La Corte Suprema de Estados Unidos examinará el jueves si Donald Trump goza de inmunidad penal como expresidente, en un caso que amenaza con agitar las elecciones de noviembre.
Aunque la mayoría de los expertos en derecho constitucional le pronostican una derrota judicial, es posible que ya haya obtenido una victoria política.
Al aceptar a trámite el caso, el tribunal retrasó el comienzo de un juicio en el que se acusa a Trump de conspirar para alterar los resultados de las elecciones de 2020 que ganó el demócrata Joe Biden.
No existe jurisprudencia sobre el asunto porque hasta Trump ningún antiguo inquilino de la Casa Blanca había sido acusado de un delito.
«Como todo el mundo sabe Richard Nixon infringió la ley penal», recuerda James Sample, profesor de derecho constitucional en la Universidad de Hofstra.
«Pero como dimitió y Gerald Ford le indultó nunca hemos tenido que abordar directamente la noción de un proceso penal contra un expresidente», añade.
El fiscal especial Jack Smith presentó el caso de conspiración electoral contra Trump, de 77 años, en agosto y ha presionado desde entonces para que el juicio comenzara en marzo.
Los abogados de Trump presentaron un aluvión de mociones para aplazar el caso contra el candidato presidencial republicano, incluida una en la que sostienen que un expresidente goza de «inmunidad absoluta».
Dos tribunales rechazaron de plano este argumento, pero la Corte Suprema, de mayoría conservadora y con tres de los nueve magistrados nombrados por Trump, aceptó el caso a trámite.
En un fallo, un tribunal inferior estimó que la Constitución no avala este argumento. «No podemos aceptar que el cargo de la presidencia sitúe a sus antiguos ocupantes por encima de la ley para siempre», dijeron los jueces.
Smith 1, Trump 0
Sample y otros juristas estiman poco probable que la Corte Suprema afirme que un presidente goza de inmunidad general.
«Me resulta difícil creer que incluso esta Corte Suprema muy, muy conservadora y muy pro-Trump se incline a fallar a favor de un argumento que dice que un presidente es completamente inmune, básicamente, no importa lo que haga», declaró.
«Creo que el marcador dirá Jack Smith 1 Donald Trump 0», vaticinó Sample. Pero estima que tendrá consecuencias para el calendario del año electoral.
Steven Schwinn, profesor de derecho de la Universidad de Illinois Chicago, concuerda con él.
«Aunque el tribunal le propine a Trump una derrota decisiva y sin paliativos, la fiscalía tendrá que apresurarse para celebrar el juicio antes de las elecciones», dijo.
Randall Eliason, un exfiscal de distrito que da clases en la universidad George Washington, considera que las circunstancias únicas del caso justifican una decisión rápida pero la Corte Suprema puede esperar hasta el final de su actual mandato en junio para emitir un fallo.
«Nunca antes habíamos tenido una situación en la que un acusado tuviera potencialmente la posibilidad de anular su propio procesamiento si gana la reelección», dijo Eliason.
«La gente tiene derecho a que estos cargos penales sean juzgados, y si Trump es reelegido, existe la posibilidad de que nunca» lo sean, afirmó.
Smith rechazó la idea de que un presidente necesite inmunidad para poder tomar decisiones importantes, como afirma Trump.
«El deber constitucional del presidente de cuidar que las leyes sean fielmente ejecutadas no implica un derecho general a violarlas», estima Smith.
Trump también se enfrenta a cargos por las elecciones de 2020 en Georgia y ha sido acusado en Florida por presunto manejo indebido de información clasificada tras abandonar la Casa Blanca.
El lunes comenzaron los alegatos iniciales en su juicio en Nueva York por falsificación de registros comerciales mediante un pago a una actriz porno para ocultar una relación extramatrimonial antes de las elecciones de 2016.