Monstruos, un portal a una dimensión siniestra, una agencia gubernamental inescrupulosa y una chica con poderes telequinéticos vuelven a ser los componentes de Stranger Things, serie sobrenatural que rinde tributo al cine y la cultura popular estadounidense de los 80, cuya segunda temporada ya está disponible en Netflix.
La nueva entrega de la serie de los mellizos Matt y Ross Duffer estará compuesta de nueve episodios y volverá a tener a Winona Ryder y David Harbour en el elenco, aunque son los intérpretes juveniles los que se roban la atención.
Tal como la primera temporada, la trama transcurre en la imaginaria localidad de Hawkins, un pueblo suburbano del estado de Indiana en apariencia idílico, con chicos jugando en las calles hasta que haya oscurecido y grandes espacios verdes para disfrutar de la vida al aire libre.
Un año ha transcurrido desde la desaparición y posterior rescate del mejor amigo de Mike, Dustin y Lucas, el pequeño Bill Byers (Noah Schnapp), y la destrucción del monstruo Demogorgon que lo había secuestrado y llevado hacia el mundo del Upside Down (o «Mundo del revés»).
Luego de ayudarlos por medio de sus poderes telequinéticos, Eleven también desapareció y los miembros de la agencia secreta que experimentaba con ella y era responsable por la apertura del portal hacia el Upside Down la buscan incansablemente.
Si bien todo parece haber quedado en el pasado y la mayor parte del pueblo ignora los hechos sobrenaturales que ocurrieron debajo de sus narices, un inmenso y peligroso ser comienza a acercarse desde la dimensión oscura y el grupo de chicos, con el retorno de Eleven y la participación de la madre de Will (Ryder) y el sheriff Hopper (Harbour) harán todo lo posible para evitarlo.
Casi sin publicidad ni promoción, la plataforma líder en contenidos audiovisuales estrenó la primera temporada de Stranger Things el año pasado y, por el boca en boca al principio, y por el poder multiplicador de los medios después, en pocos días tomó por asalto la escena seriéfila.
El homenaje a películas, programas de TV y creaciones literarias de la década del 1980, en particular a aquellas que llevaban la firma de Steven Spielberg y Stephen King, apeló a la nostalgia de toda una generación que se crió viendo esas ficciones y que (¿casualmente?) se encuentra hoy en uno de los grupos etarios entre los que más impacta Netflix.
Los Duffer le declaraban su amor a lo más conocido del cine de ciencia ficción, de terror y de aventura juvenil de la década, con E.T. (de Steven Spielberg, 1982), Los Goonies (dirigida por Richard Donner y escrita por Spielberg, 1985) o Cuenta conmigo (de Rob Reiner sobre un relato de King, 1986) como ejemplos más preponderantes.
No tardaron en aparecer decenas de videos en Youtube con la recopilación de las distintas escenas, planos o elementos estéticos de la serie que funcionaban como referencias directas a aquella época, y que los Duffer habían incorporado con orgullo no como copias, sino como homenajes.
El ritmo atrapante, un elenco de personajes entrañables y valores universales como la amistad, el amor y la inocencia, completan el combo que explica por qué también se volvió masiva entre los más jóvenes.