Al menos 45 personas murieron anoche en un bombardeo contra un campo de refugiados de Rafah (al sur de Gaza). El ataque fue confirmado por el Ejército israelí y se perpetró en una “zona segura”, tres días después de que la Corte Internacional de Justicia ordenara el fin de la ofensiva militar del Ejército israelí en esa ciudad del extremo sur de la Franja de Gaza ante el riesgo de genocidio.
De los 45 muertos contabilizados en la masacre, veintitrés son mujeres, niños o ancianos. Las imágenes muestran cómo arden las carpas de las familias palestinas refugiadas.
“Otra atroz masacre fue cometida por las fuerzas israelíes en Rafah, que se ha cobrado hasta el momento la vida de medio centenar de mártires y decenas de heridos, la mayoría de ellos niños y mujeres”, indicó un portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza.
“Matanza en masa”
“Nunca antes en la historia se había empleado un número tan grande de herramientas de matanza en masa frente al mundo como está sucediendo ahora en Gaza, donde la población se ve privada de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible, aplastando la infraestructura y destruyendo todas las instituciones”, denunció el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Según sus datos, los muertos en Gaza alcanzaron este lunes los 36.050, después de que 66 personas fallecieran por fuego israelí en las últimas 24 horas, 45 de ellos en el bombardeo en Rafah.
Este ataque se registraba horas después de que Hamás lanzara desde ese punto de la Franja, según el Ejército, ocho cohetes hacia el centro de Israel, incluido Tel Aviv, por primera vez en unos cuatro meses, que no causó daños graves ni heridos.
El portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Nabil Abu Rudeina, condenó este “ataque deliberado del ejército de la ocupación” sobre tiendas de desplazados en Rafah, provocando una “masacre que ha superado todos los límites y requiere una intervención urgente para detener inmediatamente estos crímenes contra el pueblo palestino”.
En Cisjordania, cientos de palestinos han salido a las calles en diversas ciudades, incluido en puntos calientes como Yenín o Tulkarem, en protesta por este ataque.
Condena internacional
Numerosos países y organizaciones internacional han condenado el ataque contra una “zona segura” de Rafah que el Ejército israelí aun no había ordenado evacuar.
Irán lo ha calificado como crimen de guerra, mientras Egipto y Catar, mediadores clave para una tregua en Gaza, han mostrado su inquietud ante la posibilidad de que “complique los esfuerzos” para una pausa humanitaria.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) y la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) han denunciado que ha sido “una noche sangrienta” y “aterradora”.
En Bruselas, representantes de organizaciones humanitarias colocaron este lunes una cinta roja frente a las instituciones comunitarias en Bruselas, donde se celebra hoy el Consejo de ministros de Exteriores de la Unión Europea, para representar las “líneas rojas” cruzadas por Israel en su ofensiva en Gaza y pedir sanciones por parte de los líderes europeos.
Antes de esa reunión, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, ha revelado a la prensa que hoy va a proponer a los Veintisiete relanzar la misión de asistencia fronteriza comunitaria en Rafah.
La ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, ha advertido a Israel no logrará su seguridad “si se quema a personas en tiendas de campaña”.