Cristina Fernández cerró su alocución con un pedido para que se investiguen a los financistas del atentado en su contra y con su juicio sobre el juicio: “Este juicio es a los autores materiales, faltan los autores intelectuales, los financiadores. El Poder Judicial, lo que considero el partido judicial, protegió y sigue protegiendo a los ideólogos y financiadores”, sostuvo Cristina. “Esto es una deuda, no conmigo, con la democracia”, completó.

Y, además, utilizó la transmisión en vivo desde el canal del Tribunal Oral Federal 6 para hacer geopolítica: no los señaló como culpables, pero sí contextualizó la presencia de los grupos económicos nacionales y extranjeros que se beneficiarán con el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi). En ese marco recordó la recuperación de YPF. A esos sectores económicos apuntó la exvicepresidenta como los responsables de su persecución judicial y posterior proscripción. “Como no nos pueden ganar nos quieren exterminar”, sentenció.

Es por eso que también recordó el rol que cumplió el fiscal Diego Luciani en su alegato final. “Luciani contribuyó a la violencia política. Tuvo prime-time durante 22 días cuando acusó de corrupción, no a mí, al peronismo. Eso motivó manifestaciones en la puerta de mi casa que finalmente concluyó con el tiro fallido, con la bala que no salió”, dijo. Y agregó: “Uno de los autores materiales pidió ser defendido por Luciani”.

Foto: @CFKArgentina

Otro de los mensajes de Cristina fue directo a Aníbal Fernández, exministro de Seguridad, funcionario a cargo de la Policía Federal, a la que criticó junto también con la Policía de la Ciudad.

Cristina fue acompañada por intendentes y legisladores esta mañana a Comodoro Py y luego fue recibida por la militancia que la fue a saludar a las puertas del Instituto Patria, y retomo el contacto directo con la militancia a la que reconoció extrañar luego de que se cortaran sus apariciones en espacios públicos abiertos tras el atentado.

Durante su defensa se la escuchó firme, excepto cuando relató las secuelas que dejó el intento de asesinato en su nieta Helena, hija de Florencia, quien debió recibir tratamiento psicológico.

Foto: NA/Claudio Fanchi

Cristina criticó especialmente la decisión de no unificar la causa del atentado con la que investiga a la agrupación Revolución Federal, a pesar de que ella misma solicitó esa unificación al magistrado encargado de la instrucción. “La unificación que se quiso hacer con la causa de Revolución Federal con la causa de mi atentado fue rechazada por la doctora Capuchetti, y la decisión de ella fue ratificada por la Cámara Penal”, comentó Kirchner, dejando en claro su descontento no solo con Capuchetti sino con todo el sistema judicial. En sus palabras, “no es solamente la doctora Capuchetti. Es el partido judicial”.

Cerca de Cristina estaban satisfechos porque se había podido marcar alguno de los puntos más oscuros de la investigación que no están saliendo a la luz. “Se pudo dejar en claro cómo se fue construyendo un contexto de violencia en el que se podía decir y hacer cualquier cosa, para darle un marco al ataque magnicida”.

Los ejes principales fueron el señalamiento del financiamiento a ese grupo de gente autodenominado Revolución Federal, el proyecto de ley de Gerardo Milman que presentó dos semanas antes del atentado contra la vicepresidenta, en el que se refería a «falso ataque a la figura de Cristina para victimizarla», el borrado del contenido del celular de Fernando Sabag Montiel, al que caracterizan como “tirador” y no asesino, ya que ponen la culpa en la autoría intelectual y no en un eventual sicario. “Cuando haya justicia en este país ya le van a tocar la puerta, hoy es inimputable”, se esperanzaron.

Por la tarde, luego de saludar a la gente en la puerta y desde el balcón del Patria, Cristina se reunió con la dirigencia que la había acompañado temprano a la mañana, como Wado de Pedro, la intendenta quilmeña Mayra Mendoza, su par de Pilar Federico Achaval, la senadora Alicia Kirchner, la vicegobernadora Verónica Magario, los intendentes Gastón Granados, Gustavo Menéndez y su hermana Karina Menéndez, Leo Nardini, Federico Otermin, Damián Selci, Juani Ustarroz, la ministra de Ambiente Daniela Vilar, Juan Mancini, Nico Mantegazza, Leo Botto, y lo senadores Mariano Recalde y Juliana di Tullio. También estaba Martín Sabatella, Oscar Parrilli, Eduardo Valdez, Cuervo Larroque, Jorge Taiana, Lu Cámpora, Facundo Tignanelli, Germán Martínez, Rodolfo Tahilade, Vanesa Siley, Florencia Carignano, Martín Rodríguez, Eugenia Duré, Juan Grabois, Julián Álvarez, Julia Strada, Emilio Pérsico, Mónica Macha, Hugo Yasky, itai Hagman, Lucia Corpacci, el bancario Sergio Palazzo y el titular de HIJOS Charly Pisoni. Entre ellos el gobernador Axel Kicillof, uno de los que se expresó de manera más contundente al preguntar quién mandó a matar a Cristina, una pregunta que se logró instalar como consigna política y que por ahora no tiene respuesta.