La Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados retomó este jueves el debate sobre los proyectos de ley que proponen la reducción de la jornada laboral. El tratamiento había quedado pendiente el año pasado de 2023 e incluye nueve iniciativas referidas al tema. En el marco de la reunión informativa, los legisladores escucharon las opiniones de unos 30 especialistas.
Entre las propuestas se encuentran las de Unión por la Patria, el socialismo y el Frente de Izquierda, así como del radicalismo a través de un proyecto impulsado por Martín Tetaz que preside la comisión.
En su iniciativa, Tetaz plantea la creación de la “Jornada Laboral Alternativa”, la cual permite que cada sector pueda reflejar en el convenio colectivo de trabajo propio de su actividad una o más opciones diferentes de jornadas laborales, teniendo en cuenta las necesidades y características propias del desarrollo de cada actividad.
Entre sus fundamentos, se establece que el sistema tendrá una duración máxima de 48 horas semanales en las que cada sector, en función de las características de la actividad, definirá cómo distribuirlas, pudiendo existir jornadas diarias más largas durante menos días de la semana o bien jornadas más cortas durante mas días de la semana.
Los proyectos de la oposición
En tanto, en el resto de los proyectos, el presentado por el diputado de Unión por la Patria Hugo Yasky establece que la jornada no deberá exceder las 8 horas diarias o los 40 semanales; mientras que los propuestos por Sergio Palazzo y Julia Strada hablan de 6 horas diarias o 36 semanales, al tiempo que fijan límites a la jornada de trabajo nocturna e insalubre. Por otro lado, la iniciativa del diputado Nicolás del Caño (FIT) habla de 6 horas diarias como máximo y 30 semanales.
En defensa del cambio de normativa respecto a la jornada laboral expuso Julián Marchisotti, de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, quien consideró que hay que mirar los proyectos desde un punto de vista social y humano». “El trabajador estaría menos fatigado y habría menos siniestralidades. Hay que buscar mejoras en la calidad de vida”, sostuvo.
Asimismo, Analía García, del Instituto de Derecho del Trabajo del Colegio de Abogados de La Matanza, resaltó que “es necesario modificar el régimen de jornada laboral porque no se puede pretender sostener una carga horaria igual a aquella prevista hace 100 años, pero esta modernización debe realizarse dentro de un marco constitucional y respetando los convenios de la OIT suscriptos”.
Entre las voces en contra, Martín Juárez Ferrer, director del Instituto de Derecho Privado, Universidad Siglo 21, señaló que «no debe modificarse el régimen de jornada laboral», salvo lo que concierne al contrato de trabajo a tiempo parcial, ya que «no hay evidencia científica clara que demuestre un claro aumento de la productividad como correlato causal de la reducción de la jornada de trabajo». «Deben desecharse los proyectos que reducen la jornada salarial sin reducción de coste salarial, porque es incierto su beneficio y muy certero su costo», remarcó.
Por su parte, la jefa de investigaciones del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), Virginia Giordano, aseveró que «este tipo de ley no va a tener mucho efecto, incluso puede traer dolores de cabeza a las empresas». «La tendencia es trabajar menos», pero “las políticas públicas deberían acompañar ese proceso», agregó.
Desconexión Digital
Entre los proyectos, aparece el de la diputada Vanesa Siley (UxP) que se refiere a la limitación de la disponibilidad de la persona trabajadora en horarios que excedan la jornada laboral a través de dispositivos digitales y/o tecnologías de la información y comunicación, a fin de garantizar el pleno ejercicio de su tiempo de descanso.
En ese sentido, Alelí Prevignano, del Foro de Abogados de Organizaciones Sindicales, indicó que “el concepto de ‘Onlife’ que se está estableciendo en el marco de las relaciones de trabajo, el trabajador está todo el día a disposición del empleador. No importa qué límite de jornada tenga”. “El WhatsApp lo tenemos todos 7×24 y hay una mala adecuación y mala responsabilidad empresarial de no prohibir el uso de esa herramienta, que es tan común y humana, en el marco de las relaciones laborales”, añadió.