El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, advirtió que en los próximos meses podría producirse “una epidemia de dengue muy grave” y criticó la falta de una campaña de erradicación a nivel nacional. Sus palabras generaron la respuesta del ministro de Salud de Nación, Mario Russo, que se desligó de la responsabilidad aduciendo que «la salud es responsabilidad primaria de las provincias».

En declaraciones a radio Futurock, el titular de la cartera sanitaria bonaerense afirmó: “Este año está pasando algo que ya había sucedido antes. Cuando algo se repite, ya no es un error. Durante el invierno seguimos teniendo casos activamente en el Norte argentino. No hubo campaña de erradicación del dengue en el invierno. Debería haber sido una responsabilidad nacional”.

Si la situación epidemiológica no se revierte, “la fase crítica del problema se manifestará en la próxima epidemia de dengue, que podría ser muy grave. Ya estamos viendo cómo cada provincia establece sus propios criterios ante la falta de una coordinación nacional, y esto podría ser desquiciante para la población. No sabrán a quién se vacunará, dónde ni cómo; las condiciones cambiarán al cruzar una calle”.

Kreplak apuntó que este año, los contagios no provienen de otros países, como sucedía antes, sino que ya son endémicos: “son producto de la circulación interna, de las personas que se mueven de un lugar a otro y pueden llevar rápidamente el virus a zonas donde no tenemos dengue en invierno, como el centro del país”.

Desde su perspectiva, el aumento fuerte de contagios que “suele comenzar en marzo, este año probablemente empezará en diciembre, como ocurrió el año pasado, y seguramente tendrá una gran gravedad”.

Vale recordar que investigaciones de científicos nacionales ya están corroborando que el mosquito del dengue se adapta a ambientes más fríos mejor de lo que se pensaba: un grupo de científicos del Conicet trasladó huevos del Aedes aegypti de CABA a dos ciudades pampeanas con un invierno más crudo y menos humedad. Casi dos tercios sobrevivieron.

La respuesta del ministro de Salud de Nación

Tras las argumentaciones de Kreplak, el ministro nacional Mario Russo le respondió en redes sociales: “El Gobierno Bonaerense miente otra vez”.

“Ministro Kreplak, quiero recordarle que la salud es una responsabilidad primaria de las provincias. Resulta insólito que, luego de más de cuatro años de gestión, todavía no lo tenga claro”, continuó.

“La eliminación del mosquito en el territorio es la primera línea de defensa para frenar el dengue, y es clave el trabajo local y peridomiciliario para combatirlo. Es prioritario que la Provincia coordine con los municipios para trabajar en la prevención”, agregó Russo en un hilo en la red social X.

Y concluyó: “Como ya informamos oportunamente, desde el Ministerio de Salud nacional presentamos en el mes de mayo una estrategia integral para prevenir el dengue de cara a la temporada que viene, coordinada en mesas de trabajo con las distintas regiones. Seguiremos dialogando con todos los ministros provinciales, como lo venimos haciendo hasta ahora, para coordinar la implementación del Plan Integral, la asignación de recursos y el apoyo que brinda el Estado Nacional”.

Desquiciante

Luego de la alerta que generaron sus palabras, Kreplak habló en la mañana de este martes con Radio Mitre donde aseguró que no quiso decir que el brote va a ser “desquiciante”, sino que buscó puntualizar en la falta de comando de la Casa Rosada en el abordaje de la enfermedad. Y dio un ejemplo:

“Especialmente, por ejemplo, con la decisión de la vacunación. Hay varias jurisdicciones que hasta el momento anunciaron que compraron vacunas o que las van a comprar, y que van a vacunar a la población. Pero los criterios de vacunación, es decir, a qué grupo etario, a qué grupo poblacional en particular, son distintos en cada una. Entonces, si uno está en una provincia o en la otra, no sabe si se vacuna de 15 a 19, de 15 a 29, de 50 a 59; trabajadores de la salud, personas que estuvieron internadas. En cada lugar cambian los criterios por falta de unicidad en la indicación de la vacunación, que debiera ser responsabilidad nacional. Eso es lo que quise decir».

Y agregó: “Planteaba que eso va a hacer que sea más difícil aún la eficacia de las políticas de prevención, porque nadie sabe exactamente cuál le corresponde en su distrito”.

Resulta llamativo que Russo adjudique la responsabilidad en provincias, cuando se trata de una epidemia que traspasa fronteras provinciales. Y como quedó demostrado con virus como el Covid-19, si se deja librado al accionar de cada distrito, sin un correlato unificado a nivel nacional, la erradicación o prevención será deficiente, sobre todo cuando las personas se trasladan de un lugar a otro. Más aún en época de calor y vacaciones. La vacuna es otro ejemplo: algunas vacunarán, otras no, algunas a un sector etario, otras a otros, sin un correlato nacional.

