La Corte Suprema de Justicia colombiana ordenó la captura del congresista Jesús Santrich, exnegociador de los acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, que debía presentarse el martes para responder a una acusación de narcotráfico desde Estados Unidos, país que reclama su extradición. El máximo tribunal, además, elevó su pedido a Interpol.
Santrich, nombre de guerra de Seuxis Paucias Hernández Solarte, figura con paradero desconocido desde el 30 de junio y en un primer momento se temió por su suerte, porque se fue del esquema de seguridad asignado luego de haber sido liberado de prisión el 30 de mayo tras un pase de comedia entre los poderes judiciales de esa nación.
El 17 de mayo había sido dejado en libertad por un fallo de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el órgano creado por los acuerdos alcanzados en La Habana en 2016 para poner fin a más de 50 años de lucha armada. Estaba detenido desde el 9 de abril del año pasado tras una causa abierta en base a una operación de agentes infiltrados de la DEA que lo señalaban como cabecilla de una banda que envió cocaína a EEUU luego de la firma de los acuerdios.
Los supuestos cómplices de Santrich, Marlon Marín, Fabio Younes y Armando Gómez, también fueron apresados. El único que reconoció haber participado en el presunto envío de drogas fue Marín, quien a los pocos días se convirtió en testigo protegido del gobierno estadounidense.
Ni bien salió de la cárcel de La Picota, y en la puerta, la Fiscalía capturó nuevamente a Santrich, obedeciendo al reclamo de EEUU. Trece días más tarde la CSJ volvió a dejarlo en libertad aduciendo que la fiscalía no tenía jurisdicción y garantizando que Santrich, que es congresista, no sería extraditado.
Hasta que el 29 de junio Santrich abandonó el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Tierra Grata, en el municipio de La Paz, donde se encuentran 144 excombatientes, y desde entonces se desconoce su paradero.
La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, como se denomina al partido político de las FARC (hasta 2016 Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) venía advirtiendo de los asesinatos de líderes guerrilleros que aceptaron sumarse al proceso de paz y en un comunicado de hace unas semanas señaló que desde que se sometieron a los acuerdos de La Habana, y con supervisión de la ONU dejaron las armas, perdieron «la vida de 133 ex guerrilleros, así como de 34 de sus familiares y once más desaparecidos, que se suman a los más de 600 compatriotas asesinados por su papel de liderazgo en sus comunidades, además de las constantes amenazas que circulan en los territorios y el desplazamiento de miles de compatriotas».
Eso generó que ante la falta de noticias sobre Santrich se temiera por su vida, o en segundo lugar, que se entendiera que quería protegerse de un posible atentado contra su vida. Resulta sospechoso que el proceso en EEUU se abriera justo unos días después de que la JEP entrara en vigor.
Desde el triunfo de Iván Duque, hijo político de Álvaro Uribe, en agosto pasado, hubo un viraje muy pronunciado en ese trabajoso proceso alcanzado durante la gestión de Juan Manuel Santos y que daba esperanzas de que el país encontrara la paz y la convivencia civilizada. Ante un escenario de violencia contra militantes y ex guerrilleros, la opción de autoprotegerse estaba en la mesa de todos los analistas.
El día clave era este martes, cuando Santrich estaba citado para comparecer ante la CSJ y hacer su descargo sobre las acusaciones provenientes de EEUU. Su falta despertó la ira de Duque, que hace lo posible por destruir los acuerdos con las FARC y que se fijó como meta la desaparición del JEP, lo único que hasta ahora parece haberse implementado de aquellos documentos firmados con tanta expectativa en la capital cubana.
Pero esta ausencia también preocupa al partido FARC, que parece no dudar ahora de que fue una decisión voluntaria de Santrich. «La no comparecencia de Jesús Santrich en la mañana de hoy, a la citación hecha por la Corte Suprema de Justicia, constituye un hecho muy grave», dice en un comunicado oficial de el martes. «Nuestro partido considera que los Acuerdos de La Habana, además de constituir un hito histórico de singular trascendencia para el futuro del país, son un compromiso sagrado que adquirimos con el Estado, el pueblo colombiano y la comunidad internacional», agrega.
«Con independencia de su inocencia o culpabilidad, que sólo la justicia podrá determinar mediante sentencia ejecutoriada, en el caso de Jesús Santrich no se puede negar que los sucesivos fallos de Corte Constitucional, la Jurisdicción Especial para la Paz y el Consejo de Estado, terminaron por reconocer sus derechos como ciudadano y reincorporado, brindándole todas las garantías para su libertad y defensa. Su no presentación a la diligencia desmiente su propia palabra y defrauda la confianza del país y de nuestro partido», continúa el duro comunicado.
También el senador Iván Cepeda fue lapidario con Santrich. «La inasistencia de Jesús Santrich a la indagatoria programada por la Corte Suprema de Justicia no solo es un grave incumplimiento al Acuerdo de Paz, es también un incumplimiento a los miles de exguerrilleros que sí están comprometidos con la construcción de la paz», tuiteó.