Con el lema de “Estamos a Tiempo” la CGT celebró, con un día de atraso, el “Día Internacional del Trabajador y la Trabajadora” en un acto en el club Defensores de Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires.
Allí, ante alrededor de 20 mil trabajadores dieron difusión a un documento consensuado en el Consejo Directivo en el que presentaron algunas definiciones, entre ellas, el reclamo de renegociar el acuerdo con el FMI y reducir la jornada laboral de 48 horas a 36 horas como un mecanismo para generar empleo y, de esa manera, lograr que la mejora en la productividad del trabajo redunde en una mejora para la clase trabajadora.
El acto sirvió también para exhibir la interna que atraviesa a la Central y que, a la vez, es reflejo de las divisiones que anidan al interior del oficialista Frente de Todos.
Por eso en el escenario no se mostró ningún dirigente del Frente Sindical para el Modelo Nacional (FreSiMoNa) que agrupa a los sectores alineados con Pablo Moyano y aquellos identificados con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. De ese sector no estuvieron ni el propio Pablo Moyano ni Paco Manrique referente del SMATA. Tampoco el kirchnerista Abel Furlán de la UOM ni Omar Plaini del sindicato de Canillitas. Sobre el final se dejó ver al diputado del FdT Sergio Palazzo y dirigente de la Asociación Bancaria que, confeso radical, también brega en el agrupamiento sindical kirchnerista.
Quién sí participó del acto y se mostró en el escenario con Héctor Daer, Carlos Acuña y el resto de los referentes de la mesa chica de la CGT, fue Hugo Moyano. El sindicato Camionero participo con una nutrida y ruidosa delegación a pesar de la ausencia de su secretario general y triunviro de la CGT.
El documento que difundió la CGT convoca a una “reflexión a toda la clase dirigente” y propone poner en marcha un “gran acuerdo político, económico y social” que promueva una “permanente alianza entre la producción y trabajo”.
Para la conducción, a 40 años de la democracia, existe un “desencanto y descreimiento en las instituciones y la clase política” que, a su turno, resulta un “terreno fértil para el surgimiento de emergentes que, con mensajes antisistema, pretenden capitalizar el descontento social, poniendo en serio riesgo la vigencia de un sistema democrático pleno que represente y contenga a todos los sectores de la sociedad por igual”.
El mensaje, dirigido contra la candidatura de Javier Milei, buscó deliberadamente eludir la responsabilidad del actual gobierno en la situación que atraviesa la clase trabajadora que representan y la población en general con niveles de pobreza cercanos al 40% y una inflación anualizada de tres dígitos.
A la vez apuntaron contra la anterior administración de Cambiemos señalando que “la verdad histórica es inapelable respecto a la irresponsabilidad con la que se contrajo el endeudamiento, cuyas consecuencias se hacen cada día más condicionantes”. Al mismo tiempo, se pronunciaron por una “urgente rediscusión de plazos y pautas de las condiciones sobre los servicios de la deuda comprometidos con el FMI” en la medida en que “variables económicas fundamentales, exógenas a la actual administración, sufrieron cambios que alteraron las condiciones que inspiraran las negociaciones originales”. El párrafo busca dar un respaldo a la gestión del ministro de Economía Sergio Massa cuya candidatura a presidente cuenta con el aval de varios miembros de la «mesa chica» que, en los hechos, lidera la Central.
En el documento, además, buscan tallar nuevamente en la interna del Frente de Todos reclamando una mayor participación de los referentes sindicales en las listas. En un pasaje del texto aseguran tener “derecho a participar de las decisiones políticas que nuestro movimiento debe expresar”.
Por otro lado, ante el debate sobre el futuro del trabajo y la incorporación de la tecnología en los procesos productivos, sorprendieron rechazando la posibilidad de una reforma laboral y reclamando una reducción de la semana laboral en función porque “un modelo económico incluyente debe privilegiar el valor del trabajo, distribuir más equitativamente los frutos de la productividad”. El mismo Carlos Acuña, en su discurso inicial, señaló que “los que proponen la reforma laboral no saben lo que es un convenio colectivo de trabajo porque nunca laburaron” y propuso, en cambio, “bajar la jornada laboral de ocho a seis horas para que en ligar de tres puestos de trabajo haya cuatro”.
En su intervención de cierre, Héctor Daer, la emprendió directamente contra la dolarización que promueve Javier Milei: “¿Adónde quieren dolarizar si lo que Argentina no tiene en estos momentos es dólar?” Allí mismo, el secretario general de la CGT convocó a los allí presentes a “militar el triunfo del peronismo”.