“Estoy muy contento y muy feliz de que la película se estrene en este momento”, dice Sebastián Díaz, realizador del gran documental Jinetes de Roca que este jueves se estrena en el Gaumont, un viaje hacia la construcción de la narrativa de la Argentina blanca iniciada con la invasión encabezada por el General de algo que no era un desierto y constituía el territorio de distintos pueblos originarios. “En este momento tan desfavorable y oscuro de la Argentina echar un poco de luz me parece formidable, me parece crucial y potente para estrenar esta película. No hubiera sido lo mismo haberla estrenado hace cinco, seis años. Porque ahora va en contra de un discurso de hace 120 años que se reactualiza.” Sí, es en plena oscuridad cuando más se ve la luz, y también cuando mejor ilumina el camino.
Con el relato tan documentado como fascinante de los especialistas Adrián Moyano, Danae Fiore, Carlos Masotta, Marcelo Valko, Marta Penhos, Fernando Pepe y Pablo Orcajo, Jinetes de Roca concluye con una trilogía del desierto no buscada que empezó con La Muralla criolla y siguió con 4 Lonkos. “No quise detenerme sólo en el hecho histórico sino desentrañar cómo a través de la iconografía reproducida a través de décadas se ha perpetuado un discurso hegemónico. La iconografía está muy clara a través de la estatuaria: monumentos educativos de los perpetradores del genocidio no solo de Roca sino de sus lugartenientes. Hay muchos pueblos de la provincia de Buenos Aires creados a partir de este avance militar cuyos fundadores son estos lugartenientes, como Levalle, Villegas, y muchos otros, tanto en La Pampa como en Buenos Aires y en la Patagonia. Y eso no solo incluye los monumentos sino los nombres de calles, de las instituciones, ciudades. Luego tenemos lo que es la fotografía. A partir de la misma campaña militar Roca llevó un fotógrafo para perpetuar todo en la memoria, toda esa conquista que ellos denominaban gesta en nombre de la civilización, en nombre de la patria. Y después esa fotografías fueron utilizadas para reforzar ese sometimiento. Entonces tenemos imágenes de indígenas en su mayoría prisioneros que fueron utilizadas para asociar a esos indígenas a los delincuentes, por eso tienen foto de frente y perfil como si fueran presidiarios.”
Pero eso no termina ahí. El conjunto narrativo (que por supuesto no desprecia y menos desmerece a la escuela y su pedagogía formativa), tiene un pilar fundamental en la producción pictórica. “Cuadros emblemáticos que tienen que ver con la conquista del desierto y el nacimiento de una nueva nación moderna que han trascendido a lo largo de los años y son grandes producciones que están en los principales museos de la Argentina. No solo sobrevivieron sino que de alguna manera fueron explotados porque en el billete de $100 durante el menemismo, de un lado tenemos la imagen de Roca y del otro una reproducción de ese cuadro llamado La revista de Río Negro, que es un cuadro que está en el museo histórico nacional y es de los más grandes que hay: tiene siete por tres metros.”
Pero como la historia la escriben los que ganan, siempre hay lugar para reversión y revisión de lo que ella cuenta. “Ahí empieza el homenaje a actores fundamentales de esta revisión como Osvaldo Bayer, David Viñas, etcétera. Bayer fue uno de los actores fundamentales en desmonumentar a Roca.” Tarea sin dudas ciclópea ya que “Roca representa el inicio del mito de origen de la Argentina blanca libre de indios, que baja de los barcos, con una conquista que fue invasión de un desierto que no era tal”. Por eso considera que su filme es una “impugnación del mito civilizatorio”, y que no está solo en esa lucha que se viene dando especialmente a partir de “la apertura democrática de 1983”.
El film deja en claro que los dispositivos narrativos no necesitan de grandes adminículos tecnológicos para imponerse. Más bien son diseños de ingeniería social que se pergeñan luego de grandes victorias políticas a fin de llevar a individuos y grupos a conformar un sistema de creencias que terminan guiando sus acciones. La Argentina blanca y moderna que baja de los barcos, a juzgar por los resultados logrados, ha sido una de las más exitosas. “Por eso no juzgo fuertemente a las personas que piensan que Roca es un héroe, justamente porque son construcciones impuestas. Los que construyeron la historia son los que se beneficiaron con ella. El poder premia al poder”. Por eso toda la iconografía que da vida a la narrativa de Roca como padre fundador de esa Argentina comienza en la década infame, luego de que la oligarquía da el primer golpe militar contra el primer gobierno popular en elecciones libres, el de Hipólito Yrigoyen. “Es el hijo de Roca como vicepresidente de Justo el que inicia la construcción de esa narrativa, con el monumento de Diagonal Sur y otros en el resto del país. La dictadura de 1976 se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional, y la década del ‘80 y la campaña del desierto se conoce como el Proceso de Organización Nacional.”
Jinetes de Roca
Documental. Dirección, Guión y Producción: Sebastián Díaz. Estreno: jueves 13 de junio a las 19 en el Cine Gaumont, Avenida Rivadavia 1635.