor nominal de U$S 800 millones, los que se descontarán del stock de la deuda pública.

La operación insumió algo más de $ 550.000 millones, ya que se realizó a una paridad de 69 dólares por cada 100 de valor nominal.

A mediados de mes se había realizado una compra similar de bonos AL35 por un total de $ 691.000 millones. Los pesos son retirados de la circulación por el Banco Central y al mismo tiempo los títulos son dados de baja, por lo que el total de la deuda se reduce.

Claro que esa disminución de los pasivos en dólares son también balanceados por los pesos que debió obtener Finanzas a través de la licitación de títulos: hace dos semanas había colocado letras por $ 11 billones y la emisión de Lecap de esta semana totalizó unos tres billones y medio de pesos, según lo informado por esa dependencia del Ministerio de Economía.