En la Ciudad de Buenos Aires, donde la Constitución local obliga a garantizar el acceso a la educación pública desde los 45 días, la falta de vacantes fue una constante durante los gobiernos PRO. Pese a la reticencia oficial para dar cifras –incluso con orden judicial para hacerlo- en 2022 este medio revelaba que había más de 50 mil niños y niñas sin vacante en escuelas públicas porteñas. En su inmensa mayoría, de nivel inicial. Por estos días, sin embargo, una postal llama la atención: hay salas de jardines de infantes públicos (y no solo) casi despobladas. ¿Caída demográfica? ¿Embate de la gestión porteña contra la jornada simple? ¿Impacto de la crisis? Un combo multicausal.
“No tenemos los números finales, pero nos sobran lugares. El tema principal es que la natalidad cayó un 40% en los últimos diez años en la Ciudad. Las familias deciden tener menos pibes, o no tener. Hay algo de eso”, argumentaron desde el Ministerio de Educación porteño, a cargo de María de las Mercedes Miguel.
El cambio poblacional, sin duda, incide. Enrique Peláez, director alterno del Doctorado en Demografía de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), analizó las estadísticas de nacimiento desde 2018 hasta 2022 y dio cuenta de “una caída del casi el 25%. Si en 2018 había 100 chicos en un jardín, hoy hay 75. Hay un impacto demográfico y va a empezar a marcarse, porque el acelere de la caída ocurre desde 2017. Es diferencial por jurisdicción y dentro de eso CABA es uno de los distritos donde más se ve esa caída”.
De todos modos, aclaró que hubo variaciones en esa caída en los últimos años y que es difícil analizar CABA de forma independiente porque puede haber madres con residencia porteña que envían a sus niñes al jardín en territorio bonaerense, o viceversa. Además, “puede haber una incidencia económica y que en caso de crisis se decida no enviarlos (sobre todo, a sala de tres o nivel maternal). Pero allí entra el costo del cuidado, que si hay sesgo de género recae sobre la mujer que no sale a trabajar. Hay que hacer un análisis complejo”.
Desde la cartera educativa bonaerense, de hecho, dijeron a este diario que, si bien “hay un descenso de la natalidad, no tenemos el dato de la caída en la matrícula” en nivel inicial.
De listas de espera al cierre de salas
En colegios públicos porteños tradicionalmente muy requeridos, como el Mariano Acosta (en Balvanera), el ciclo lectivo este año comenzó con seis niñes en la sala de tres del turno tarde y tres en el turno mañana. La caída en la matrícula también fue notoria en el jardín Las Glicinas, en Palermo (“pasaron de tener lista de espera a cerrar salas”, contaron desde esa comunidad educativa), o en Granaderos de San Martín, en Las Cañitas. Así como en salas de distintos puntos de la ciudad, como Flores o San Telmo.
Uno de los jardines donde a principios de año “sobraban” las vacantes era el de la escuela Indira Gandhi. Funciona en un predio aledaño a Parque Norte y asisten en su gran mayoría chicos y chicas del Barrio Padre Mugica. “Recorrimos el barrio volanteando y ofreciendo las vacantes libres y se ocuparon”, contó a Tiempo Paola Rocha Matos, ex presidenta de la cooperadora de esa escuela.
En el nivel inicial de la Escuela Normal Superior N° 3 “Bernardino Rivadavia” del Distrito Escolar 4 también fue la comunidad educativa la que salió a ofrecer las vacantes libres, en todas las salas. “Desde que se implementó la inscripción online pasan estas cosas. En el Indira nos ha pasado que durante un tiempo no estábamos en sistema y no se podían inscribir los chicos. Y al no tener población alrededor –rodeado de Puerto Pibes, el aeropuerto, etc.- el sistema no deriva ahí. La gente del barrio solía poner la dirección de un restaurante de la zona para que el sistema la aceptara. Hay varias irregularidades que derivan en esto: el vaciamiento de las escuelas”, lamenta Rocha Matos, ex presidenta de la cooperadora de esa escuela, quien luchó durante años contra los intentos del Gobierno de la Ciudad por mudar esa institución para liberar ese preciado terreno.
El año pasado, cuando tuvo que buscar vacante para su hija en sala de 2, se enteró por una docente de la apertura de una sala en el barrio, en el Jardín Nucleado 4 del Distrito 10. El sistema no le daba esa opción. “Cuando entró mi nena había ocho chicos en la sala. Las familias y cooperadoras hacemos flyers y promovemos las inscripciones, hay muchas conducciones que están poniendo el pecho para llenar los jardines”.
Para Patricia Pines, histórica referente del colectivo Vacantes para Todes, el fenómeno tiene que ver con “un ataque a mansalva contra las jornadas simples. Cerraron más de 50 escuelas de jornada simple para transformar los edificios en jornada completa. Eso es lo más alarmante”. A esto se suma, sostiene, el impacto de la pandemia, la cuestión demográfica y que la Ciudad es “cada vez menos amigable con las infancias”.
“A muchas escuelas –concluye– no les asignan estudiantes para poder dar lugar al cierre o recorte de secciones. Realmente los daños que genera esta política de cierre son gravísimos y prácticamente no se ha difundido”.
La pandemia como punto de inflexión
La caída en la matriculación en nivel inicial se dio en distintos puntos del país durante la cuarentena por la pandemia de coronavirus. Eso coincidió con la proliferación de otras alternativas para las infancias más pequeñas, como los “jardines rodantes” que funcionan en viviendas particulares con la coordinación de un grupo de familias.
En 2023 la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA) indicó que la matriculación en el nivel inicial se redujo en el inicio de ese ciclo lectivo entre un 15% y un 20% en comparación con el año anterior. La inflación y el costo de las cuotas era uno de los factores para explicarlo. Sin embargo, en CABA la caída se ve también en el sector público, incluso en los Centros de Primera Infancia (CPI) y Centros de Desarrollo Infantil (CeDI), que no dependen de Educación sino de Desarrollo Humano y Hábitat. Desde esa cartera confirmaron que hay una baja en las inscripciones: “El principal motivo es por un tema de baja de natalidad. Desde los años de la pandemia tienden a la baja las inscripciones. Hoy cuentan con cupos disponibles para todas las edades”.
Tal vez la baja se deba que bajo la contratación de personal doméstico,proveniente en su mayoría del conurbano Sur, que siempre fueron en gran parte los que ocupaban los jardínes de infantes porteño.
8 April 2024 - 14:47
La menor cantidad de niños en los jardines de infantes porteños corresponde a una baja del personal doméstico proveniente del conurbano Sur que son los que traían sus niños al colegio cuando venían o vienen a trabajar. Pasa también con los primeros años del primario, donde gran parte de los inscritos provienen del conurbano Sur .