Acompañado por ministros e intendentes, Axel Kicillof se sumó este miércoles al paro con movilización frente al Congreso contra el DNU y la Ley Ómnibus convocado por la CGT. El oficialismo criticó el duros términos su participación, pero el gobernador no les respondió e hizo un culto del bajo perfil. Tras el acto, se fue hasta «Puente 12» para seguir de cerca la investigación por el crimen de Umma Aguilera, la nena de 9 años asesinada en Lomas de Zamora.

El mandatario llegó cerca del mediodía al punto de reunión que habían puesto con parte de su gabinete y los jefes comunales de Unión por la Patria que habían organizado la movida la semana pasada en la Casa de la Provincia en rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la ley «Bases». El lugar elegido fue el café porteño Azteca, sobre la calle Lima, desde donde partió luego la columna con toda la dirigencia bonaerense.

Kicillof arribó al bar en camioneta junto a la ministra Jesica Rey (Comunicación Pública) y fue recibido por otros miembros del gabinete Gabriel Katopodis (Infraestructura); Carlos Bianco (Gobierno); Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad); Silvina Batakis (Hábitat) y la vicegobernadora Verónica Magario. También estaban los intendentes Fernando Espinoza (La Matanza); Jorge Ferraresi (Avellaneda); Julio Alak (La Plata); Gustavo Barrera (Villa Gesell); Mario Secco (Ensenada); Fabián Cagliardi (Berisso), Pablo Zurro (Pehuajó) y Marisa Fassi (Cañuelas), entre otros.

Desde allí, partió la columna a la que se sumó Kicillof para escuchar un rato después los discursos de Pablo Moyano y Héctor Daer, oradores centrales del acto. El gobernador no subió al escenario ni tampoco habló con la prensa ya que, según explicaron en su entorno, el protagonismo «debía ser de los trabajadores» y no de los dirigentes».

Desde que comenzó el día, Kicillof fue blanco de las críticas del gobierno de Javier Milei por sumarse a la marcha. Primero lo cuestionó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. «Veo que con lo que está pasando en la provincia, con los dramas que estamos teniendo, que el gobernador participe de una marcha, cuando ayer los diputados de Unión por la Patria tomarpon una posición política, me parece que no corresponde. Él es un gobernador, y como gobernador, tiene que hacer cumplir la ley, no violarla», dijo la funcionaria y le pidió tener una actitud «distinta»: «Nos gustaría que el gobernador esté trabajando y no esté en una movilización».

El ministro de Economía, Luis Caputo, también lo criticó. Lo hizo en la cuenta de X al citar un posteo de la canciller Diana Mondino en el que afirmaba que el paro era «convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chofer». El funcionario le respondió: «Por si había alguna duda, además se suma Kicillof. Nunca tan claro para la sociedad que estamos frente a un paro político por tocarles privilegios».

El mandatario no se subió a la ola. El ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, hizo las veces de portavoz suyo al dejar en claro la postura del gobernador. «Nadie va a decirnos dónde tenemos que estar. El gobernador está dando una señal muy clara de que en la provincia de Buenos Aires hay otro modelo y camino, se votó otra cosa y eso es lo que queremos poner en discusión en esta Plaza», remarcó. 

Terminado el acto en el Congreso, Kicillof partió a «Puente 12», en La Matanza, a reunirse con el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, y los jefes policiales para seguir de cerca la investigación sobre el crimen de Umma Aguilera y repasar el trabajo de los últimos días. «Todos los días trabajamos para profundizar la tarea que nos permita dar mejores respuestas a las y los bonaerenses», posteó en sus redes sociales junto a fotos que lo mostraban en la base central de la policía. Y agregó, en lo que apreció una respuesta a las críticas oficialismo: «Siempre vamos a defender al pueblo de la provincia de Buenos Aires en todos los ámbitos».