La institución que “limpia, fija y da esplendor” a la lengua castellana fue fundada en 1713 en Madrid a instancias de Juan Manuel Fernández Giménez Pacheco y Zúñiga inspirada en el modelo de la Academia Francesa.

Quizá por su antigüedad o porque su lema que habla recuerda los viejos avisos del polvo limpiador Puloil, que a diferencia de la RAE no”fija” pero sí  “limpia y da esplendor”, la mayoría de las personas creen que la función de la RAE es guardar las palabras en naftalina para que no se apolillen y conservarlas intactas como el vestido de novia de nuestras bisabuelas, llenos de tules intactos pero amarillentos.

Sin embargo, no es así. La Real Academia Española, institución vetusta si las hay, incorpora de manera permanente nuevos vocablos y lo hace con el criterio de que son los hablantes, los hijos de vecino, los que los generan y no ella. El criterio de incorporación tiene que ver con el grado de difusión tenga cada vocablo o expresión.

En estos últimos tiempos su diccionario online ha incorporado, por ejemplo, la palabra “machirulo”. Cualquiera que se tome el trabajo de consultar el diccionario leerá:

“Der. de macho

1adj. Despect. Coloq. Dicho de una persona, especialmente de un hombre: Que exhibe una actitud machista. U. t. c. s. En la reunión había varios machirulos. Sin. machista


2. 
Adj. Despect. Coloq. Propio o característico de un machirulo. Una respuesta muy machirula.Sin. machista.

Por su parte,  la palabra “perreo” se define como  ”baile que se ejecuta generalmente a ritmo de reguetón con eróticos movimientos de caderas, y en el que, cuando se baila por parejas, el hombre se coloca habitualmente detrás de la mujer con los cuerpos muy juntos.”

Realmente, cuando ciertas palabras son definidas por los académicos de la RAE parece perder algo de su potencia. Es que ni siquiera la palabra “perreo”, que alude a algo muy sensual, resiste la limpieza que le otorga esplendor.

Chunda-chunda ya sea con guión o sin él, una expresión no difundida en el castellano de Argentina pero que a priori parece tener alguna connotación sexual ha sido incorporada y definida como  “música fuerte y machacona”.

Otras de las palabras y expresiones incorporadas por la RAE son banner, big data, biocapacidad, cookie, cortometrajista, disforia de género, descarbonizar, huella ecológica, intervencionismo, Kriptonita, masa madre, microfinista, neoconservador, no binario, oscarizar, pixelar, pobreza energética, posturear, retrogusto, sinhogarismo, sonidista y VAR.

Además de nuevos términos se han incorporado también nuevas acepciones como, por ejemplo el sentido “de tóxico” que por extensión puede trasladarse de alguna sustancia que intoxica el organismo a una persona que produce un efecto similar sobre la psiquis de otro.  

Un planteo difícil le plantea a los académicos el verbo “tuitear”, ya que la empresa llamada Twitter ha cambiado su nombre  por la letra x (equis).  ¿En el futuro diremos “equistear”? Ese será tema de próximas discusiones académicas.

Entre palabras nuevas, artículos, variaciones y supresiones se han realizado en total 4391 operaciones en la versión 23.7 del diccionario.

La RAE también ha revisado otros términos como indio por el significado negativo que ha ido adquiriendo, y peronismo que en el año 2001 se definía como Movimiento político argentino surgido en 1945, tras la subida al poder de Juan Domingo Perón”, hoy se ha ampliado a 1. “movimiento surgido a mediados del  siglo XX en la Argentina en torno a la figura de Juan Domingo Perón. 2. m. Régimen implantado por el peronismo (movimiento político) 3. M Règimen implantado por el peronismo (movimiento político). 4. M. Período histórico que abarca los gobiernos del peronismo (régimen). En todos los casos se señala que es sinónimo de justicialismo porque la nueva versión incluye también sinónimos y antónimos de los vocablos.