A 72 horas del cierre de listas en la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno urde los hilos de la contienda que marcará el punto de partida del primer año electoral que Javier Milei seguirá desde el sillón de Rivadavia. Con la alianza con el PRO capitalino completamente descartada, la mesa política del oficialismo busca en su tropa un candidato que haga la mejor performance posible en un escenario esquivo.
A regañadientes, dentro de Casa Rosada reconocen la escasez de nombres. La salida autogenerada de Ramiro Marra -de quien se sospecha que participará como candidato en las elecciones del 18 de mayo-, dejó a los libertarios porteños conducidos por Pilar Ramírez sin figuras propias que le permitan llevarle el primer triunfo electoral al presidente. Frente al desierto, la mesa política de la gestión salió a medir funcionarios para evaluar los riesgos de un posible salto.
Entre los sondeados se encuentran el vocero presidencial, Manuel Adorni y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. Los últimos en incorporarse a la oleada libertaria son, paradójicamente, las únicas figuras plausibles de estar en una lista con domicilio obligado en la Ciudad. Días atrás, se rumoreaba que la posibilidad de que uno de los protagonistas del mega canje encabece la propuesta de La Libertad Avanza se debía a una manera sutil de dejarlo fuera de la mesa chica de gestión, donde no son pocos los comensales que lo miran con cierto recelo. Cierto o no, puertas adentro de Balcarce 50 descartan con cada vez más énfasis la posibilidad de que Sturzenegger se mude a la legislatura porteña.
Despejada la X, el otro -y único- posible candidato es Adorni. Gracias a la puesta en escena que monta en cada una de sus conferencias de prensa, dignas de ser producidas en un show con cartelera luminosa en la calle Corrientes, el portavoz oficial del libertario logró posicionarse en la arena mediática y consolidó el apoyo de los seguidores del presidente que, conferencia a conferencia, muestran su cariño al vocero despotricando en las redes contra el periodista “domado” de turno.

El dilema de Karina
El activo del vocero, sin embargo, podría ser lo que lo deje afuera de cualquier contienda electoral. Karina Milei, quien en el último tiempo dio sobradas muestras de entender como pocos de qué se trata el ejercicio del poder político dentro del mundo libertario, precisa de la figura del portavoz para continuar ensanchando su músculo dentro de la Rosada. La hermanísima construyó a su alrededor un centro de poder que se extiende más allá del control de la lapicera a la hora de la confección de listas y es esta contundencia la que la hace acumular diferencias con el asesor presidencial, Santiago Caputo, el otro musculoso brazo del Triángulo de Hierro. Son estas rispideces, que Tiempo dio a conocer meses atrás, lo que pone en duda el desembarco del ex periodista en el palacio porteño.
Pese a mostrarse incondicionales el uno del otro, en el último tiempo la figura del cerebro del discurso mileísta empezó a molestar dentro del karinismo. La expansión de la influencia del asesor prendió las alertas de El Jefe, quien ordenó una serie de mudanzas para, al menos en lo fáctico, cercar al asesor. La menor de los Milei no sólo sacó de su oficina en el Salón Martín Fierro al vicejefe de gabinete José “Cochi” Rolandi -quien supo sobrevivir con creces a la sangría de nombres que se dio tras la eyección de Nicolás Posse– también dispuso que ese mismo despacho sea ocupado por Adorni, quien ya acumula otras dos dependencias dentro de la Casa. La nueva locación del vocero está a escasos metros de la que ocupa Caputo, cuya agenda es una incógnita para todo aquel que no esté apostado en la puerta de su oficina. Esta imposibilidad de control habría sido lo que motivó a la secretaria general a autorizar el traslado.
Además de coartar la posibilidad de mantener bajo total observación al sector del gobierno que no responde con devoción hacia ella, otro de los puntos que no terminan de convencer a Karina para “soltar” al vocero es la posibilidad de que su ejecución electoral no sea la esperada. Si bien en las mediciones que llegaron en los últimos días a Balcarce 50 el platense muestra una considerable intención de voto, la atomizada oferta porteña podría dejar en un eventual tercer o cuarto lugar al candidato libertario, una pésima noticia para un oficialismo nacional que debe, casi de manera obligada, ganarle al PRO en su territorio si es que quiere seguir teniendo ventaja en una mesa de negociación todavía dispar.
En el gobierno siguen de cerca el quiebre del ex Juntos por el Cambio. La decisión de Horacio Rodríguez Larreta de jugar como candidato a legislador por fuera del partido amarillo que lo cobijó en su sueño presidencial es bien ponderada puertas adentro del oficialismo nacional, puesto que entienden que la figura del ex alcalde le restará votos al candidato que elijan Jorge y Mauricio Macri, principales enemigos de la gestión libertaria. Por estas horas, los primos se encaminan a obligar a María Eugenia Vidal a competir con su hermano de la vida en una contienda que, de no estar anclada a otras negociaciones, pasaría desapercibida. La ex leona bonaerense hizo saber en más de una ocasión su negativa a participar de los comicios porteños, pero los capitanes saben quién manda.

En tanto, no son pocas las voces dentro del oficialismo que ya dan por descontada una buena performance de Leandro Santoro en los comicios porteños. El ahora diputado nacional, dicen fuentes cercanas al presidente, aglomerará gran parte del voto de la centro-izquierda, por lo que la gran batalla se dará entre quienes deseen ocupar el segundo lugar. En este punto, la división del voto amarillo, que para el gobierno sería pura ganancia, podría verse condicionada por la inminente confirmación de la participación de Marra.
El legislador, quien fue excomulgado meses atrás por sus propios amigos, supo hacerse de una imagen libertaria propia que amenaza con quitarle votantes al propio Milei. Es por esta otra instancia que Karina duda en entregar a Adorni. Perder en la primera gran elección sería una mancha más que difícil de borrar para un ex periodista con aspiraciones en continuar pululando por el mundo político. Y más si sus ganadores son un candidato amarillo y/o un ex violeta.
Ante este escenario de total incertidumbre, y pese a repetir lo contrario en más de una ocasión, dentro del gobierno no descartan la posibilidad de tener candidaturas testimoniales, que le permitan al oficialismo nacional hacerse de los votos pero sin perder cargos claves. La decisión final, como todo, la tomará Karina, quien prepara para este sábado un encuentro en la sede porteña de La Libertad Avanza para fotografiar las firmas de los candidatos seleccionados. El presidente, por lo pronto, seguirá la contienda desde afuera y, salvo mínimos apoyos virtuales, no ayudará a sus candidatos en la campaña territorial.