El mundo de las series cuenta con la renovación de una propuesta que supo afianzarse como una de las mejores opciones en el rubro de la ficción. En ese contexto, El Hipnotizador generó durante su primer año un público fiel, y que como obvia consecuencia derivó en una nueva tanda de capítulos. En la flamante segunda temporada de la serie, la figura de Daniel Hendler se impone como uno de los ejes más relevantes de la historia producida por HBO.
Si la propuesta encuentra en el protagónico de Leonardo Sbaraglia a un concepto central, lo de Hendler gravita en importancia por la construcción de un personaje que busca construirse un nuevo futuro.
Es sabido: el tándem de ambos actores en su momento dio mucho que hablar a partir del primer proyecto que compartieron: El otro hermano, la película de Adrián Caetano estrenada en marzo pasado.
Fue luego de conformar esa dupla que el productor Santiago López parte uruguaya de esta producción regional armada y financiada totalmente por HBO le propuso el rol de Faber, «el hijo de una personalidad muy importante en el pueblo de Puente Blanco cuenta Daniel Hendler con la afabilidad que acostumbra. Mi personaje viene escapando de una situación personal en la ciudad y llega para reemplazar a su padre que está entre la vida y la muerte. Pero no tiene ni los conocimientos, ni la formación, ni el genio de su padre. Su única salvación es encontrar las claves de ese experimento para poder quedar de alguna manera inmune de la amenaza de la historia que ha dejado atrás». Es ahí que entra en relación con Natalio Arenas, el rol protagonizado por Sbaraglia.
Hendler asegura que no hubo intención manifiesta de revivir la dupla de El otro hermano, aunque sin duda el antecedente facilitó no sólo el ofrecimiento, sino el avance del proyecto. El actor uruguayo también sostiene que esta segunda temporada de El Hipnotizador está atravesada por varias metáforas.
¿Como cuáles?
La sombra del padre: es poder atravesar esa sombra y encontrar su propio camino. Ahí empiezan a aparecer algunas vocaciones frustradas que van a ser importantes sobre el final. Y luego hay otras relacionadas con el poder de la hipnosis que necesita mi personaje, pero que también necesita el hipnotizador. Creo que hoy los pueblos hipnotizados nos remiten a muchas cosas. Y a la dificultad de que se despierte de esa hipnosis, porque el despertarse supone el peligro que se revele una verdad tapada que venga a cuestionar todas nuestras creencias y convicciones.
Lo que no cree tanto Hendler es que haya una conexión entre los estudios de Sigmund Freud principio del siglo XX y la serie en la que participa. «En todo caso puede haber una referencia ambigua, aunque más que nada a su experimentación con la hipnosis y con un tipo de experimentación científica. De todas maneras, creo que todas las épocas de la humanidad tienen algún mito dando vueltas.»
Lo que sí le sienta decididamente a Hendler son las comparaciones futbolísticas, a las que él mismo recurrió en su experiencia en El otro hermano. «Cuando nos juntamos con (Adrián) Caetano y nos pusimos a hacer trabajo de mesa, en un momento le digo: ¿te parece que mi rol es de un cinco rústico? Y él estuvo de acuerdo. Después, en un momento en el que sentí esa necesidad que sentimos los actores de ser aprobados por un director, no pude evitar preguntarle: ¿estuve bien en esta toma? ‘¿No quedamos que eras el cinco?’, me dijo. Eso fue a mitad de rodaje y entendí que sí, que lo del cinco iba más allá de mi personaje. A Leo le tocó ser más nueve o diez goleador, pero con mucha presión. Había que salir a ganar y mucho estaba puesto en sus hombros. Generamos muy buena química porque ya habíamos atravesado esa famosa previa de construir un lenguaje común.»
El hipnotizador, con Leo Sbaraglia y Daniel Hendler. Domingos a las 23 por HBO.
De los dos lados del mostrador
Daniel Hendler también es realizador y últimamente se animó a actuar mientras dirige. Lo de ocupar ambos lados del mostrador comenzó con La División y en breve también se verá en Hermanos del espacio ambas producciones de UN3Tv. «Las dos son comedias con algún lente extraño», explica.
Con tu estilo.
No me animaría yo a decirlo (ríe).