Como un déjà vu de fines de 2019, el gobierno de Axel Kicillof se quedó esta semana sin una ley clave para reformar el régimen jubilatorio del Banco Provincia por la crisis política que se abrió en el PRO tras la reaparición de Mauricio Macri en la política provincial. El expresidente ordenó dar marcha atrás con un acuerdo que ya estaba avanzado con el Frente de Todos y que incluía también el reparto de cargos que le corresponden a la oposición, lo que generó el portazo de los intendentes propios y abrió una nueva grieta con los socios de la UCR.
El proyecto que desató la crisis en el PRO es el que deroga la Ley 15.008, que fue aprobada en la gestión de María Eugenia Vidal y que generó un fuerte rechazo gremial en su momento por el retroceso en derechos como el cálculo del haber y la edad jubilatoria. Esa norma produjo, además, una catarata de medidas cautelares en la Justicia a favor de los trabajadores. En este marco, la Suprema Corte ordenó que se redacte una nueva ley, que espera tratamiento desde 2021.
Con paridad absoluta en el Senado y un panorama ajustado en Diputados, los acuerdos son imprescindibles para que la Legislatura funcione. Después de semanas de negociaciones, oficialismo y oposición habían logrado avanzar en un acuerdo para derogar la ley de Vidal y, en paralelo, darles curso a las designaciones pendientes en el directorio del Bapro –tres cargos que le corresponden a Juntos–; el Tribunal de Cuentas, que está vacante desde febrero; así como también la designación de ministros de la Suprema Corte, entre otros sillones.
La mesa de negociación estaba integrada por el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, el jefe del bloque de diputados de Juntos, Maximiliano Abad –quien también conduce la UCR provincial– y el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, por el PRO. Pero el acuerdo fue desconocido por Macri y por Vidal, que bajaron la orden de «endurecer» la postura y diferenciarse de la UCR, lo que dio lugar al portazo de Grindetti como negociador y a la mesa provincial del PRO.
El partido se quedó así sin interlocutor ante el Ejecutivo, donde ven repetirse el escenario que se dio con el Presupuesto 2020, apenas asumió Kicillof. «No hay interlocutores válidos. Ya pasó con Vidal y con (el exjefe de Gabinete) Federico Salvai cuando se acordaba algo y luego no se respetaba», se quejan cerca de Kicillof y agregan que, mientras tanto, “no sale nada».
Tras la crisis, el PRO no eligió aún al reemplazante de Grindetti pero suena el nombre del actual presidente del bloque de senadores, Christian Gribaudo. “Es conciliador, inteligente para buscar equilibrio y mantuvo unido al bloque en medio de los vaivenes”, apunta a Tiempo un legislador opositor, aunque aclara que la crisis en Juntos “es más grande” y tiene que ver, por un lado, “con que por el desastre del gobierno, Juntos puede llegar al balotaje con 25 o 30 puntos” y, por otro, “con que conviven dos ideologías que chocan al gobernar”. Y dispara: “Macri aguantó a los radicales porque los necesitaba, ahora no”.
Por ahora, no se sabe si se destrabará la negociación ni cuándo se tratará el proyecto y los acuerdos que vienen atados a esa ley. Desde el Frente de Todos, en tanto, una diputada considera que, finalmente, “primará la cordura del sector que no responde a Macri y coordinarán con el gobernador para que la ley salga”.