Al dejar inaugurado el 152° período de sesiones ordinarias de la Legislatura bonaerense, Axel Kicillof lanzó este lunes duras críticas al gobierno nacional al que calificó como un «extravagante experimento» y contestó la invitación del presidente Javier Milei para firmar el «Pacto de Mayo» con el que pretende «refundar» el país. «Nuestro Pacto es con el pueblo, con la Patria y con la Provincia y nunca lo vamos a traicionar», lanzó.
La respuesta llegó en el final del discurso en el que por más de una hora y media Kicillof se dedicó a enumerar el impacto devastador de las políticas libertarias en la provincias en los primeros tres meses de gobierno de Milei y a contrastar el modelo que fue reelecto en octubre en la Provincia. En ese marco, Kicillof rompió el silencio sobre el pacto y la presión de la oposición bonaerense para que se sume al convite presidencial.
«Después de someter al pueblo, a la democracia y al federalismo a una agresión tan inédita como salvaje, ahora se nos lanza una invitación que se parece más a una amenaza o una imposición que a un diálogo», señaló Kicillof primero sobre la convocatoria de Milei en el Congreso Nacional. Y agregó: «Ofrece exactamente lo que dice rechazar como método de la política: aprueben las leyes y recibirán los recursos que ilegalmente se cortaron».
Entonces, llegó la respuesta que se llevó aplausos de pie y una ovación de parte de legisladores y funcionarios del oficialismo presentes en el recinto. «Nuestra respuesta es muy clara: cuenten con nosotros para reuniones de trabajo, para encuentros destinados a solucionar problemas, incluso para debatir. Pero si se trata de encuentros para fotos y marketing… arranquen nomás si no llegamos».
Enumeró luego los puntos que seguirá reclamando para la provincia y que no resignará. En esa suerte decálogo de condiciones incluyó «el respeto al federalismo y la inmediata reposición de los fondos vengativamente birlados a las provincias» y la devolución de los fondos del FONID para los salarios docentes y los fondos para las universidades y el transporte, como también «el dragado del Canal Magdalena y la defensa irrestricta de nuestra patria y nuestra historia, con el firme reclamo por la soberanía en Malvinas».
También mencionó la distribución de los recursos destinados a los comedores y los medicamentos «que se interrumpieron de manera tan insensible como incomprensible»; la derogación del DNU 70 al que calificó de «ilegal y anticonstitucional», como así también el «firme rechazo al delirante proyecto de dolarización», porque «debilitaría la soberanía monetaria, multiplicaría la desigualdad y que favorece únicamente al narcotráfico».
La Asamblea Legislativa había comenzado pasadas las 17, tras el cuarto intermedio que habían solicitado los legisladores el viernes pasado. El mandatario originalmente iba a hablar ese día, pero el discurso de Milei en el Congreso lo obligó a cambiar el día para poder asistir pero, además, para responder a cada uno de los puntos que el presidente marcó en su mensaje.
A sabiendas del malestar que generó en la oposición la postergación de la sesión, Kicillof comenzó su mensaje agradeciendo a los 92 diputados y 46 senadores provinciales por permitirle brindar su mensaje este lunes. De inmediato arrancó con la descripción de los tres meses de gobierno de La Libertad Avanza: «No puedo limitarme a la hacer la tradicional exposición, centrada en el desarrollo de la gestión bonaerense», dijo y avisó así que iba a referirse al «extravagante experimento al que está siendo sometida» la Argentina y que promueve «la degradación, la desintegración y la descomposición».
Como punto de partida, recordó que su gestión fue reelecta en las urnas en octubre del año pasado y que el pueblo de la provincia «decidió seguir avanzando derecho al futuro». Aseguró que los bonaerenses respaldaron las nuevas escuelas, los centros de salud, las obras en rutas, el trabajo y los derechos. «Expresaron que los problemas no se solucionan con motosierra ni con dinamita ni con ajuste», dijo, y consideró que el respaldo que obtuvo en las urnas se debió a que gobernó «de forma transparente, dando la cara, con seriedad y responsabilidad».
Apuntó que a nivel nacional ganó «otro rumbo, otras ideas», pero recordó que la propuesta de Milei en la provincia «perdió» tanto en las elecciones PASO como en las generales y en el balotaje. Y aseguró que las esperanzas de quienes sí lo votaron fueron «brutalmente traicionadas» en estos primeros meses de gobierno por el ajuste que implementó y que produce «dolor, desintegración y desigualdad». Más aún, remarcó que «el presidente no está respetando la voluntad de los bonaerenses y no está respetando a sus representantes» y que la democracia se trata de cumplir con la Constitución y las leyes.
