“Si Dios quiere se haga, yo sí ahí me metería. Ya sé a quién ir a buscar. Siento que son gente de buena fe y tengo muy buena relación con ellos y seguramente estarían encantados de progresar en Independiente. Uno nació ahí y te da cosa. Se puede progresar en inferiores, en juveniles”, dice en Twitch Sergio “El Kun” Agüero, a quien Javier Milei elogiará, días más tarde, por su “inteligencia para nada convencional”. El Presidente -y Mauricio Macri- quieren imponer las sociedades anónimas deportivas (SAD) en el fútbol argentino, prohibidas en el estatuto de la AFA. Y el Kun Agüero quiere a un Independiente privado, de blanco y celeste, a las órdenes del City Group, cuyo club-cabecera es el Manchester City. Independiente, mientras tanto, quedó este lunes afuera de los cuartos de final de la Copa de la Liga por segunda vez consecutiva. Es el club que preside el macrista Néstor Grindetti, también escenario de disputa del PRO.
Suspendidos por la justicia los dos artículos de las sociedades anónimas deportivas en el decretazo de Milei, diputados del PRO presentaron en marzo un proyecto de ley para privatizar a los clubes. Lo celebró Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, otrora opositor a las SAD. El lobby incluye a una pareja: la diputada Juliana Santillán (La Libertad Avanza) y el empresario Guillermo Tofoni, en juicio contra la AFA. Y a Julio Garro, subsecretario de Deportes, exintendinte macrista de La Plata. Son los mastines de Milei, los que hociquean la privatización del fútbol.
El City Group de Abu Dabi que promociona el Kun Agüero, ídolo del Manchester City, fue pionero en la era de los “multiclubes” tras la compra en 2013 del club inglés, ya que luego sumó a otros 12. En 2020 adquirió al Troyes de Francia. Jugaba en la Ligue 1. Cuatro años más tarde está 17° en la Ligue 2, en puesto de descenso a la tercera división. Entrenadores “acomodados”, jugadores triangulados que nunca juegan en el club sino que lo utilizan como dueño del pase, otros que llegan como “descartes” de los clubes del grupo y merma de hinchas en el estadio sin alma. En el último clásico, ultras del Reims, clásico rival, exhibieron una pancarta: “Troyes tenía su caballo, Troyes tiene sus conejos”. En 2023, Montevideo City Torque, club del conglomerado en Uruguay, descendió a la segunda categoría.
Más allá del fondo de la cuestión (club-social vs. club-empresa), las sociedades anónimas deportivas no son garantía de una gestión correcta, no son la solución a malas administraciones y, menos que menos, no son lo opuesto a una estafa. “Si las sociedades anónimas deportivas son tan buenas -escribió el periodista Patricio Erb- que armen sus propios clubes, jueguen el amateurismo, después entren al profesionalismo, compren terrenos en barrios olvidados, hagan sus canchas y ganen guita. No se choreen el laburo de 100 años de las sociedades civiles”.
Abierta la discusión, Juan Sebastián Verón, quien inició el sábado su tercer mandato como presidente de Estudiantes de La Plata, impulsa un sistema mixto, con “gerenciamientos” o “fondos de inversión”, aunque en la AFA no le creen: señalan a la Brujita como un “no alineado”. “Jaja vos y otro que vive más en México que en Argentina, son los mulos de una idea ajena a ustedes!!! No olviden que necesitan de los votos de la asamblea de AFA!! Ya no hay DNU que nos obligue. Cuando se conozca el proyecto que prepara AFA, quedarán ambos con el culo al aire!!!”, atacó Pablo Toviggino, secretario ejecutivo y tesorero de la AFA, vía X. El que “vive más en México” es Andrés Fassi, presidente de Talleres de Córdoba, expropietario del Grupo Pachuca. Fassi había dicho: “Los que mueven el mercado ya no son las instituciones, son los grupos”. Este lunes, Talleres quedó out de los cuartos de la Copa de la Liga 2024.
El Kun Agüero y la Brujita Verón, compañeros en la selección durante el Mundial de Sudáfrica 2010, crecieron en las entrañas de Independiente y de Estudiantes, clubes-asociaciones civiles que cumplieron 119 años. Y que fueron campeones del mundo.
En 1968, Estudiantes definió la Copa Intercontinental en Old Trafford ante el Manchester United. Había ganado 1-0 como local en La Bombonera. Roberto Marelli, médico del equipo, participaba en las charlas técnicas. Así lo había dispuesto el entrenador Osvaldo Zubeldía. Marelli, quien había trabajado en Astilleros Río Santiago mientras estudiaba Medicina en la Universidad de La Plata, había abrazado ideas de izquierda. Citaba en las arengas frases de José Ingenieros y poemas de Almafuerte y de Armando Tejada Gómez. Cuando terminó la charla en el vestuario de Old Trafford, borró los dibujos tácticos de Zubeldía en el pizarrón y escribió con una tiza: “Hoy se enfrenta un grupo de jóvenes que defienden los ideales de América contra una sociedad anónima inglesa”. Estudiantes empató 1-1 y se consagró campeón del mundo. El gol lo había marcado, a los siete minutos, Juan Ramón Verón, padre de Sebastián. Después del partido, un periodista se cruzó con Marelli. Lucía exultante. “Once hombres de carne y hueso -conceptualizó- le ganaron a una sociedad anónima”.