Las presiones del gobierno de Benjamin Netanyahu dieron resultado y la Flotilla de la Libertad, que llevaría 5500 toneladas de ayuda humanitaria para Gaza y estaba pronta a partir desde Estambul, se suspendió hasta nuevo aviso. El subterfugio que encontró Israel luego de meter presión a las autoridades turcas fue “apretar a Guinea-Bissau para que retire las banderas de los buques”, dice el argentino Nicolás Sguiglia, uno de los 500 voluntarios de varias nacionalidades que iban en el convoy compuesto por tres buques: el Akdeniz, el Conscience y el carguero Anadolu, que recorrería esos 700 kilómetros hacia la Franja.
Sguiglia, rosarino de origen pero afincado en Málaga, donde llegó a concejal por Podemos, señala que las naves circulaban con bandera de ese país africano, que debe por lo tanto garantizar las condiciones para la navegación segura. «Algo que nunca había ocurrido, nos dijo el capitán, es que llegó un inspector y dijo que no estaban dadas las condiciones para zarpar», añade Sguiglia, A Israel le quedó servida para pedir una nueva revisión, lo que llevará días sino semanas. Ellos tienen todo el tiempo del mundo. “Se están gestionando otras banderas para los barcos; cuando se consigan, volvemos a unirnos y zarpar”, agrega Sguiglia.
En la Flotilla, que rememora aquella de mayo de 2010 cuando fuerzas israelíes bombardearon la caravana provocando la muerte de 16 personas y un incidente internacional con Turquía, viajaban desde argentinos como Carlos Trotta, de Médicos sin Fronteras, hasta la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, la diputada de Podemos Martina Velarde, dirigentes gremiales de Irlanda y Argelia, legisladores de Jordania y veteranos de la guerra de Vietnam.
El viajero que puede cambiar la ecuación es Zwelivelile «Mandla» Mandela, nieto del expresidente sudafricano Nelson Mandela. A través de él se negocia ahora la posibilidad de que a la Flotilla se le ponga bandera de Sudáfrica, el país que hace unos meses presentó la demanda en el Tribunal de La Haya contra Israel por genocidio.
Sguiglia agregó a Tiempo que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan, por su parte, enfrascado en su problemática local y regional, no ayudó demasiado para facilitar las cosas. «Ya recibió al líder de Hamas, Ismail Haniye, y le prometió impulsar una tregua en Gaza ahora que se está retirando Qatar».