Juano Villafañe es, además de poeta, dramaturgo y gestor cultural, director artístico del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Manuel Santos Iñurrieta, actor, dramaturgo y director teatral al frente de Los Internacionales, Teatro Ensamble, comparte el mismo espacio en su carácter de director adjunto de Arte.
En esta nota cuentan, entre otras cosas, cómo fue escribir de a dos La celebración, una comedia que a través del humor y la poesía, festeja el encuentro de amigos en que se debaten ideas sobre el arte y la creación. Estos encuentros aluden a los que el propio Villafañe vivió en su casa impulsados por sus padres, reconocidos artistas y que se proyectan más allá de lo personal mostrando las ideas culturales de una época y revalorizando el encuentro.
-¿Cómo surgió la idea de La celebración?
Manuel Santos Iñurrieta:- Juano me convocó a trabajar con él en este espectáculo a partir de evocar las tertulias, aquellas tertulias que él había vivido como niño en la casa de sus padres, donde eran frecuentes las visitas de los más variados artistas e intelectuales, y a mí eso me entusiasmó muchísimo ya que advierto la potencia creativa que se despliega de esos encuentros, de esas reuniones. Así mismo debo aclarar, que la obra La celebración no es estrictamente biográfica, sino que se concentra en la reunión como práctica social tan presente en todas las generaciones y es además de atractiva y además de teatral, diría, casi un gesto revolucionario.
Los personajes que van llegando a la reunión van armando una agenda, una agenda de temas, de fábulas, de sueños, de poesías, de discusiones en torno al arte y la cultura. Y mientras, esperan a los que están por llegar, a los que vendrán. Pero esta espera no está vacía ni carente de acción dramática, no es una espera sin sentido, nihilista, no es distópica, todo lo contrario, sino que tiene la fuerza para organizar el encuentro próximo, cercano. Sabemos lo que provocan los encuentros, sabemos lo que provoca el cuerpo puesto y lanzado en el espacio teatral, artístico y cultural, como también al espacio social y político.
–Como decís, La celebración está muy relacionada con la vida de Juano. ¿Qué desafíos plantea hacer que lo que es personal, autobiográfico, sea capaz de llegar a un público muy amplio?
Juano Villafañe: La Celebración tiene algunas referencias autobiográficas de lo que fue mi vida familiar y también de los encuentros y reuniones que ocurrían en las generosas casas de Mario Pepe Quintana y Liber Fridman. Si bien algunos de los cuentos que fueron circulando se pueden relacionar directamente con mis propias experiencias artísticas y familiares, dichas historias superan las condiciones personales porque trascienden los marcos privados y al hacerse públicas, en constante circulación, se van asociando también a sentimientos e imaginarios colectivos. Por otra parte, las propias historias son permanentemente recreadas por las actrices y actores en la obra.
-Más allá de lo autobiográfico, La Celebración remite a ciertas discusiones culturales de época. ¿Cuáles eran esas discusiones culturales y cuáles las figuras que las sostenían?
JV: -Por la obra pasan debates estéticos, culturales o políticos, que son históricos pero que a la vez también son contemporáneos. Los problemas artísticos, las vanguardias, las rupturas, las tradiciones, tienen por cierto un marco histórico asociado a lo que fue o sigue siendo por ejemplo el surrealismo o el expresionismo. Pero también se debate el tema del sentido que tiene hoy lo real, la ficción, los sueños asociados a las redes y al mundo de lo virtual, la forma en que circulan las imágenes, las metáforas vinculadas el afecto, el sentido del goce presencial, el ritual que propone el convivio, la reunión posible con todas y con todos.
La celebración ofrece diversos debates que no sólo están anclados en el pasado, la acción teatral construye vasos comunicantes que asocian el pasado con el presente y también con el futuro. Los actores y actrices, además, no representan a ningún personaje histórico de la cultura en particular, cada uno armó su propio personaje artístico como producto de una diversidad de influencias culturales o estéticas. Nadie está representando necesariamente a ninguna figura histórica.
Pero de alguna forma están presentes por asociación algunos oficios y tendencias estéticas o ideológicas de manera muy general, experiencias que se pueden asociar a pintores, poetas, músicos, titiriteros, actores, directores. En algunos casos las asociaciones pueden ser un poco más directas, en otros casos pueden reconocerse situaciones que algún espectador reconozca en alguna figura histórica. Pero la idea ha sido tomar la tertulia o la reunión en general como un hecho teatral integral en sí mismo.
-¿Cómo fue escribir La celebración de a dos?¿Comenzaron a trabajar sobre el escenario cuando ya tenían el texto completo o, por el contrario, la obra se terminó de armar en el escenario?
MSI: – Bueno, fue un placer haberla escrito. Fuimos trabajando y discutiendo y sumando ideas y desplegando los conocimientos de uno y de otro sobre determinadas líneas del trabajo, desde la poesía o desde el humor. En fin, fuimos pudiendo configurar un espectáculo en un diálogo de ida y vuelta permanente.
