No alcanza un escenario. El United Center de Chicago, un estadio de la zona oeste, se abrirá a los actos nocturnos con mayor audiencia y público presente. En el McCormick Place, pleno centro de la ciudad, a la vera del lago Michigan, habrá actos diurnos, reuniones de rosca partidaria y actos oficiales. La convención del Partido Demócrata se viene preparando hace años. Durará cuatro días, entre este lunes y el jueves: luego quedarán 75 días para el día de las elecciones en Estados Unidos.
Las estrellas centrales serán la vicepresidenta Kamala Harris y su compañero de candidatura, el gobernador Tim Walz de Minnesota. Esta campaña es verdaderamente inusual: no siempre los candidatos demócratas llegan a la convención sólo para ser confirmados formalmente, como ocurre en esta ocasión. Un secreto muy guardado es en qué momento, en qué día aparecerán tanto Harris como Walz en la convención.
También se anuncia que habrá un lugar preferencial para el actual presidente Joe Biden, como un modo de recompensar su “renunciamiento histórico” a la candidatura que, en su caso, hubiera sido para la reelección, tras los papelones que produjo en los debates ante Donald Trump.
Se esperan cientos de discursos y actos protocolares. Pero en esta oportunidad, además, los convencionales tendrán la responsabilidad de confirmación de la plataforma del partido de cara a las elecciones de noviembre. Por otra parte, se aguardan protestas en las calles, siempre sucede. Las hubo en la Convención Republicana de Milwaukee, aunque menores de lo esperado. Y también se montó un enorme operativo de seguridad en Chicago, para este caso.