El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, renunció este miércoles al cargo jaqueado por denuncias de corrupción y por el Congreso, que por segunda vez en tres meses iba a votar mañana una moción para destituirlo, y será sucedido por su primer vicepresidente, Martín Vizcarra, tras un acuerdo entre los jefes de los bloques parlamentarios.
En un mensaje televisado, Kuczysnki -quien seguirá formalmente a cargo del gobierno hasta que el Congreso acepte su renuncia- fundó su decisión en el clima de ingobernabilidad que no permite avanzar al país, subrayó que esta crisis ha sido generada por actos políticos subjetivos y aseguró que habrá una transición constitucionalmente ordenada.
La aceptación de la renuncia del mandatario y la designación de su sucesor deberán ser aprobadas por el plenario del Congreso unicameral, que mañana se reunirá con ese objeto a partir de las 16 (las 18 en la Argentina).
El presidente del Congreso, el opositor Luis Galarreta, informó esta noche que la Junta de Portavoces (jefes de bancada) acordó aceptar la dimisión del mandatario y que él se comunicó con representantes de Vizcarra, quien se manifestó dispuesto a asumir la jefatura del Estado y jurará el viernes.
Vizcarra, quien se desempeñaba simultáneamente como embajador ante Canadá, regresará a Lima mañana por la noche, según reportó el jefe de la bancada oficialista en el Congreso, Gilbert Violeta.
De ese modo, Vizcarra completará el mandato que Kuczynski inició el 28 de julio de 2016 y que tiene vigencia hasta la misma fecha de 2021.
Con su renuncia, anunciada al cabo de una reunión de gabinete y cuando estaba a punto de cumplir un año y ocho meses en el gobierno, Kuczynski se anticipó a la destitución que muy probablemente iba a votar mañana el Congreso, tras un intento similar que no alcanzó los votos necesarios hace apenas tres meses.
En ambos casos, la moción de vacancia por incapacidad moral estuvo fundada en los servicios prestados por una empresa consultora de Kuczynski a la constructora brasileña Odebrecht, contratista del Estado peruano, mientras aquél era ministro del presidente Alejandro Toledo, entre 2001 y 2006.
Aunque logró mantener el cargo en diciembre, el mandatario quedó muy debilitado, con el Congreso bajo control de la oposición y una opinión pública mayoritaria desfavorable a su continuidad, según lo reflejaron las encuestas que varias firmas privadas realizan periódicamente.
La situación de Kuczynski terminó de empeorar esta semana, cuando algunos legisladores denunciaron que se les ofrecieron beneficios a cambio de que votaran contra la destitución y ayer difundieron videos y audios que supuestamente prueban esas maniobras.
Esta mañana, mientras Kuczynski se reunía con sus ministros, su renuncia fue solicitada públicamente por la Junta de Portavoces del Congreso e incluso por el secretario general de su propio partido, Peruanos Por el Kambio (PPK), el legislador Salvador Heresi, quien advirtió que si el mandatario no dimitía, votaría mañana a favor de su destitución.
Por otra parte, la Junta de Portavoces resolvió también iniciar el proceso de desafuero de los congresistas Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel, recientemente escindidos del bloque del partido fujimorista Fuerza Popular (FP), y los ministros Mercedes Aráoz y Carlos Bruce, acusados de haber intentado comprar votos para salvar a Kuczynski.
Aráoz es la primera ministra -cargo en el que cesará automáticamente en el momento en que Kuczynski deje de ser presidente- pero también la segunda vicepresidenta, por lo que será la primera en la línea de sucesión de Vizcarra.
Al margen, la incertidumbre sobre la situación de Kuczynski y su eventual sucesión, despejada a última hora de la tarde por las declaraciones de Galarreta, había contagiado a la Cumbre de las Américas, programada para el 13 y el 14 de abril próximo en Lima.
Antes de conocerse la renuncia de Kuczynski trascendió que los presidentes de la Argentina, Mauricio Macri, y Colombia, Juan Manuel Santos, manejaban la posibilidad de no asistir en el caso de que el mandatario peruano hubiera sido destituido mañana.
Las dudas se disiparon esta noche cuando fuentes de la Casa Blanca citadas por la agencia EFE aseguraron que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantenía su decisión de asistir a la Cumbre de las Américas y, de allí, viajar a Bogotá para mantener una reunión bilateral con Santos.