Son de público conocimiento los números negativos de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, en términos de imagen pública.
Por momentos la realidad argentina parece insistir con un revival noventoso, a tal punto que la persona más poderosa del país apuesta a una producción de fotos en una revista de banalidades para mostrar un rostro empático, cariñoso, humano.
La familia presidencial encuentra más amor en los animales que en compatriotas. Irremontable.