Casos, repelentes y vacunas

De acuerdo al último Boletín Epidemiológico de la Nación, a la segunda semana de agosto ya hay persistencia de la transmisión autóctona del virus del dengue en dos provincias del norte: en los departamentos Capital y Pilcomayo, en Formosa, y en el departamento San Fernando, en Chaco.

Además, en las provincias de Corrientes y Tucumán se registraron casos probables que se encuentran en investigación.

Desde comienzos del año, se registraron hasta el momento 564.144 casos de dengue (incluyendo confirmados por laboratorio y considerados casos de dengue por nexo epidemiológico). La incidencia acumulada hasta el momento es de 1.199 casos cada 100.000 habitantes. Los casos aumentaron un 270% respecto al año anterior.

El mayor problema es cuando una persona se contagió dengue de un serotipo y luego se infecta con otro serotipo, lo que puede generar casos de mayor gravedad.

Otro problema que se avecina para la temporada veraniega es la situación con repelentes y espirales, luego de lo que fue la escasez de productos meses atrás. El miércoles, el Gobierno nacional anunció supuestas medidas para para prevenir la escasez de repelentes, por ejemplo agilizar la importación y la autorización de repelentes; lo que puede derivar en ofrecer productos que no tengan gran eficacia. Tampoco anunciaron regulación de precios.

Foto: @SaludBAP

En cuanto a las vacunas, se anunció que este mes comenzaría la estrategia focalizada, en la población de 15 a 19 años de las provincias con alta incidencia que no la hayan iniciado. Pero aún no hay mayores precisiones y Nación emitió una orden de compra por sólo 160 mil dosis.

Además de las provincias del norte, que en muchos casos ya habían comenzado sus propias campañas, en los últimos días Santa Fe anunció que compraría vacunas para iniciar la inoculación este mes.

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Foto: Eitan Abramovich / AFP

La necesidad de un Estado presente


Tras el récord de casos de dengue que registró la Argentina este año y con la certeza de que el avance de la enfermedad irá en aumento, la especialista Victoria Cardo –investigadora del Grupo Ecología de Enfermedades Transmitidas por Vectores de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad de la UNSAM advierte: “El Estado nacional debería estar sumamente presente en una problemática que claramente es creciente y no se va a ir sola. Ya no es como ocurría hace algunos años, en los que el periodo interepidémico era más o menos grande y estábamos tranquilos por algunos veranos. Vimos epidemia en 2023, epidemia en 2024 y la perspectiva es que esto continúe”.

–Los mosquitos recién parecieron haberse ido con la llegada del frío polar. ¿Vamos camino a tenerlos todo el año, como un país tropical?

–El mosquito vector del dengue tiene una estacionalidad muy marcada, que arranca en noviembre-diciembre. Su pico poblacional es en febrero, marzo y abril. Con la llegada de los primeros fríos, los adultos desaparecen y queda su estructura de resistencia: el huevo. Hay otros mosquitos que tienen otras estrategias y están en distintos momentos del año. Camino a tener mosquitos adultos activos todo el año en zonas templadas, no creo. En el norte del país, sí. 

–¿Qué se debería estar haciendo en esta época de cara a la próxima temporada?

–Los huevos de Aedes aegypti soportan el frío extremo. Quedan adheridos a las paredes de los recipientes. Cuando se recuperan las condiciones favorables, eclosionan. Por eso el mejor momento para descacharrar es el invierno, cuando tenemos un banco estático de huevos, del que depende la población de la temporada siguiente. Ahora se debería estar limpiando, descacharrando y removiendo huevos. Es un excelente momento para no descuidar las tareas de prevención, como tirar agua hirviendo en desagües y rejillas.

–¿Cuál es la proyección de contagios para este año?

–Ocurrieron procesos simultáneos. Por un lado, que la cantidad de casos ha ido en aumento drásticamente. En la temporada 2023 teníamos unos 100 mil casos y en la 2024, 500 mil. Además, se amplió el área de injerencia. Aedes aegypti tenía una distribución acotada en Argentina y hoy llega a las puertas de la Patagonia. Y lo que pasó el último invierno es que en Chaco hubo transmisión de dengue todo el año. No había ocurrido nunca. Creo que eso también disparó la epidemia de 2024. ¿Qué podemos hacer? Hay que insistir en la prevención y se requiere de una presencia mucho más fuerte a nivel Estado. En la epidemia de este año faltó muchísimo. Tanto en cuanto a campañas como a acciones concretas. Las campañas apuntan mucho a la responsabilidad del ciudadano común, pero olvidan un montón de otros actores y potenciales criaderos y zonas de riesgo en los que el vecino no tiene injerencia. Como los cementerios, con gran cantidad de floreros que se transforman en criaderos.