A pocos días de cumplirse el primer aniversario de la ofensiva de Hamas y la Yihad Islámica en el sur de Israel que dejó un saldo de 1200 muertos y más 250 rehenes, el primer ministro Benjamin Natanyahu celebró la eliminación del líder Hezbollah, Hassan Nasrallah, y de otros altos mando del grupo chiíta en un bombardeo en la ciudad de Beirut. Este operativo ocurre en un escenario adverso para el jefe de gobierno israelí, que se enfrenta a voces que reclaman no sólo por la desidia oficial que habría permitido la incursión del 7 de octubre pasado sino por la inoperancia para recuperar la totalidad de los rehenes, mientras puso en marcha una estrategia de exterminio que causó la muerte de más de 41.000 palestinos en la Franja de Gaza y que generó el rechazo generalizado en el mundo, que reclama un cese el fuego y negociaciones para evitar mayores masacres.

El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, informó que en un ataque “preciso” contra el cuartel general de Hezbollah en un suburbio de la capital libanesa había sido muerto Nasrallah. La organización confirmó más tarde que efectivamente el clérigo, de 64 años, había caído durante el bomardeo. «Nasrallah está ahora con Alá como gran mártir. Se suma a la caravana de mártires de Kerbala y los mártires inmortales cuya marcha ha liderado durante treinta años de victoria en victoria», indicaron en un comunicado publicado por el canal Al Manar. En esa misma cadena televisiva afín al grupo, se emitió un comunicado donde se afirma que «la dirección de Hezbolá seguirá con su yihad contra el enemigo en apoyo de Gaza y Palestina, en defensa de Líbano».

“Hassan Nasrallah, el líder de una organización terrorista maligna; los terroristas de alto rango eliminados con él, y la sede central en la que se encontraban, eran objetivos militares legítimos según el derecho internacional”, declaró en un mensaje publicado en su cuenta de X el vocero de las FDI. “Nasrallah construyó intencionalmente la sede central de Hezbollah debajo de edificios residenciales en Dahiya, Beirut, porque Hezbollah utiliza intencionalmente a civiles libaneses como escudos humanos. Mientras Hezbollah busca maximizar el daño a los civiles, Israel busca minimizarlo”, concluyó.

Nasrallah fue uno de los fundadores de Hezbollah (Partido de Dios) y desde el asesinato de Abbas al Musawi –también en un ataque israelí, en 1992– estaba al frente de la organización. Al Musawi, a quien conoció en su adolescencia, fue su mentor y formador en sus estudios religiosos. Le tocó vivir los cambios dramáticos de El Líbano tras la guerra civil, en 1975, y para la rama chiíta del islamismo que profesaba, el triunfo de la Revolución en Irán, donde conoció personalmente al ayatollah Ruhollah Jomeini y a su sucesor Ali Jamenei, actual jefe espiritual de la nación persa.

Este operativo israelí significó otro duro golpe contra la milicia libanesa, que hace diez días padeció el estallido de miles de localizadores electrónicos que provocaron la muerte de al menos 12 personas y un tendal de más de 300 heridos.  Esta vez fueron intensos bombardeos en varios puntos de Beirut y alrededores, entre ellos el edificio donde estaba reunida parte de la cúpula de Hezbollah. Entre las víctimas figuran también el comandante de la unidad de misiles, Mohamed Ali Ismail, su adjunto, Husein Ahmed Ismail, el comandante del frente sur, Ali Karake, y Hassan Khalil Yassin, uno de los cargos de inteligencia, entre otros. En el sur de Siria, por otro lado, también fue asesinado el jefe de las milicias en esa zona, Ahmad Muhammad Fahd, informaron las FDI.

Entre las primeras respuestas tras conocerse la novedad, el ayatollah Jamenei dijo desde Teherán que «los criminales sionistas deberían saber que son demasiado pequeños como para causar un daño significativo a la fuerte estructura de Hezbollah en Líbano» y añadió que «las fuerzas de la resistencia de toda la región están con Hezbolá y la apoyan”.

El movimiento Hamas, a continuación, anunció la creación de un frente unido con Hezbollah para “apoyar la resistencia islámica en el Líbano”. El presidente del Consejo Político Supremo de los hutíes en Yemen, Mahdi al Mashat, decretó por su parte tres días de luto por la muerte de Nasralláh. Horas antes, esa organización había lanzado misiles contra un «objetivo militar» en Tel Aviv y drones contra un «objetivo vital» en Ascalón.

El temor a una escalada total en toda la región que involucre a las principales potencias se acrecienta a cada hora y no se descarta una nueva invasión terrestre al Líbano como la que se produjo en 1982, con consecuencias ahora más trágicas aún.

Zelenski terminó de chocar en la Torre de Trump

La visita del presidente ucraniano a la Torre Trump de Nueva York mostró en todo su patetismo la situación de Volodimir Zelensky ante el posible cambio presidencial en Estados Unidos. Fue cuando el dueño de casa y aspirante a la Casa Blanca decía que pondrá fin a la guerra ni bien asuma un nuevo mandato con un acuerdo “que sea justo para ambas partes”. Eso era sólo el comienzo; ante la mirada desconsolada del ucraniano, Donald Trump añadió su latiguillo de que “esta guerra nunca debió haber sucedido”. Y lanzó, punzante, que tiene una buena relación con Zelenski y también con Vladimir Putin, a lo que el presidente (MC) de Ucrania, lastimosamente, dijo a los medios presentes en el pasillo del edificio: “Espero que nosotros tengamos mejores relaciones”.

Ya no es secreto para nadie que los frentes de guerra –Donbass y Kursk– le son adversos Kiev. Se por lo que publican los medios occidentales como, más claramente, por lo que callan. Esta semana el The Economist, uno de los más influyentes semanarios británicos, deslizó que Zelenski está en problemas para sostener alguna paz honorable. Por el otro, es evidente que la incursión en el territorio ruso fue un fracaso: ya ni se habla de eso.

En la ONU, el mandatario hizo nuevos reclamos ante los foros internacionales para sostener la guerra contra Rusia. De la administración Biden logró 8000 millones de dólares más. La candidata Kamala Harris alertó que Trump piensa exigir la renuncia a los territorios perdidos a manos de Rusia y que se comprometa a la neutralidad. Gobernadores republicanos, en tanto, denunciaron injerencia del ucraniano en las elecciones presidenciales.