La inseguridad alimentaria ya afecta en la Argentina a más de 14 millones de personas. El dato, que ilustra la profunda crisis económica que vive el país, surge del informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación.
El informe consigna que una de cada tres personas padecen la falta de acceso continuado a alimentos: unos 14,2 millones de ciudadanos. Es decir, 5,9 millones de personas más que en el período 2014-2016, cuando la inseguridad alimentaria moderada o grave afectaba a 8,3 millones. El hambre, que sufría el 19,1% del total de la población, en sólo dos años pasó al 32,1 por ciento.
La cifra representa un brutal aumento del 71% en la cantidad de individuos con falta de acceso a alimentos, uno de los incrementos más altos registrados en el período a nivel mundial, junto con países como Níger, Egipto, Sierra Leona y Botswana, en África, y Tayikistán y Afganistán, en Asia.
El estudio, presentado el 15 de julio, fue elaborado por cinco organismos multilaterales: la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la OMS.
La FAO indica que en América Latina y el Caribe, “las tasas de subalimentación han aumentado en los últimos años, en gran parte como consecuencia de la situación en América del Sur, donde el porcentaje de personas con hambre aumentó del 4,6% en 2013 al 5,5% en 2018”.
El informe explica que “las personas que experimentan una inseguridad alimentaria moderada afrontan incertidumbres sobre su capacidad para obtener alimentos y se han visto obligadas a reducir, en ocasiones durante el año, la calidad o la cantidad de alimentos que consumen debido a la falta de dinero u otros recursos”. Esta falta de acceso continuado a los alimentos disminuye la calidad de la dieta, altera los hábitos alimentarios normales y puede tener consecuencias negativas para la nutrición, la salud y el bienestar. Quienes afrontan una inseguridad alimentaria grave presentan una alta probabilidad de haberse quedado sin alimentos, haber experimentado hambre y, en las situaciones más extremas, haber pasado varios días sin comer, lo cual pone su salud y bienestar en grave riesgo.
Un análisis del anexo estadístico que distribuyó la FAO, realizado por el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEx), arroja que el aumento en la prevalencia y el número de personas que padecen inseguridad alimentaria en la Argentina se encuentra entre los más altos a nivel mundial.
Otro dato preocupante, entre muchos que registra el informe, es el aumento de la prevalencia de la anemia entre las mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años), que pasó del 15,9% en 2012 al 18,6% en 2016.