También esto sucedió en el escenario. Escribimos el espectáculo, un primer boceto general y luego, al encontrarnos con los actores, con un grupo notable de actores y actrices, extraordinario, y pudimos ir jugando y desmenuzando parte del texto y construyendo otros, en función de esa teatralidad que nosotros le queríamos dar. Es una gran estructura de un encuentro que es interrumpido permanentemente, como son los encuentros en realidad, por elementos de la magia, por elementos del humor, por elementos del absurdo, por elementos de la poesía que irrumpen con su fuerza arrolladora.
La escritura de La celebración demandó de una inteligencia común para darle forma al espectáculo y no dejarnos ganar por los escritores, sino por los teatreros/as.
-.¿Qué tipo de inflexión marcó el estreno de La celebración? ¿Se sigue trabajando sobre la obra luego de él?
JV: -Es interesante la forma en que se resignifican las acciones y los diálogos en las propias prácticas teatrales, el proceso de pasar la literatura al espacio escénico es una experiencia muy atractiva. Existe toda una semiótica, cómo se articulan los procesos de significación y la multiplicación a la vez de sentidos posibles que puede tener un nombre, una frase, un objeto escenográfico.
Uno siempre esta contactando imaginarios distintos que se asocian a los diversos públicos que asisten, esta relación es muy atrapante. Por eso el estreno es muy importante y a la vez cada función viene a revitalizar la propia obra y la forma en que es recibida por el público. Siempre se sigue trabajando sobre la obra.
–No es la primera vez que trabajan juntos, aunque sí creo que es la primera vez que coescriben una obra. ¿Cuál es la dinámica de la dupla Villafañe-Santos Iñurrieta?
MSI: -Sí, La celebración es la primera obra que trabajamos juntos, ya lo habíamos hecho en Confesiones de un Escritor. Si bien el texto fundamentalmente era de Juano, yo trabajé mucho en lo que tenía que ver con la dramaturgia del espectáculo, con acomodar algunas escenas en el escenario, y casualmente, potenciarlo con el trabajo con los actores y las actrices. Así que ya habíamos tenido esa experiencia, nos conocemos hace muchos años, hay una confianza intelectual, artística, afectiva, así que fue realmente muy placentero.
Y vuelvo a repetir esta idea de la importancia en construir desde el afecto, en toda construcción social, ya que así también se sostienen las grupalidades y las ideas. Los que venimos del teatro independiente lo creemos fundamental para seguir sosteniendo la práctica, a pesar de que la ola de las modas o de lo “imprudente” del sistema económico, político y cultural que desea borrarnos del mapa, y dinamita las construcciones genuinas y colectivas, hay que seguir sosteniendo la bandera del trabajo en grupo, del trabajo colectivo para poder desarrollar un teatro que goce de salud y ejerza su espíritu crítico.
-¿Qué les parece importante destacar del trabajo que hicieron juntos?
JV: -Como dijo Manue Santos Iñurieta, ya trabaj, además de en La celebración, en la obra Confesiones de un escritor y desde Liber-Arte en los años 90 venimos trabajando juntos en la tarea artística y político cultural. En este caso fue maravillosamente complementario el tema generacional para atender el sentido de la tertulia, la reunión, el encuentro de artistas, poetas, músicos, titiriteros.
Pero también la afinidad para asociar poéticas dentro una obra que tiene infinitos estados teatrales: en el mismo espacio, conviven el humor, la introspección, la musica, el canto, el monólogo, los objetos en función dramática, inclusive resulta muy interesante reconocer la historia del títere de cachiporra y su condición rebelde, y su traslación temporal a un presente teatral que también puede jugar con una cachiporra reconociendo otras significaciones en sus usos y costumbres. O la consideración del ping-pong como juego metafórico, pero a la vez explicando el permanente ir y venir de la obra, que tiene diversos estados teatrales, permanentes rebotes y también anclajes dentro de un mundo multicultural.
El trabajo ha sido siempre integrado, respetuoso y muy estimulante. Tenemos una muy buena relación artística entre las ideas poéticas y las acciones teatrales, entre los relatos literarios que cada uno escribe y los despliegues en la escena. Una hermosa experiencia colectiva que se construye con todos los actores y actrices que le han dado una excelencia artística a la orgánica teatral en una obra que necesita como nunca justamente ser hecha por todos.
Ficha artístico técnica
La celebración, una comedia para los que vendrán
De Juano Villafañe y Manuel Santos Iñurrieta
Actúan: Irene Almus, Eduardo Calvo, Alfredo Castellani, Diana Kamen y Sergio Lumbardini.
Música en escena: Martina Greiner / Diseño de Escenografía: Manuel Santos Iñurrieta / Realización de Escenográfica: Eugenia Summa – Agui Serna / Diseño de Vestuario: Giselle Bossio / Realización de Vestuario: Luciana Navarro / Diseño de iluminación: Horacio “Chino” Novelle / Diseño Gráfico: Eugenia Summa / Fotografía: Agustina Haurigot – Nicolás Finoli / Redes: Eugenia Summa / Prensa y Comunicación: Daniel Franco / Asistente de Escena: Agui Serna
Producción Ejecutiva y Artística: Alejandra García
Dirección: Manuel Santos Iñurrieta