Marcelo vive en el barrio Padre Carlos Mugica. Se levanta a las cinco de la mañana, se toma unos mates y empieza la recorrida diaria. Su jornada arranca dos horas antes de que salga el sol y termina cuando la luna se adueñó del cielo. Para él no existen los fines de semana ni los días de ocio y mucho menos un descanso dominical. A los 17 conoció a Betty y juntos dieron vida a una gran historia de amor y sacrificio. Tuvieron cuatro hijos y enfrentaron los vaivenes de la vida cotidiana. Durante muchos años salieron a cartonear para poder criar a sus hijos, luego se separaron pero su siempre están juntos en las buenas y en las malas.
Marcelo trabaja con el carro hace 40 años, junta cartones desde pibe y durante unos años, paralelamente, pudo hacer alguna que otra changa. Desde el 2015 a la fecha se levanta más temprano y vuelve más tarde pero, pese al esfuerzo, hace unos días se encontró con la apatía y el desprecio. En las últimas horas se viralizó un video que mostraba “el accionar” de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires contra Marcelo. Las imágenes muestran cómo los uniformados secuestraban la moto con la que trabaja junto a toda la mercadería que recolectó durante la jornada.
“Él tuvo que laburar muchos años para poder comprar esa moto y juntar más cartones y hacer el trabajo más rápido. Nadie le regaló nada. Sale a las cinco de la mañana y vuelve a las diez de la noche, muchas veces se va a trabajar en medio de la lluvia y sin comer”, narra a Tiempo Lucrecia, “aunque me dicen Betty”, aclara. Ambos se conocen desde muy jóvenes y pasaron casi toda la vida juntos. El hijo más grande de ellos tiene 31 y el más chico 8. “Durante muchos años trabajamos a la par y luego de la separación Marcelo siguió juntando cartones. Es una persona muy buena, honesta y laburadora, no se merece pasar por todo lo que está pasando”, cuenta Betty, que trabaja en la Parroquia del Rosario, ubicada en el barrio Güemes, donde cocina y le da de comer a cientos de personas en situación de calle.
El martes a la noche, la policía de Rodríguez Larreta se interpuso en el camino de Marcelo mientras cartoneaba con su moto. Tras pedirle el documento y ver que contaba con la identificación, le solicitaron el ‘permiso para transportar residuos en seco’. “¿Qué es eso?”, preguntó el hombre a los oficiales. “Es la primera vez que lo escucho”, remató.
Rápidamente los uniformados incautaron el vehículo de Marcelo junto a toda la mercadería que, con esfuerzo y dedicación, había recolectado durante 14 horas de trabajo. Le dijeron que la moto iba a estar confiscada durante dos semanas y que, para recuperarla, seguramente tendría que pagar una multa.
“Es injusto, al padre de mis hijos no hay diluvio que lo pare cuando sale a trabajar y ahora esta gente le quita su moto. Se rompe el lomo laburando todos los días y varias veces se enfermó de neumonía pero tuvo que seguir trabajando”, exclama la mujer.
El desprecio al cartonero y a los que peor la pasan
El esfuerzo, el reconocimiento y el mérito, parecerían ser palabras vacías cuando las reproducen aquellos que, en la práctica, no reconocen a quienes nunca bajan los brazos para poder llegar a fin de mes, por el contrario, obstaculizan (aún más) para que eso no ocurra. “Con Marcelo nos levantábamos muy temprano cuando trabajábamos juntos, los sábados o domingo a las cinco ya estábamos arriba para desarmar balastros, para pelar cables y sacarles el cobre. Luego salíamos a la calle sin desayunar y volvíamos pasadas las diez de la noche”, recuerda Betty. “El señor Larreta tiene mucho desprecio por quienes vivimos en los barrios populares, sobre todo a los que estamos en el Carlos Mugica, debe ser porque nunca ganó una elección en nuestro barrio, las perdió todas”, agrega y remata: “Nuestro barrio es trabajador, y Larreta no gobierna para los trabajadores ni los pobres.
Una imagen clavada en la memoria
La Policía de la Ciudad tiene un importante historial de secuestro de mercadería a trabajadoras y trabajadores callejeros. Quizá los más castigados son los ambulantes, más conocidos como manteros, que durante muchos años sufrieron (sufren) el hostigamiento y la persecución de la administración de Rodríguez Larreta. En marzo del 2018, un joven fue abordado por dos efectivos de la seccional 7ma, en el barrio de Balvanera, en Perón al 2500. Los uniformados lo rodearon y comenzaron a labrarle un acta por, supuestamente, “violar el artículo 83 del Código Contravencional”, que castiga con multas el uso indebido del espacio público. A Maximiliano Gómez le secuestraron más de 40 sándwiches de salame y queso que vendía en la calle. El hecho fue fuertemente repudiado por varios sectores de la sociedad y la imagen quedó clavada en la sociedad.