Es un tanto paradójico: el radicalismo de Capital Federal, conducido en las sombras por el -histórico Enrique Coti Nosiglia, fue uno de los que con mayor vocación impulsó la alianza UCR-PRO. Hubo otros distritos, en 2014, como Santa Fe y provincia de Buenos Aires, que se opusieron y perdieron la disputa interna. Lo singular-quizás no tanto- es que la Ciudad es donde el macrismo le cerró la puerta al principal candidato del radicalismo, Martín Lousteau.
El recorrido político del ex embajador es sumamente variopinto. Fue ministro de CFK. Luego, en 2015, estuvo a sólo dos puntos de ganarle a Horacio Rodríguez Larreta la jefatura porteña. Este dato permite afirmar que estuvo muy cerca de ser el verdugo del proyecto presidencial de Mauricio Macri, ya que resulta difícil imaginar al líder del PRO llegando a la Rosada si hubiera perdido su bastión porteño. Unos meses después, Lousteau se transformó en uno de los diplomáticos más importantes de Macri presidente, al aceptar la embajada en Estados Unidos. Y al año y tres meses volvió a Buenos Aires para competir con el PRO en la Ciudad, esta vez con la intención de hacerlo por dentro de la coalición Cambiemos, algo que no ocurrirá.
Todavía es un misterio cómo se llamará el frente oficialista en la CABA. En el radicalismo remarcan que, en el acta fundacional de Cambiemos, figura que sin la UCR no se puede usar el nombre de la coalición. Así que si Rodríguez Larreta pretende usar el nombre lo van a impugnar.
Sin embargo, el tema central que se debate en el entorno del ex embajador no es el nombre. Saben que Elisa Carrió no necesita marca partidaria. El punto de análisis es en qué lugar poner a Lousteau. Las cartas sobre la mesa son dos: que encabece la lista de diputados nacionales por la Ciudad o se ponga en un segundo plano y sea candidato a primer legislador porteño.
La segunda opción tendría una dosis de audacia. Los beneficios serían que el ex embajador podría evitar hablar de los temas nacionales, y así no hacer oposición a Macri. Además podría invitar al corte de boleta a votantes que quieran votar por Carrió y por él, ya que competirían en categorías distintas. La Ciudad tiene una vieja tradición de cortar boleta, así que la apuesta tiene algunos antecedentes en los que apoyarse.
Hay un sector de los radicales que no van a acatar la decisión orgánica del Comité porteño y que jugarán con Rodríguez Larreta. Entre otros: Facundo Suárez Lastra, Jesús Rodríguez y el propio Ernesto Sanz, impulsores de la corriente radicales en Cambiemos. En el entorno de Lousteau, le quitaron importancia a esta fractura. Uno de sus asesores le dijo a Tiempo: Son dirigentes que arman un acto con tres remises y les sobra uno. No tienen un solo voto. Qué hagan lo que quieran. «