También recordó que, aunque el jefe de Estado se pasó la campaña hablando mal de la casta, llenó a su gobierno con los funcionarios de los gobierno de Mauricio Macri y Fernando De la Rúa como el titular de Hacienda, Luis «Toto» Caputo, a quien calificó de «endeudador serial» y Federico Sturzenegger, del «elenco estable» de Domingo Cavallo. «Pese a sus discursos violentos, pese a los trolls de las redes y a la pirotecnia de insultos, muchos de los votantes de Milei perciben que fueron traicionados: el ajuste es para ellos. Es para todos y el gobierno está lleno de los mismos de siempre», disparó.
Sentados en las primeras filas del hemiciclo, escucharon el discurso los ministros proviciales, el ex gobernador Felipe Solá; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, y las madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida y Herenia de Sánchez Viamonte; el intendente de La Plata, Julio Alak; el arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre, la ministra de la Suprema Corte de Justicia, Hilda Kogan, siguieron el discurso desde las primeras filas del hemiciclo. También ocuparon asientos en ese sector los legisladores nacionales Máximo Kirchner, Victoria Tolosa Paz, Carlos Castagneto, Mariano Recalde, Hugo Yasky, Juliana Di Tullio, Mónica Macha, Agustina Propato, Eduardo De Pedro, Sergio Palazzo y Julia Strada, entre otros. Los intendentes, encabezados por Fernando Espinoza (La Matanza), Mayra Mendoza (Quilmes), Gustavo Menéndez (Merlo) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), entre otros, ocuparon tres palcos, mientras que un cuarto palco fue copado por los gremialistas Facundo y Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña.
Obras y recorte de fondos
A lo largo de las casi 31 páginas del discurso, Kicillof planteó su gestión como antítesis de la de Milei y se encargó de explicar por qué y para qué sirve el rol del Estado. Hizo un apretado resumen con datos duros de lo que dejó su primera gestión -211 nuevas escuelas, 157 nuevos centros de salud, 5200 nuevos patrulleros, 17 mil calles asfaltadas, 600 kilómetros de autopistas y 45 millones de vacunas aplicadas, entre otras cosas- y terminó con una advertencia a los libertarios: «Todo esto no lo hizo la mano invisible del mercado. Lo hizo el Estado bonaerense, eso que el presidente llama organización criminal», dijo, en respuesta a Milei. Y le retrucó que criminal es parar obras y recursos que son para la seguridad, la salud, el transporte, la educación y, además, festejar. «El pueblo y la historia juzgarán como imperdonable la indiferencia y hasta el goce sádico por el sufrimiento ajeno que estamos presenciando», dijo en otra de las frases que más resonó en el recinto.
Ya en el segundo tramo del mensaje, el mandatario se dedicó a hablar del parate de las obras públicas nacionales y del recorte de los recursos que están sufriendo las provincias y de la batalla judicial abierta en la Corte Suprema de Justicia por el Fondo de Fortalecimiento Fiscal que Milei eliminó por decreto hace una semana. En el primer caso, exigió que se reanuden «de manera urgente» las 900 obras que Nación tenía en marcha en la provincia hasta diciembre. «Para él la obra es
sinónimo de corrupción. No conoce nuestra provincia, ni ninguna otra, y no sabe de sus necesidades», espetó.
Sobre los recursos, repitió que Buenos Aires sufre una «injusticia histórica» porque aporta el 40% de la recaudación pero recibe sólo el 22% por coparticipación. Y aclaró que con los recursos no automáticos -que Milei llama «discrecionales»- hicieron que las transferencias a la provincia fueran del 25% en total. «Y Milei insiste en que no le corresponde hacerse cargo de nada, sólo dedicarse a ajustar. Ni de la salud, ni de la educación, ni de la seguridad, ni de la infraestructura», dijo y más adelante acotó que el presidente hizo campaña «diciendo que quería refundar la Argentina pero hasta acá lo que está haciendo es refundirla».
Kicillof también repasó todas las medidas que viene tomando su gobierno en este difícil contexto en busca de compensar el impacto del ajuste y la devaluación nacional: desde la mejora salarial a los trabajadores estatales hasta el refuerzo de alimentos, los beneficios del Banco Provincia, los subsidios del boleto de colectivo y el sostén de las obras públicas con fondos provinciales, entre otras. «Nuestra voluntad de proteger al pueblo bonaerense de este ataque no reconoce límites», dijo y apuntó que si no hay recursos los reemplazarán «por más esfuerzo, más presencia, más trabajo, más solidaridad».
Ya casi en el final del mensaje, sostuvo que el mayor o menor bienestar económico dependerá de las decisiones del gobierno nacional. «Lo que sí queremos garantizar es que jamás buscaremos salvarnos solos, no vamos a ser cómplices del afán desintegrador del presidente», afirmó y aseguró que buscarán unirse con otros gobernadores con la aspiración de que Milei «ponga los pies sobre la realidad y que gobierne con respeto y dentro de la Constitución».