La marea humana avanzó, sin pausas, durante las 24 horas de los 45 días que duró la celebración. Más de 200 millones de personas participaron de la multitudinaria ceremonia y se sumergieron en el río sagrado, recreando la ancestral búsqueda de renacimiento espiritual. Caminaron días enteros, convivieron en una Babel de campamentos y tuvieron la posibilidad de cruzarse con sabios, santos y simples peregrinos procedentes de los más recónditos rincones de la India, y del planeta. En otras palabras, participaron del impresionante Kumbha Mela, el festival religioso más grande del mundo que se realizó en la India a comienzos de este año y que, esta semana, se reeditó en Buenos Aires en un emotivo evento multimedia en la Fundación Hastinapura.
Durante el encuentro en el centro porteño, el indólogo y director del Colegio de Profesores de la Fundación Hastinapura, Gustavo Canzobre, y el especialista y también profesor Sergio Lemberger, relataron sus vivencias y recordaron anécdotas de su participación en el Kumbha Mela realizado en la ciudad india de Prayagraj, entre el 15 de enero y el 4 de marzo de este año.
El evento también contó con la presencia del flamante embajador de India en la Argentina, Dinesh Bhatia, quien en una de sus primeras participaciones públicas en nuestro país brindó una breve explicación sobre la importancia de la tradicional celebración religiosa. “El Kumbha Mela es un pilar de la cultura y la civilización india. Es el acto colectivo de fe más grande del mundo y fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la ONU y la UNESCO. Se realiza cada tres años en cuatro lugares sagrados (Prayagraj, Haridwar, Ujjain y Nasik) y atrae a decenas de millones de peregrinos de todo el mundo”, señaló el diplomático.
En medio de la proyección de fotografías y filmaciones, Gustavo Canzobre aportó datos concretos sobre la trascendencia de la celebración y destacó que en las 45 jornadas del Kumbha Mela peregrinaron alrededor de 240 millones de personas. “En un sólo día peregrinó casi la totalidad de la población de la Argentina”, puso como ejemplo para que se tomara una real dimensión de la convocatoria.
Canzobre también explicó que el gobierno de la India debió montar una virtual ciudad – del largo de Buenos Aires – para albergar en diferentes campamentos a los millones de participantes procedentes del propio país y del extranjero. “Peregrinar como lo hacen millones en el Kumbha Mela es abandonar cosas que creemos fundamentales, pero que no lo son. Porque si podemos peregrinar en nuestro interior podremos encontrar la inmortalidad”, afirmó.
Mientras se podía observar una imagen del propio Canzobre a punto de realizar su “baño sagrado” en la confluencia de los ríos Ganges y Yamuna, el indólogo explicó que “la inmersión es un rito de renacimiento, en el que al sumergirse se muere y al salir se renace”.
“Estar en la India permite confirmar esa idea de caminar mucho y recibir el polvo del ambiente. En cada campamento que visitabas podías encontrarte con sabios sentados a la vera del camino, mirando a los peregrinos, en medio de una paz absoluta. Cuando uno busca, el tesoro de la India se abre”, agregó Sergio Lemberger al relatar su experiencia como peregrino.
Otra de las participantes del Kumbha Mela 2019 fue la directora nacional de la Fundación Hastinapura, Adelheid Kuttnig, quien relató sus vivencias y se refirió a los profundos contrastes que caracterizan a la cultura de la India: “De repente estabas caminando y te encontrabas con un sadhu (un hombre santo) que estaba completamente desnudo, pero que hablaba por un teléfono celular”, recordó.
Más allá de su experiencia en la multitudinaria ceremonia, Gustavo Canzobre fue uno de los 170 delegados de todo el mundo que fueron invitados por el gobierno de la India a participar de un encuentro multidisciplinario, que incluyó una reunión con el primer ministro Narendra Modi. Durante el evento, el representante argentino aprovechó para relatar la experiencia de la Fundación Hastinapura en nuestro país, entre otros temas.
El próximo Kumbh Mela será en 2022 en la ciudad sagrada de Haridwar. Después del encuentro en Buenos Aires, quizás se sumen más argentinos a los 240 millones que peregrinaron este año.