Dolores Solá y Acho Estol fundaron La Chicana en 1995, todavía con el menemismo en el aire y en tiempos tremendamente argentos. Como estos, pero distintos: en los que el tango y la juventud andaban buscándose nuevamente y una vieja guardia bajaba línea sobre cómo componer, frasear, cabecear y hasta bailar. Ambos querían sacudirse los mandatos apolillados y provocar nuevas músicas para tiempos históricos que clamaban por otras sonoridades y narrativas. Ella se había enamorado del tango en la infancia, canturreando los clásicos de Gardel y Le Pera que escuchaba su viejo con devoción. Cantar profesionalmente fue algo que le pasó de grande y medio por sorpresa. A Acho, en cambio, que se había formado de chico en un conservatorio clásico y creció rockero, el hechizo tanguero lo alcanzó ya de flaco veinteañero, cuando las guitarras del Morocho lo abrazaron para siempre en un viaje iniciático a Europa, donde se cansó de escucharlas en el walkman y emocionarse.

En casi tres décadas de trayectoria, con diez discos grabados, esta usina creativa conformada por Lola y Acho se convirtió en una banda referente de la renovación del tango, pero que busca expandirse continuamente hacia otros géneros y universos musicales. Su álbum más reciente, Los lobos del recuerdo, apareció a finales de noviembre en las plataformas digitales -en marzo llegará en formato físico- y es un mosaico de 15 temas que fluyen hacia diferentes músicas populares, pero alejándose esta vez un poco del 2×4. El álbum, curiosamente o no tanto, tiene un solo tango.

“Llevamos muchos años de carrera, pero al principio no fue fácil. Era una lucha para imponer nuestra manera y nuestros temas nuevos”, reconoce Dolores, la voz expresiva y amorosa al frente de este gran proyecto artístico que se completa con Acho, compositor y director de La Chicana, su compañero creativo y hasta hace poco su pareja. Él se acuerda y ríe: “Cuando empezamos, no nos importaba mucho lo que nos dijeran. Siendo una banda de tango, ya en nuestro primer disco, Ayer hoy era mañana (1997), había un chamamé con guitarras eléctricas… Y en este último trabajo estamos sumando románticos italianos. Claramente tenemos gustos muy amplios”.

-Este disco nuevo es casi todo folklórico. ¿Cómo se fue armando este repertorio hecho de zambas y candombes, baladas, valses y otros temas muy singulares?

A. E.: -Por un lado teníamos canciones que hacíamos mucho en vivo, pero a las que les faltaba decantar. Y también nos habían quedado sueltos varios temas justamente por ser muy folklóricos y despojados, hasta que nos dimos cuenta de que todo esto junto tenía una conceptualidad y homogeneidad. Además, desde hace años dejamos en cada álbum espacio para tres o cuatro temas nuestros o covers de esos que siempre quisimos grabar. Así se fue armando el disco, con composiciones de Dolores jamás grabadas, otras mías nuevas, y sumando genialidades como el candombe dedicado a Maradona “Para verte gambetear”, del querido poeta Jorge Alorsa. El tema “Quisiera hacer contigo una película hablada” es una poesía de Raúl González Tuñón con música del Tata Cedrón, y “Pugni chiusi”, una balada romántica italiana de fines de los -60, entre otras.

-¿Cómo llega una balada romántica italiana a ser interpretada por La Chicana?

A. E.: -Por unas amigas mías italianas que me dieron a conocer a Demetrio Stratos, un gran cantante romántico de los ’60 italianos, que en los ’70 tuvo un cambio radical, armó una banda progresiva y empezó a hacer cosas muy locas e interesantes con la voz: estudió fonación alternativa y diplofonía, para producir, como los mongoles, dos tonos diferentes al mismo tiempo. Música muy experimental. Bueno, de este cantante rescatamos en este disco una balada romántica que nos gusta mucho. Nos encanta buscar covers extravagantes del mundo.

-¿Y qué pasó en este disco con el tango, que solo incluyeron uno? ¿Sienten que están en un impasse?

D. S.: -No, para nada. Pasa que estamos muy relajados con el tango. Yo canto muchos con mi proyecto solista y Acho compone y produce discos de tango. Tratamos de hacer lo que nos pinta, al igual que con los vivos, que los hacemos cuando queremos. A este tango, “Fósil”, Acho me lo mostró poco antes de sacar el disco y a mí me gustó mucho. Es una composición de él.

La Chicana no se detiene.
Foto: Pedro Pérez

-El álbum llega con la gran novedad de que incluye dos composiciones tuyas, Dolores, las primeras grabadas en la historia del grupo. ¿Por qué ahora?

D. S.: -Es la primera vez y son temas bastante personales. Acho me insistió en muchas oportunidades. Pero yo estaba acostumbrada a que los temas fueran de él y eso me encantaba. Tenía miedo de que los míos no encajaran. Entonces los dejaba para mi proyecto solista. Ahora Acho insistió y me pareció bien. “Crisálida” es un vals que escribí hace como diez años, con música de él, que cuenta la historia de mi amiga Majo, que nació hombre, y cómo fue todo su peregrinaje hasta ser una hermosa mujer. La admiro muchísimo por la potencia de su deseo y su valentía. A mi amiga le encantó y nos invitó a estrenarlo a un festival que se llama DestraVarte, y después lo tocamos en la Marcha del Orgullo Gay. Es un tema viejo y lo destaco: porque ahora puede ser políticamente correcto, pero cuando lo escribí, no. El otro tema de mi autoría, “Las dos que soy”, trata sobre dos tendencias mías, una más oscura y otra más luminosa… Y según la que me pinte, mi vida se vuelve horrible o hermosa. 

