Mientras aguarda las definiciones macroeconómicas y los detalles del plan de ajuste nacional, Axel Kicillof buscará avanzar en la Legislatura bonaerense con el pedido de endeudamiento que no logró ser aprobado a fines de noviembre, antes del recambio legislativo, y no descarta prorrogar el Presupuesto 2023 en caso de ser necesario.
La preocupación central del mandatario son los recursos nacionales con los que contará la Provincia, luego del anuncio que realizó el ministro de Economía nacional, Luis Caputo. Hay muchos interrogantes que los gobernadores esperan empezar a despejar en la reunión a la que los convocó el presidente Javier Milei para el martes: si enviará un proyecto de Presupuesto 2024 o prorrogará el actual, cuál es la pauta inflacionaria, qué pasará con la coparticipación y con el manejo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), cómo se compensará la baja de ingresos que sufrieron por la eliminación del impuesto a las Ganancias. En la previa a ese encuentro, Kicillof y otros pares advirtieron el viernes al ministro del Interior, Guillermo Francos, que no están de acuerdo con la restitución de Ganancias y propusieron coparticipar otros gravámenes como el impuesto al Cheque, según confiaron desde Gobernación a Tiempo.
En la semana que pasó, tanto al asumir su segundo mandato como al tomarle juramento a sus ministros, Kicillof reclamó una y otra vez por los fondos que le corresponden a la provincia. Recordó que Buenos Aires aporta el 40% y recibe sólo el 22%, y que es la que menos gastó por cápita en 2022. «La Provincia es la que tiene el Estado más pequeño en relación a su tamaño, tanto en términos de trabajadores como de gastos. Tenemos necesidades de todo tipo. ¿Cuál es la idea? ¿Ahogar a la provincia, sacándole los recursos que recibe?», advirtió. El viernes, en el acto por el aniversario de la Policía, volvió sobre el tema, esta vez apuntando a los recursos para seguridad –que están hoy en medio del conflicto judicial entre Nación y Ciudad– y dijo: «No vamos a permitir que, montados sobre argumentos políticos de corto plazo, arrebaten los recursos que pertenecen a nuestra fuerza policial».
La falta de precisiones sobre el plan económico de Milei obligó a Kicillof a dejar en suspenso de momento el envío del Presupuesto y a demorar la ley fiscal impositiva, que determina el valor de los impuestos provinciales. En este marco y mientras se despejan las incógnitas, el gobernador buscará insistir con el pedido de endeudamiento por 150 millones de dólares que había enviado a la Legislatura bonaerense para salarios, programas en marcha y afrontar vencimientos de deuda, según lo adelantó tras poner en funciones a su gabinete.
«Si el gobierno nacional decide prorrogar el Presupuesto veremos dónde nos ubicamos porque necesitamos que se nos apruebe no sólo la ley de presupuesto, sino la fiscal impositiva y el endeudamiento», señaló dejando abierta la posibilidad de prorrogar el Presupuesto, como ya hizo en 2020 en el arranque de su gestión, cuando gestionó con la ley de leyes del último año de María Eugenia Vidal. Y respecto del endeudamiento aclaró que no se trata de aumentar la deuda sino de «renovar los vencimientos, lo que se llama rollover de la deuda. Sustituir el endeudamiento que va venciendo con endeudamiento nuevo». Apuntó que como los vencimientos son en dólares necesita también charlar del tema con el gobierno nacional.
El expediente por la nueva toma de deuda fue girado el 25 de noviembre con el objetivo de ser tratado cinco días después, pero no logró sortear el filtro de Juntos por el Cambio, que reclamaba el giro de fondos por obras, IOMA e IPS a los municipios como condición para dar los votos. En el marco de una nueva negociación, ahora el Ejecutivo podría introducir modificaciones a la cifra original de 150 millones de dólares, que sólo buscaba compensar el desfasaje del endeudamiento previsto en el Presupuesto actual por la inflación.
El proyecto incluye también la renovación de todas las leyes de emergencia provinciales por dos años más, una herramienta necesaria para Kicillof en este contexto, y la reprogramación de las deudas que las intendencias tienen con la Provincia por salarios de la época de la pandemia y el bono de 60 mil pesos, un ítem clave para las comunas.
Tras el recambio y con la oposición partida en múltiples bloques, el oficialismo tiene a priori más chances de conseguir los votos para conseguir la mayoría especial que requiere el endeudamiento, pero que dependerá de la muñeca de los interlocutores para negociar. Como contó Tiempo, en ambas cámaras, la bancada de Juntos se partió en hasta cuatro bloques –PRO, dos de la UCR y CC– y lo mismo ocurrió con el bloque de La Libertad Avanza, que no logró unificarse y sus integrantes quedaron dispersos en cuatro bloques en la Cámara baja y en tres en el Senado.