El juez federal Claudio Bonadio dispuso una investigación para determinar si durante los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner se fletaban vuelos hacia Río Gallegos y El Calafate para llevar diarios de la Capital Federal. Lo hizo en el marco de una resolución de más de cien páginas cuyo resultado principal fue el procesamiento de los ex secretarios presidenciales Roberto Sosa, Daniel Álvarez y Fabián Gutiérrez; el ex jardinero Ricardo Barreiro y el ex mayordomo Raúl Copetti, en el marco de la causa por las fotocopias de los cuadernos. Todos fueron procesados y embargados por hasta tres mil millones de pesos, pero Gutiérrez es el único que no quedó preso, pues se acogió al régimen del arrepentido.
Bonadio puso la lupa en los relatos de algunos testigos que contaron que los fines de semana, cuando el matrimonio Kirchner se encontraba en Santa Cruz, realizaban vuelos en los que, entre otros elementos, llevaban los diarios porteños.
“Toda vez que de lo expuesto en algunas de las declaraciones testimoniales recibidas se desprende que durante las presidencias de Néstor Carlos Kirchner y Cristina Elisabet Fernández se realizaban vuelos en avión con el único fin de llevar los diarios a los nombrados desde esta ciudad a las ciudades de El Calafate y Rio Gallegos, como así también otros elementos que no se encontrarían relacionados con la función pública, habré de ordenar la extracción de testimonios de las partes de interés y remitirlos a la Cámara del Fuero a fin que desinsacule al Juzgado que deberá investigar la posible comisión del delito de malversación de caudales públicos”, escribió Bonadio.
Entre esas declaraciones testimoniales, figuran las del piloto José Luis Bustos: “Teníamos un vuelo que le decíamos el diariero porque volábamos los fines de semana –sábado, domingos y feriados- y en general sólo trasladábamos los diarios despegando generalmente a las 6:00 de la mañana desde Aeroparque, los vuelos se realizaban solo cuando la familia presidencial se encontraba en el sur y podían ser a Calafate o Río Gallegos. Las personas que viajaban en el avión a Calafate o Río Gallegos iban con sus valijas o bolsos con ellos no las despachaban”.
El juez también valoró el relato del piloto José Javier Videla: “En Río Gallegos recuerdo que nos recibía Sosa, y en El Calafate nos recibía Barreiro. En algunos vuelos también estuvo Daniel Álvarez. Por el tamaño del avión nunca fue de gran volumen la descarga. Incluso en algunos vuelos como era tan poco el lugar que había en el avión se guardaban los bolsos en el baño, pero ello tenía como consecuencia que el baño quedaba inhabilitado. La descarga era simple, porque era poco, no utilizaban personal aparte para ello. Los mismos Daniel Álvarez o Muñoz la mayoría de las veces se encargaban de bajar los bolsos o cosas. Generalmente en Calafate no pernoctaba el avión. Muchas veces íbamos de apoyo, llevábamos a algún reemplazo, alguna necesidad. Pero la mayoría de las veces eran vuelos los días sábados o domingos y era para llevar diarios”.
Técnicamente, lo que hizo Bonadio se denomina “extracción de testimonios”, esto es fotocopiar las declaraciones de las que se podría desprender la comisión de un delito para enviarlas a la Cámara Federal, para que allí se sortee un juzgado diferente para que lleve adelante la nueva investigación.