En la media tarde del jueves, mientras el tablero que marcaba el presentismo en el Senado cambiaba de rojo a verde para dar inicio a la sesión, en Casa Rosada reinaba el silencio. Después de más de un año de negociaciones con gobernadores, legisladores y altísimos dirigentes del mundillo político y judicial, el gobierno no logró aprobar los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los dos ministros que Javier Milei aspiraba a meter en la Corte Suprema. Horas más tarde, rezando que una foto con Donald Trump tapara el fracaso preanunciado, el encuentro que los propios portavoces oficiales del gobierno habían anticipado con bombos y platillos se frustró por un juego de golf y una rueda de helicóptero. Aquellos fallidos al unísono marcaron un corte y una quebrada en el andar de un oficialismo que se percibe indestructible.
Al final de ese día negro, la mesa chica del Ejecutivo se concentró en buscar culpables. En Rosada no dudaron en afirmar que la foto junto al presidente estadounidense, con la que Milei buscaba enviar un mensaje de calma a los mercados en medio de la turbulencia, debía ser garantizada por Gerardo Werthein. El pecaminoso error del canciller, quien horas antes mantuvo un pomposo encuentro con el secretario de Comercio de EE UU, Howard Lutnick, fue cuestionado en varios despachos que, pese a descartar una salida en el corto plazo, empiezan a acumular recelo contra el empresario cuentapropista.
En el plano local la derrota se hizo sentir. El cotizado viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, y su padrino Santiago Caputo fueron los conductores designados para evitar la derrota en el Senado. Pese a los esfuerzos y recomendaciones de la oposición «dialoguista» para levantar los pliegos -fue el propio senador radical Eduardo Vischi quien este martes se apersonó en el despacho del asesor presidencial para intentar convencerlo-, el dúo dinámico no logró romper con los cada vez más tambaleantes estándares de institucionalidad que cimientan el sistema político nacional. Y una vez más se chocaron de frente contra un recinto cada vez más adverso.
Con los sueños cortesanos de Lijo descartados, el gobierno ya se encuentra en la búsqueda de un plan B para reemplazarlo. Mientras tanto insistirán en mantener a García-Mansilla en la Corte hasta el próximo 30 de noviembre y, eventualmente, volver a insistir con su designación vía Senado. Por ahora todo ciencia ficción.
La derrota es un hierro caliente que nadie se atreve a agarrar. Como contó Tiempo, los ojos de los operadores del oficialismo se posaron sobre Victoria Villarruel, a quien le atribuyen gran parte de la responsabilidad de la performance parlamentaria que muchos ya daban por descontada. Desde las terminales libertarias afirmaron que la titular del Senado retuvo en su despacho al vicepresidente Bartolomé Abdala para evitar que firmara la postergación por tres semanas de aquella sesión que Ezequiel Atauche y un enviado especial del gobierno acordaron en una reunión mañanera. “Hay una parte del gobierno que no entiende que tienen que jugar al juego de la democracia”, dijeron cerca de la vicepresidenta.
Los dardos venenosos también tuvieron destinatarios amarillos. Abiertamente enfrentados y casi con nulas posibilidades de firmar una tregua de convivencia, el gobierno apuntó contra Mauricio Macri. Desde la Rosada afirmaron a este medio que el expresidente, quien se metió de lleno en la campaña porteña donde LLA busca disputar la hegemonía del PRO, llamó personalmente a sus senadores Alfredo de Angeli y María Victoria Huala para que colaboraran con el quórum.
Semanas atrás, el bostero dejó en claro a su equipo que no permitirá que la motosierra libertaria avance en el kilómetro cero que lo vio crecer en el plano nacional. Por eso decidió dejar su largo letargo y además de volver a vestirse de amarillo y retomar sus bailes de particular swing, el expresidente dispuso a todo su aparato a trabajar contra Karina Milei y Caputo, alma maters de la presidencia del león. La orden incluye las negociaciones dentro del Congreso donde, hasta esta semana, ambos espacios confluían con total normalidad. En el oficialismo intentaron instalar las versiones de un acuerdo entre el tandilense y Cristina Fernández de Kirchner. La rivalidad entre ambos dirigentes, que desde hace años descansa en el plano personal, hace volar por los aires la encumbrada teoría.
Pese a las conjeturas, el indisimulable fracaso de la sesión llevó al aparato comunicacional del gobierno a construir un relato que les permitiera, al menos con los propios, salir por arriba de un laberinto autoconstruido. Fue el propio Javier Milei quien en su cuenta de X despotricó contra el peronismo por su indefectible rol en el rechazo de los pliegos. “¿Dónde están todos los que decían que yo tenía un pacto de impunidad con la ex Presidente doblemente condenada?”, lanzó el libertario. “¿Te das cuenta que no entendés nada?”, devolvió con audacia la expresidenta por la misma vía.
Pese a jactarse del odio mutuo, las conexiones entre el Patria, Tigre y la Rosada se dejan ver en todos y cada uno de los palacios. A inicios de esta semana, mientras el kicillofismo se debatía entre durar o arder, las terminales del peronismo que responden a CFK y al excandidato presidencial Sergio Massa ampliaron el tablero de negociaciones para intentar descartar el proyecto de desdoblamiento de las elecciones bonaerenses que impulsa el gobernador.
Según confiaron a este medio fuentes con acceso a la Legislatura bonaerense, la bancada libertaria fue tentada para acompañar el proyecto del massista Rubén Eslaiman con el que buscan suspender las PASO en PBA y disponer la concurrencia de las elecciones, un golpe que terminaría de romper la imposible convivencia en Unión por la Patria. Si bien la propuesta de golpear a Kicillof fue incitante, la mesa política que se condensa en el Salón Martín Fierro de la Casa Rosada bajó el pulgar y dio por cerrada esta prerrogativa. “No vamos a arreglarle su interna gratis”, dijo ante Tiempo un habitué de la Rosada y el palacio platense.
Espiritual y políticamente alejados del antiperonismo, el sector del gobierno que responde al asesor presidencial abraza las palabras que el General tomó prestadas de Napoleón y se mueven con cautela. “Mientras tu enemigo se está equivocando, no lo distraigas.” La interna entre la jefa del justicialismo y el titular del bastón bonaerense será exprimida al máximo por los arquitectos del relato libertario.
La posible fragmentación del peronismo en PBA abre un escenario de crecimiento para el oficialismo nacional, que sólo tenderá a potenciarse si las facciones que condensaron la unidad en el Frente de Todos optan por volarla por los aires en esta nueva metamorfosis que atraviesa el movimiento.
Richard
6 April 2025 - 14:20
Únanse, sino el 98 % del país quedara pobre