-En esta experiencia de tantos años compartiendo La Chicana, ¿qué les pasa a ustedes con el disfrute personal de lo que hacen? ¿Por dónde pasan las sensaciones de plenitud?

D. S.: Yo, sin dudas, lo que más disfruto es el escenario. Es mi lugar. Siento que terminó de hacerme quien soy, pude descubrir cosas en mí desconocidas. Y además soy bastante jodona en el escenario, pongo mucho en juego el humor.

A. E.: Yo me divierto mucho más escribiendo música y arreglando, que en los shows. También me gustan los ensayos. Diría que siento mucho placer en pisotear conceptualmente algo (se ríe)… Hacer cumbia una obra de Bach, por ejemplo.

¿Por qué le pusieron a este trabajo Los lobos del recuerdo?

D. S.: -A veces, tenés el nombre antes del disco y otras veces hay frases de temas que te enganchan. En este caso sencillamente nos gustó esa frase de la zamba “La trampa”, con la que abrimos el álbum.

La Chicana y su homenaje a Alorsa.

-El lanzamiento del disco se dio prácticamente en simultáneo con la asunción de Javier Milei como presidente y su brutal paquete de medidas ultraliberales. ¿Qué lectura hacen de este primer mes de gobierno tan impactante en todos los planos, también para la cultura?

D. S.: -El horror… El gobierno militar fue una dictadura. Pero esto es tremendo e increíble, porque es un gobierno votado por una gran mayoría, que ya de entrada propone un paquete de medidas terribles que afectan mucho a sus propios votantes y a todo el mundo. Esto nos afecta masivamente. Es de una falta increíble de empatía y desconocimiento de lo humano, y de una falta de valoración de la democracia tremenda. Me aterra la cantidad de traidores que pueden apoyarlo ahora en el Congreso. Hay muy poca memoria y los medios de comunicación son difíciles en esta nueva era. Los artistas vamos a resistir como siempre, estamos acostumbrados y tenemos además estos canales expresivos que nos ayudan también. La cultura siempre es un lugar  de resistencia y ahora lo será más que nunca. Pero el laburante de a pie que llega a su casa después de trabajar todo el día, que quiere ver a los hijos, salir adelante, no puede con tanto palo…

A. E.: -No puedo hacer ningún tipo de análisis. Me parece absurdo todo lo que estamos viviendo y todo lo que Milei propone. Yo ahora no puedo abstraerme de la realidad con lírica, no me funciona. Necesito estar enterado y me hace mal lo que pasa. Me impresiona que haya tanta gente que se autotraiciona. Espero que algún día podamos reírnos de todo esto.

D. S.: -Como grupo siempre estuvimos involucrados en lo político. Pero más allá de que los seguidores suelen ser ideológicamente afines, desde que pintó la grieta hemos perdido muchos fans… Y seguramente hemos ganado otros. Yo siempre digo que si voy a ver una banda y hablan bien de Macri, me levanto y me voy. Y entiendo que esto pueda pasarle a otros con nosotros y lo respeto. De hecho, he ofrecido en vivo devolverles la plata. Yo no voy a callarme lo que pienso en el escenario, pero puedo entender que alguien no quiera escucharme.


La Chicana – Los lobos del recuerdo

  1. «La trampa».
  2. «Pugni Chiusi».
  3. «Fósil».
  4. «Borracha».
  5. «Cuyanita».
  6. «Para verte Gambetear» (Alorsa)
  7. «Crisálida».
  8. «Mitos argentinos».
  9. «Quisiera hacer contigo una película hablada».
  10. «Lovsong».
  11. «Mariposita Pampa».
  12. «Suite No. 2: Polonesa y Doble».
  13. «Eléctrica».
  14. «Las dos que soy».
  15. «La Leyenda del tiempo».


Contra toda solemnidad

Los lobos del recuerdo, el nuevo disco de La Chicana, incluye una versión íntima y amorosa del “Para verte gambetear”, el candombe que en 2004 el guitarrista y compositor Jorge “Alorsa” Pandelucos le dedicó a Maradona con su emblemática agrupación platense La Guardia Hereje y se volvió un emblema del amor por Diego. “Es un tema divino, tenía muchas ganas de incluirlo”, reconoce a Tiempo Acho Estol. “Alorsa murió en 2009 a los 39 años. Fue una pérdida enorme, era el mejor, un grandísimo poeta del tango. Nunca se van a acaban los covers de sus temas porque son todos buenísimos”. Dolores Solá interpretó muchas veces en vivo este candombe, pero el dúo ahora decidió grabarlo. “Además, sumé a este tema unos tambores de base tremendos que había grabando por mi cuenta con unos tamborileros y percusionistas uruguayos muy grosos. Constructivismo total”, agrega Estol. “Agarro cosas de acá y las mezclo con algo que grabé en la China y las mando para otro lado. Invento bandas imposibles… Para mí no debe existir la solemnidad en la música. Beethoven también hacía chistes”, destaca.

Foto: Pedro Pérez

La Chicana.